Endrick Felipe Moreira (Brasilia, 2006) es el último diamante futbolístico de la inagotable mina de Brasil. Su historia daría para una novela tremendista o para una docuserie de Netfix, que va más con los tiempos. El chico bien podría tatuarse aquella frase que le dijo El Cordobés a su madre: «O te compro una casa o te vestiré de luto». O ponerla en su perfil de Instagram.
Nacido en el seno de una familia muy humilde en la periferia del Distrito Federal de Brasilia, Endrick comenzó su idilio con la pelota antes de aprender a leer. Con apenas 4 años y los dientes todavía de leche su padre se dio cuenta de que su hijo tenía algo especial. Y se convirtió en su principal altavoz.
Como no tenía recursos para llegar a los medios, Douglas Sousa, el papá de la criatura, colgó los goles de su Endrick en Youtube, ese cine público sin celuloide donde se forjan (y se forran) las nuevas estrellas. Buscaba llamar la atención de los grandes clubes de Brasil, pero sabía que en su éxito llevaría también la penitencia de tener que mudarse con toda la familia a Sao Paulo o Río de Janeiro.
El Sao Paulo le vio primero. Les encantó el vídeo de Endrick. Hablaron con Douglas y le invitaron a viajar allí e instalarse con toda su familia. Pero la ayuda que le daban era simbólica y en Brasil, como en cualquier sitio, no se vive con símbolos sino con dinero. Le ofrecían 150 reales al mes. Unos 30 euros. La oferta no alcanzaba.
Ademir da Guia. Cesar Maluco. Leivinha. Evair. Edmundo. Rivaldo. Djalminha. Alex.
Just some of the names to have illuminated @Palmeiras teams of yesteryear.
Meet 15-year-old Endrick Felipe Moreira de Sousa.
😮🤩💚#FridayFeelingpic.twitter.com/7kZuz9yVy6— FIFA.com (@FIFAcom) January 21, 2022
Corinthians y Santos fueron los siguientes en llamar a la puerta de Endrick, pero sus ofertas tampoco daban siquiera para costear el alquiler de un piso para toda la familia en Sao Paulo. A la cuarta llegó la vencida. El Palmeiras se ofreció a pagar el alojamiento de todos (los padres, Endrick y su hermana mayor) y el chico empezó a jugar en la cantera del equipo verdiblanco en 2017. Tenía 10 años.
Nada más instalarse en Sao Paulo, el padre de Endrick trabajó como camarero poniendo desayunos en una terminal de autobuses. Y así se fue ganando la vida hasta que el Palmeiras le ofreció trabajar como empleado doméstico en las instalaciones de entrenamiento del club.
Endrick la rompió en el Palmeiras desde el primer día. Hoy han pasado cinco años de su estreno y sus números en la cantera preceden a su incipiente fama: 165 goles en 169 partidos. Pero como sólo tiene 15 años la legislación brasileña le impide firmar un contrato para jugar en la primera plantilla hasta que cumpla los 16 el próximo 21 de julio.
Los grandes del fútbol mundial, con Real Madrid y Barcelona a la cabeza, ya le tienen en su radar y han empezado a echar sus redes sobre Endrick, ávidos de pescar al nuevo Neymar. Su padre intenta mantener anclados los pies al suelo para sujetarse ante el tsunami mediático que se le viene encima a su hijo. «No sirve de nada creer que eres el mejor si no entrenas, no te esfuerzas y no estás centrado», dice.
Así juega Endrick
¿Pero es tan bueno Endrick? La respuesta es sencilla: sí. Zurdo cerrado, zurdísimo, es un chico pequeño de talla (1,73), pero muy potente de tren inferior. No es un jugador liviano al estilo Robinho. De hecho, su cuerpo parece el de un futbolista de 20 años y no de 15.
Endrick tiene un un cambio de ritmo espectacular y es rapidísimo para girarse en el área. No mira jamás a los costados, sólo a la portería. Y arma la pierna a la velocidad de un pistolero del oeste. Da igual si está en el área, en sus inmediaciones o en el centro del campo. Sólo se alimenta del gol.
Sus movimientos, eléctricos y versátiles, a veces recuerdan a los del Kun Agüero. Su instinto depredador y viveza dentro del área le acercan al Raúl de sus mejores tiempos. Y su definición ante el gol evoca a Ronaldo El Fenómeno. Y eso en Brasil son palabras mayores.
En Brasil todo el mundo habla de Endrick, pero los ex futbolistas con más experiencia piden paciencia para que no se convierta en un juguete roto antes de tocar la gloria. «Endrick puede evolucionar a un nivel técnico espectacular y transformarse en la mayor revelación de Brasil desde Neymar, pero para eso necesita ser cuidado y protegido de todo lo que vendrá de aquí para adelante», remarca el ex jugador Walter Casagrande, también delantero centro de oficio.
No será fácil para Endrick soportar la que se le viene encima. Sentirá sobre sus espaldas la responsabilidad de cuidar de toda su familia: sus padres, su hermana mayor, que ya tiene dos niños, además de su hermano pequeño de dos años. Y todo irá muy rápido. Su salto al primer equipo del Palmeiras, su primer contrato profesional y su fichaje por un gran club europeo pueden sucederse en cuestión de semanas este mismo verano. Dicen que es madridista. Igual que Neymar. Ojalá su historia no termine igual y el chico elija bien. Se juega su futuro.