Carlos Henrique Casemiro es historia viva del Real Madrid. Un capitán sin brazalete que está a punto de alcanzar la década de los 30. El brasileño se ha convertido en un jugador imprescindible dentro del conjunto blanco. Capital en las tres Champions seguidas, aunque es posible que sin su aportación ante el Dortmund no hubiese llegado la Décima. Ahora, ha concedido una entrevista a la revista Panenka en la que habla del pasado, el presente y el futuro.
Casemiro destaca el papel de la CMK dentro del equipo. De Modric y Kroos destaca «la posición de los dos en el campo y su calidad con el balón», pero también cómo le «ayudan defensivamente». «Hacemos movimientos que suceden con la mirada. Tras un gesto, sabemos lo que hay que hacer. No hablamos mucho dentro del campo, con la mirada nos basta. Eso se logra con los años y los partidos. Y también por nuestra gran relación. Uno completa al otro, uno tiene algo que el otro no tiene, y el equipo se acaba fortaleciendo”, explica en la entrevista concedida a Panenka.
¿Quién quería ser Casemiro?
“Yo quería ser Ronaldo. O Romario. Incluso me decían que jugaba como él, en plan de broma. Todo el mundo quería ser como ellos. O como Bebeto”.
¿Cómo afronta los partidos?
“Intento encarar todos los partidos de la misma manera. Con seriedad. Tanto si es un partido de Copa, de Champions o una final de Copa América. Me da igual. Intento jugar igual de serio, hacer las cosas bien, es por eso que valoro todos los partidos. Sobre todo, aquí. La exigencia del Madrid es altísima”.
El papel del centrocampista defensivo
“El centrocampista defensivo debe sobre todo ayudar a sus compañeros, apagar fuegos, pero además debes saber jugar a fútbol, aportar mucho más. A mi lado tengo a Luka Modric y a Toni Kroos. Claro que ellos son jugadores de más calidad. Pero si no me ayudan defensivamente yo no puedo llegar a todas partes”.
El equipo
“Siempre digo que en los equipos de fútbol debe haber de todo: jugadores de calidad, jugadores que corren, que ayudan… Debe haber una mezcla. Por ejemplo, cuando hablamos de Modric, Kroos y Casemiro: uno ayuda al otro, uno completa al otro. Uno tiene el pase, el otro la agresividad y el otro tiene la magia. Este es el mejor ejemplo. Sin solidaridad ni ayudas no se hace un equipo. Por eso digo que para mí es un honor ayudar a Marcelo, porque la calidad que tiene él no la tiene ningún otro lateral en el mundo. Si estoy pendiente de su espalda, de cubrir sus huecos, es porque sé que él luego podrá ayudarnos arriba”.
El mediocentro defensivo
“Todos los jugadores son importantes. Pero uno de los más importantes del equipo es el mediocentro defensivo. Es ahí donde pasa todo. Donde está la primera transición defensa-ataque, donde debes tener la percepción de si hacer una falta o atacar un espacio pondrá o no al equipo en problemas. Siento un cariño inmenso por parte de la afición del Real Madrid, también me siento valorado por los entrenadores y los compañeros. Dicho esto, es normal que la gente quiera ver un poco más de espectáculo. Quiere ver un caño, un sombrero… Es lo que mola del fútbol. Si sólo ves a jugadores quitando balones, es un poco aburrido. Pero eso depende de cómo ve el fútbol cada uno. Los entrenadores, que entienden de esto, lo verán distinto a un aficionado. Saben de la importancia que tengo en el equipo. ‘Si no está este, el otro no brilla’. Me siento feliz porque sé que quien entiende de fútbol, sabe el trabajo ‘sucio’ que hago”.
Los robos de balón
“¡Esos son mis goles! ¡Esas son mis asistencias! Eso es lo que más disfruto del fútbol, cuando robo balones. Cuando termina el partido lo primero que quiero ver es cuántas recuperaciones e intercepciones de tiro a portería he realizado. Esos son mis números. Claro que a todo el mundo le gusta marcar, hacer una jugada bonita, pero mi felicidad está en las recuperaciones de balón. Revelan cuánto he ayudado al equipo”.
