“Esto ahora mismo es un búnker”. Así han definido miembros de los Mossos d’Esquadra presentes en el operativo del Clásico la situación del hotel Sofía una vez que Real Madrid, Barcelona y los árbitros se han hospedado para vivir juntos, aunque no revueltos, las horas previas al partido. Las fuerzas de seguridad han montado un despliegue pocas veces visto para que ningún radical se saliese con la suya generando un altercado que pudiese afectar a los protagonistas.
Los primeros en llegar al hotel Sofía fueron los colegiados. El equipo arbitral, encabezado por el canario Hernández Hernández, llegó sobre las 11.00 horas de la mañana. Con los colegiados ya concentrados tocó el turno de ambos equipos. Los jugadores del Barcelona que llegaron de manera individual, entre ellos Messi, Alba y Luis Suárez, fueron accediendo con sus propios vehículos por el parking y otros acudieron en el propio autobús del equipo. Una vez dentro, subían a la planta reservada para ellos. Y en bus y por la puerta de atrás accedió el Real Madrid, que fue perfectamente escoltado por los Mossos desde que aterrizó en el aeropuerto del Prat.
La expedición blanca se alojó en una de las últimas plantas, aunque los jugadores alternaban sus habitaciones con la planta -2, donde están situados el gimnasio y el spa. La seguridad privada del club se encargó de controlar el acceso a los ascensores con tres miembros del servicio de seguridad, apoyados por los trabajadores del hotel. Todo huésped que no perteneciese al Real Madrid y que quisiese subir a su habitación tenía que decir su planta y se montaba en uno de los ascensores acompañado por un trabajador del propio hotel, que se encargaba de su traslado.
Sólo para clientes
También, el vestíbulo del hotel se acordonó minutos después de que el Real Madrid accediese a su planta, ya que, finalmente, ambas directivas realizarán la tradicional comida previa al encuentro en el propio alojamiento a las 14:30, aunque en un primer momento estaba programada para las 15:00 horas en el Camp Nou. En concreto en la planta 19, dedicada a los eventos privados más exclusivos. Un espacio con vistas 360º de Barcelona, en una terraza de más de 450 metros y una zona interior que dispone de cocina.
Durante todas las horas previas al encuentro, tanto dentro como fuera del hotel, había agentes de los Mossos y de la Guardia Urbana, que velaron porque todo transcurriese con la mayor normalidad posible. El siguiente reto que tendrán que asumir será escoltar a los equipos y a los árbitros al estadio, donde tienen que estar a las 18:00. Y después, el gran objetivo es evitar cualquier invasión durante la disputa del choque.