El Real Madrid pone punto final en el estadio Príncipe Moulay Abdellah de Rabat a la temporada pasada. La final del Mundial de Clubes será el cierre de un curso para recordar que, internacionalmente hablando, no se olvidará jamás en la casa blanca. Desde que los hombres de Ancelotti debutasen en Champions el 15 de septiembre de 2021 ante el Inter de Milán han transcurrido 514 días llenos de emociones en los que los blancos han ganado dos títulos y esperan que sean tres. Aquella noche, los madridistas vencieron 0-1 gracias a un gol de Rodrygo en el descuento. Un anticipo de lo que se vendría por delante.
El Real Madrid jugó cinco partidos más de la fase de grupos y, curiosamente, sólo perdió uno, el que le midió al Sheriff en el estadio Santiago Bernabéu. Una derrota extraña e incomprensible ante, a priori, la cenicienta de esa liguilla. Tras acabar primeros, llegó el momento de la eliminatoria y la primera parada fue París.
Los blancos sufrieron en el Parque de los Príncipes, pero salieron vivos tras perder tan sólo por 1-0. En la vuelta, en el Bernabéu, se desató la locura en 17 minutos, en los que los de Ancelotti hicieron tres goles para pasar la eliminatoria. En cuartos, Benzema asaltó Stamford Bridge con tres goles, pero en la vuelta el Chelsea fue capaz de remontar el cruce en el coliseo madridista. Un pase genial de Modric que aprovechó Rodrygo forzó una prórroga donde Karim, otra vez, fue decisivo.
Tras muchas emociones llegaron las semifinales. El Etihad fue testigo de un partido loco. A los 11 minutos el Real Madrid perdía 2-0, pero Benzema redujo la diferencia pasada la media hora. Tras el descanso, el City volvió a golpear, Vinicius recuperó el pulso al partido, Bernardo Silva dio otro manotazo y Karim puso el 4-3 definitivo. En el Bernabéu, el milagro se hizo posible gracias a dos goles de Rodrygo en los instantes finales de una eliminatoria que se finiquitó en el tiempo extra con un gol de Benzema de penalti.
Tras tantas emociones, el Real Madrid ya tenía el billete a París sacado para jugar la gran final. Y aquí fue donde aparecieron dos hombres: Courtois y Vinicius. El belga paró todo lo que tiró el Liverpool para firmar la actuación individual más relevante de un portero en un duelo de estas características, mientras que el brasileño hizo el gol de la victoria para levantar la Decimocuarta.
En agosto este camino continuó con la Supercopa de Europa que el Real Madrid ganó al Eintracht de Frankfurt en Helsinki. Y terminará en Rabat, donde Ancelotti y sus chicos doblegaron al Al Ahly egipcio en semifinales y esperan levantar su octavo Mundial ante el Al-Hail.