Faltas al rival
“No. Al revés, las faltas me corresponden. Y los números están ahí, yo en el Madrid fui expulsado sólo dos veces. No me molesta para nada. Es que esa es la función de un mediocentro defensivo. Destruir, ser pesado, cortar contraataques… Es mi trabajo. Además, hay una gran diferencia entre hacer una falta -y las faltas en el fútbol ganan partidos, no son nunca un problema, debemos hacer faltas, demuestran entender el juego- y actuar con maldad. Yo siempre trato de llegar al balón, voy fuerte, claro, porque soy lo que soy, y me gusta la intensidad de mi juego. Pero nunca fui con los tacos por delante. Es más: si hago daño a alguien, me enfado. La falta es parte del juego. Pero maldad, nunca. Son los valores que mi madre me enseñó. Nunca voy a hacer daño. Ni a insultar a un jugador. Claro que te picas, es normal y siempre va a pasar. Faltas, seguiré haciendo y tarjetas, seguiré recibiendo, pero los valores nunca los perderé”.
La figura de Juanito
“La historia de Juanito. El minuto ‘7’, cuando la afición canta y recuerda que hay que pelear hasta el final. La gente dice que el Madrid es el mejor club del mundo porque aquí juegan sólo los mejores. Pero si algo he aprendido aquí es que la afición valora muchísimo el sacrificio, el trabajo, el dar todo lo que tengas, el no rendirse, independientemente del resultado. Por aquí han pasado los mejores de la historia: Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Ronaldo, Zidane, Gento, que nos acaba de dejar, Di Stéfano… Este club vive de sus leyendas, y que jugadores como Juanito, que peleaba, que trabajaba, que era todo carácter en el campo, se quede marcado lo valoro muchísimo”.
Las palabras de Lopetegui
«No jugaba mucho con Ancelotti. Por los jugadores que había, claro. Xabi Alonso, uno de mis profesores en la posición, Khedira, Di María que jugaba por dentro… Aquello era normal, yo estaba en pleno aprendizaje, y recuerdo que no sabía a dónde iba a ir. Pude ir al Sevilla, que me apetecía mucho jugar allí. Me hicieron una oferta, estaba Unai Emery, el año que ganaron la Europa League; estaba el Inter de Milán, siempre como cedido, porque Florentino Pérez me decía que yo iba a jugar aquí sí o sí. Y también estaba el Oporto, que sinceramente no estaba en mis planes. Podía elegir. Y quería minutos. Entonces me llamó Lopetegui, hablamos un cuarto de hora, sobre su estilo de juego y, te lo digo en serio, a los tres minutos pensé: ‘tengo que trabajar con él’. Y lo más bonito es que no me equivoqué. Porque lo que hizo por mi crecimiento personal y profesional fue una cosa de locos. Y hasta hoy se lo agradezco. Nos enviamos mensajes, no sólo por lo que está haciendo en el Sevilla, que es algo increíble, sino por lo que me ayudó. Sólo puedo hablar maravillas de él. Infelizmente no le fue bien en el Madrid, porque el fútbol son resultados, y no se dieron, pero es un gran entrenador, muy serio, que disfruta de su profesión».
La importancia de la Champions
«Es sencillo. Cuando hay un partido de Liga, Madrid se comporta de una forma. Cuando hay partido de Champions, la ciudad lo vive de otra manera. El día antes, el ambiente. No digo que la Liga no sea importante, el Madrid tiene 34, más que nadie en este país. Pero en este club la semana de Champions es distinta».
La noche de Dortmund
“En Dortmund es donde todo empieza. No diré que empieza de cero, porque ya había jugado en el Castilla, una etapa que guardo con mucho cariño, viajando en autobús por toda España y formando parte de una gran generación, pero sí a nivel del primer equipo. Los jugadores, mis compañeros, también el público, pensaron por primera vez: ‘este chaval, el sustituto de Xabi Alonso, que no tiene muchos minutos… Con este chaval se puede contar’. Después de ese día, algo cambió. Luego me fui cedido al Oporto y cuando volví…”.
Las tres Champions
“Será el Madrid de las tres Champions seguidas. La llegada de Zizou fue importante, pero han habido tantas estrellas, tantos que han destacado, que sería injusto. La BBC, aquel ataque era increíble. O el centro del campo. La línea de atrás, con Carva, Marcelo, Varane y Sergio Ramos. Keylor Navas en la portería… Un equipazo”.
¿Echa de menos a Messi?
“No, nada. ¡Imposible echar de menos a Messi! También te digo: se nota su ausencia, se nota todo lo que representaba para el Barcelona. Es un jugador que enamora a todo el mundo que lo ve. Si te encanta el fútbol, te encanta Messi. Está entre los tres mejores de la historia. Después de dejar el Barça y, en este momento de transición, se ve la importancia que tenía para el equipo. Por eso es un icono del club. En nada vendrá otra vez al Bernabéu, pero estaremos preparados. Porque es imposible que pare a Messi yo solo. Los compañeros deberán ayudarme. Contra el PSG veremos un partidazo. El mundo se paralizará para verlo, eso está claro. Se decidirá por detalles”.