La tensión en el vestuario de Francia es más que palpable después de una primera fase discreta de los futbolistas de Deschamps. Por primera vez desde la Eurocopa de 2012, los galos no han conseguido superar como líderes de grupo la primera ronda del torneo, algo que sin duda le ha perjudicado en el rival de octavos de final. Bélgica no es la selección de hace seis u ocho años pero siempre es peligrosa debido a la calidad que atesora en la delantera. Trossard, De Bruyne y Lukaku amenazan a Mbappé y compañía que tendrán que mejorar mucho su versión para conseguir estar en cuartos de final.
Esta situación solo aumenta los problemas dentro del vestuario, algo que no es nada beneficioso para el colectivo en un torneo corto. En este caso, Deschamps ha puesto el foco sobre Camavinga después del decepcionante empate a uno ante Polonia. El jugador del Real Madrid saltó al césped en el minuto 60 con una mala selección de tacos, algo que le hizo perder la verticalidad constantemente en el centro del campo, donde regaló varios balones y eso provocó el enfado enorme del técnico francés.
Ni corto ni perezoso, Deschamps no dejó escapar la oportunidad de interceptar a Camavinga una vez que el árbitro señaló el final del partido y mantuvo una tensa charla con él mientras buscaban el camino a los vestuarios. Una imagen que se volvió a repetir en el entrenamiento posterior, cuando futbolista y entrenador de nuevo protagonizaron una conversación de algo más de un minuto con caras de pocos amigos. La incredulidad de Camavinga contrastaba con el cabreo del seleccionador ‘bleu’.
Camavinga, suplente de Kanté
Según ha publicado el diario L’Equipe, el enfado de Deschamps en el vestuario tras el empate ante Polonia fue monumental debido a los permanentes resbalones del futbolista del Real Madrid en zonas peligrosas. Por todos es sabido que el centrocampista no es del total agrado de la leyenda francesa y ex jugador de la Juventus de Turín, algo fácilmente demostrable ya que solo le ha permitido disputar 60 minutos durante la Eurocopa. Media hora ante Austria y otra media hora contra Polonia. En el choque frente a Países Bajos, el más exigente del grupo, no jugó ni un minuto.
El ímpetu que muchas veces muestra Camavinga sobre el césped le hace perder la posición y desordena la perfecta estructura planeada por el técnico, algo que exaspera a Deschamps. Solo así se puede entender que el madridista no tenga sitio ni en el centro del campo ni en el lateral izquierdo, donde también ha demostrado desenvolverse a las mil maravillas.
Sin embargo, para la medular el seleccionador prefiere a otro tipo de futbolista que mantenga el sitio y el orden, además de aportar un despliegue físico imprescindible para la forma de entender el fútbol de Deschamps. Por ello, Kanté ha regresado con galones al combinado galo a pesar de jugar en una liga menor como es la de Arabia Saudí. Sin duda, en la concentración francesa hay ‘caso Camavinga’ y el partido contra Bélgica será crucial para intentar calmar las aguas.