Thibaut Courtois demostró en el Clásico de pretemporada que, tras las vacaciones, sigue manteniendo el nivel con el que acabó el pasado curso. El meta tuvo una actuación contra el Barcelona más que reseñable, sobre todo con tres paradas en la segunda parte que evitaron una victoria más holgada de los culés.
Pese a tratarse de un amistoso, Carlo Ancelotti no quiso hacer pruebas en la portería, y eso que contaba con tres guardametas más, además del belga. Lunin, Cañizares y Luis López asistieron desde el banquillo a un nuevo recital del mejor portero del mundo, que fue el único que disputó los 90 minutos.
Courtois acabó la temporada dándole la Champions al conjunto blanco con grandes paradas que confirmaron lo que ya había evidenciado a lo largo del pasado curso: que no hay otro mejor bajo palos. Ahora, en el primer encuentro de la gira por Estados Unidos, volvió a dejarlo claro.
El Barça, más rodado que los blancos este verano, se llevaron el triunfo en Las Vegas gracias a un golazo de Raphinha ante el que nada pudo hacer el belga. Pero sí que apareció para salvar hasta en cinco ocasiones a los madridistas. Evitó con un despeje el que habría sido el primer gol de Lewandowski con la elástica azulgrana en la primera parte, pero fue en la segunda donde se dejó notar más.
En el tramo final del partido, Courtois le negó el gol a Kessié, Dest y en dos ocasiones consecutivas hizo lo propio con Dembélé. El francés fue el que dispuso de las dos más claras, pero en ambas oportunidades apareció el meta madridista para evitar el tanto, sobre todo en un mano a mano del que salió victorioso.
El portero del Real Madrid sigue demostrando que se encuentra en un estado de forma espectacular. Al término de la temporada, renunció a ir con su selección debido a unos problemas en el pubis que arrastraba de las últimas semanas de competición. Se incorporó a los entrenamientos junto al resto de los no internacionales y ha aprovechado estas primeras semanas a para ponerse a tono y mantener el nivel al que rindió el pasado curso.