No, no fue un accidente lo que pasó en la primera jornada de Liga en Son Moix. No lo fue. El Real Madrid firmó una de las peores segundas mitades de los últimos años en la primera jornada de Liga contra el Mallorca. Un espectáculo como gratificante que le costó los dos primeros puntos de la temporada. Pero no, eso no fue un accidente ni un caso aislado, sino que fue la primera muestra de que este equipo dirigido por Carlo Ancelotti tiene problemas que debe resolver cuanto antes, ya que de no hacerlo la Liga puede escaparse casi antes de empezar.
El mal encuentro que el Real Madrid contra el Mallorca tuvo su continuación una semana después en el estadio Santiago Bernabéu contra el Valladolid. La primera mitad fue tan pobre que despertó entre los aficionados madridistas los primeros pitos de la temporada. En la segunda parte lo arreglaron con tres goles, pero las alarmas continuaban encendidas. Y tanto que estaba al rojo vivo, tal y como se vio en Las Palmas. Otro partido muy pobre del vigente campeón de Liga y Champions.
Los blancos firmaron 45 minutos para olvidar, o no. No se debe olvidar, ya que lo que tienen que hacer es recordarlo para no volverlo a repetir. En la segunda mitad el juego mejoró un poco, muy poco, pero no fue suficiente para ganar el partido. Todo se quedó en un empate que deja al Real Madrid a cuatro puntos del líder, el Barcelona, y con la sensación de que hay muchas que no funcionan.
«Nos cuesta encontrar la solidez del año pasado. Ahora no podemos buscar excusas, porque el calendario aprieta y tenemos otro partido el domingo. Yo tengo que estar más claro en la estrategia para darle claridad a los jugadores. Nos está costando más de lo que se podía pensar. Hay que trabajar y focalizarse bien en lo que tenemos que hacer. Afortunadamente, estos tres partidos me han mostrado muchas cosas que no están saliendo bien», aseguró Ancelotti en rueda de prensa, seguro de que lo solucionará más pronto que tarde.
Lo que es seguro es que el Real Madrid tiene una falta de fútbol alarmante. No hay que mirar más allá. Los blancos no encuentran su juego y sufren, sufren mucho. Lo hacen cuando tienen la posesión del balón, tocan y tocan si coherencia aparente y no encuentra el camino del peligro, teniendo a Mbappé como una isla perdida que, como se vio en Gran Canaria en la segunda mitad, tiene que bajar al centro del campo para poder participar. Y también lo hace en defensa, ya que a la hora de presionar para robar la pelota no son capaces de llegar a ella, lo que permite que los rivales toquen, se sientan cómodos y se crezcan.
La buena noticia para los de Ancelotti, por encontrar algo positivo de este cambalache, es que esto sólo ha empezado. Sí, es cierto que ya no deberían perder más puntos si no quieren ver como el Barcelona se aleja en exceso, pero también es verdad que están a tiempo de corregirlo todo. El reto de Ancelotti y su cuerpo técnico es que sus jugadores ganen al Betis y ganar tiempo durante el parón de selecciones, donde espera seguir atajando un problema que preocupa y mucho.