Mundial de Clubes en Estados Unidos y ahí que aparece Arda Güler. De manera tan estridente como silenciosa. Después de dos temporadas en un segundo y ocasiones tercer plano, la novedosa competición le está sirviendo como latifundio para dar un golpe sobre la mesa. El turco ha tenido minutos en los dos partidos disputados hasta el momento, toda la segunda mitad contra Al-Hilal y siendo titular, gol incluido, contra Pachuca.
Su irrupción coincide por casualidad y causalidad con la llegada de Xabi Alonso al banquillo blanco. Un par de conversaciones han bastado para que el jugador muestre su mejor versión. «Hemos hablado y me ha dicho que si juego de ‘6’ o de ‘8’ quiere que vaya profundo y ayudar en la creación, que tenga el control del juego, y que si juego de ’10’ tengo que jugar entre líneas y crear oportunidades», detalló Güler, quien necesita sentirse importante para serlo realmente.
«Me siento más importante porque habla conmigo siempre, en el primer partido jugué la primera así que todo parece mejor. Me siento bien con él porque le gusta controlar el tempo, quiere más pases cortos y me ve como centrocampista y eso es mejor para mí», añadió. Güler es ese arquetipo de futbolista que necesita jugar, como todos, y sentirse valorado para ofrecer un rendimiento óptimo.
El cambio de Arda Güler en el dibujo de Xabi Alonso
No es de los que se rebelan ante la adversidad, sino más amigo de brillar con un entorno grato. Dos encuentros en el Mundial de Clubes son un tanteos escasos para extraer conclusiones. Durante la madrugada de este viernes tendrá su tercer examen ante Salzburgo. Jugará donde mejor se encuentra, por dentro. Tiene pie para romper líneas y capacidad de llegada. Hace más daño por el centro.
Y Xabi Alonso lo sabe. «Quiere que me quede entre líneas y cree ocasiones», detalló Güler. Y el turco responde con argumentos. Es el jugador del Real Madrid que mejor porcentaje de acierto en el pase posee en lo que va de Mundial de Clubes. Y, de los ofensivos, el que lo hace hacia delante con mayor frecuencia. Ahora está más involucrado en la elaboración de la jugada, pero no deja de perder de vista la portería rival. Transmite capacidad para que de sus botas brote el fútbol de los blancos. Un perfil similar al de Modric.
La llegada de Mastantuono no le eclipsa, pues al argentino le queda camino que Güler ya ha recorrido y el argentino funciona más como volante derecho que por el centro. El turco sigue aprendiendo desde un perfil bajo. No luce peinados extravagantes ni es de esos jugadores que se hacen notar en el vestuario. Se le ve una persona de pocas palabras, pero muchas ambiciones. Está llamado a ser un hombre de peso para Xabi Alonso.
