El Real Madrid se juega su futuro en Champions con Sergio Ramos ya recuperado. El central del conjunto blanco dispuso de una hora en el último partido liguero tras superar la lesión en el menisco que le obligó a pasar por el quirófano. Con su capitán sobre el césped, el equipo de Zidane dispondrá de un seguro para afrontar la vuelta de los octavos frente al Atalanta. Y es que, si los madridistas sufren una maldición en su ausencia, cada partido en Europa con él, es prácticamente sinónimo de éxito.
Los números de Sergio Ramos con el Real Madrid en la máxima competición se traducen en una derrota en los últimos 20 partidos. Los blancos únicamente cayeron ante el Manchester City (1-2) el pasado curso en presencia de su capitán, en la ida de la misma ronda que afrontan este martes. Aquel partido, además, acabó con el defensa expulsado, en un intento a la desesperada por evitar el tercer tanto de los de Guardiola.
El resto de los últimos encuentros con Ramos sobre el verde, reflejan un resultado más que positivo para los madridistas, contando con 15 victorias y cuatro empates. Unos resultados que, ante el Atalanta, les servirían para cerrar su presencia en cuartos de final, ronda a la que aspiran a volver tres temporadas después.
Precisamente, los blancos han caído eliminados en las dos últimas ediciones de la Liga de Campeones en octavos de final, en dos encuentros en los que no estuvo su líder. Contra el Ajax en la temporada 2018-19, Ramos estaba sancionado para el partido de vuelta, en el que los madridistas desaprovecharon una renta de 1-2 lograda en Ámsterdam para acabar cayendo por 1-4 en el Bernabéu. El pasado curso necesitaban darle la vuelta a la eliminatoria en el Etihad ante el City y, sin Ramos, perdieron por un 1-2 que les apeó antes de tiempo de la competición.
De la maldición, a la salvación
La presencia de Ramos sobre el césped es determinante para el conjunto blanco en Champions. En una competición hecha para los mejores, el central madridista marca diferencias, como bien ha demostrado a lo largo de su carrera. La competición fetiche del Real Madrid es también la de su capitán, al que si algo le caracteriza es su compromiso, implicación y garra en las noches especiales. Contar con él le da al equipo un punto extra que, en circunstancias normales, es determinante.
Ramos se ha caracterizado en los últimos años por ser uno de los grandes salvadores del equipo en Europa. De su figura han dependido directamente la consecución de dos de las cuatro Champions ganadas en los últimos siete cursos por los blancos. A su buena labor en defensa se ha sumado su aparición en ataque en momentos clave, para cerrar grandes noches continentales.
El equipo ha dependido de Ramos en muchas ocasiones, suponiendo su ausencia un gran hándicap que, en las últimas temporadas, se ha reflejado claramente en los resultados. De hecho, en los últimos 11 enfrentamientos en Europa sin él, los blancos tienen un balance de tres victorias y ocho derrotas. Dos de ellos han sido logrados este curso, ante Inter y el propio Atalanta, pero llegaron a encadenar cinco derrotas de manera consecutiva entre 2018 y 2020.
Podría repetir como líbero
Zidane experimentó ante el Elche metiendo a Ramos como tercer central en el primer partido tras superar su operación de menisco. El técnico probó a reforzar la línea defensiva con vistas al encuentro ante el Atalanta y consiguieron mantener alejado al conjunto ilicitano, salvo en la jugada previa al gol, que llegó a balón parado.
El capitán madridista se probó durante una hora sobre el césped y demostró que está en plenas condiciones para disputar todo el encuentro frente al equipo italiano. Tras superar la prueba, Ramos está listo para aguantar todo el partido, siendo un seguro atrás para el conjunto madridista.
El objetivo de Zidane es mantener a raya al esquema ofensivo planteado por Gasperini. Pese a la victoria de los blancos en la ida, el resultado es lo suficientemente corto como para confiarse. Un gol en contra pondría en serio riesgo el pase a cuartos, por lo que, teniendo en cuenta el poderío de los bergamascos en ataque, el entrenador galo recurrirá a reforzarse atrás, repitiendo el dibujo utilizado frente al Elche.
El Madrid plantará un muro en defensa con el fin de intentar contener a un Atalanta que no duda en lanzarse con todo arriba. Los italianos ya lo demostraron durante los primeros minutos del duelo de la ida, aunque no lograron llevar peligro real sobre la meta de Courtois. El conjunto blanco supo responder bien a las intentonas, saliendo rápido a la contra y poniendo en aprietos a los nerazzurri, pero esta vez no contarán con uno de los grandes bastiones a la hora de defender, ya que Casemiro se perderá el partido por sanción.