El Real Madrid no sólo tiene que resolver el futuro de Sergio Ramos. El de Luka Modric, uno de los pilares de la segunda edad dorada del club, también está en el aire. Al croata le queda un año de contrato y en los próximos meses ambas partes se tendrán que sentar para llegar a un acuerdo, aunque por el momento parece que no será sencillo.
«Modric está un poco estupefacto porque acaba el contrato en verano y nadie le ha dicho nada», comenzó explicando Eduardo Inda desveló en su visita semanal a El Chiringuito de Jugones. «El creoata pide un año más otro», añadió el director de OKDIARIO en la sección de exclusivas que tiene cada lunes.
Entre los planes del Real Madrid no estaba renovar a Modric. El club tenía la idea de dejar decidir su futuro a un jugador que es historia del club, por lo que no iban a ver mal que una vez finalizase la presente temporada firmase gratis por el equipo que prefiriese. Pero la realidad es que el mediocentro actualmente quiere un año más otro opcional, algo que la entidad presidida por Florentino Pérez no está dispuesta a ofrecerle por el momento.
Por lo tanto, cuando el presente curso esté llegando a su fin, el club y Modric deberán sentarse y harán balance para decidir si se amplía un año más, algo que en estos momentos la entidad no valora, o con 35 años decide dar un paso al lado y vivir nuevas aventuras de una menor exigencia. Estas podrían llegar de Estados Unidos o China, pero lo que está claro es que le alejarán de la élite más absoluta.
Modric afronta los próximos meses en el Real Madrid con la tranquilidad que le aporta saber que desde 2012, cuando aterrizó en el Santiago Bernabéu, ha escrito con letras de oro su nombre en la historia del club de las 13 Copas de Europa. Clave en la conquista de las últimas cuatro Champions y un generador de fútbol que encontró en Kroos a su compañero ideal. De hecho, por el club hay quien asegura que si no se hubiese lesionado en 2015 se estaría hablando de cinco de cinco, aunque posiblemente la historia prefieran no tocarla. No obstante, el crecimiento de jugadores como Ödegaard y Valverde le llevan a perder protagonismo.
