Los árbitros volvieron a mostrar una doble vara de medir entre Vinicius Junior y el resto de jugadores. En el encuentro entre Alavés y Getafe, disputado en Mendizorroza, Figueroa Vázquez paró el partido para aplicar el protocolo antiviolencia después de que la afición local cantara «¡Greenwood muérete!». Esos mismos gritos los recibió el jugador del Real Madrid ante Osasuna, sin que se siguieran los mismos pasos. Desde el CTA esgrimieron entonces que, al no tratarse de cánticos racistas, no debía aplicarse el protocolo.
El colegiado del encuentro entre el Alavés y el Getafe, Figueroa Vázquez, acudió al delegado de campo en el minuto 18 para indicarle que lanzaran por megafonía el mensaje contra los insultos y las faltas de respeto. Algo que, además, incluyó en su acta. Lo que sí que hicieron con Greenwood, en su momento no lo aplicaron con Vinicius.
«En el minuto 18 de partido tuve que acercarme al delegado de campo para comunicarle que cesaran los gritos desde la grada de ‘Greenwood, muérete’. Se comunicó por megafonía que cesaran los insultos hacia el jugador, no volviendo a producirse», recogía el árbitro en su acta. Estos hechos, calcados a los que se produjeron en su día con Vinicius en El Sadar, no fueron plasmados en el escrito de Martínez Munuera.
En aquel encuentro, a pesar de la insistencia de los jugadores del Real Madrid y del propio Vinicius, el colegiado no se inmutó. Desde el Comité Técnico de Árbitros justificaron la actuación del alicantino señalando que el protocolo sólo debe aplicarse cuando los cánticos son racistas. Pero con Greenwood, tratándose del mismo caso, sí que lo pusieron en marcha.
Greenwood retrata al CTA con Vinicius
Vinicius ha sufrido en los últimos años múltiples actos racistas en su contra. Además, el delantero madridista ha tenido que aguantar cánticos en los que se le deseaba la muerte, sin que los árbitros actuaran. Dentro de los estadios, el episodio más reciente es el que sucedió en El Sadar, donde el brasileño comenzó a escuchar ese tipo de gritos casi al comienzo del partido.
A pesar de la insistencia del jugador y de sus compañeros, el colegiado decidió no hacer absolutamente nada para que cesaran. La decisión de Martínez Munuera fue defendida por el propio colegio arbitral, que se escudaba en que, al no ser cánticos racistas, no se podía aplicar el protocolo. Ni siquiera lo recogió después en el acta arbitral, como sí que ha hecho ahora Figueroa Vázquez.
Esa versión ha quedado anulada tras los hechos sucedidos en Mendizorroza. Al escuchar «¡Greenwood muérete!», Figueroa Vázquez sí que optó por aplicar el protocolo contra la violencia, dirigiéndose al delegado de campo para que se lanzase un mensaje por megafonía. El partido se paró y hasta que no se reprodujo el aviso, no se reanudó.
Aquel suceso hizo que el Real Madrid reaccionara mediante un comunicado. El conjunto blanco condenó los insultos y afirmó que Martínez Munuera había cometido una «redacción negligente del acta», al omitir los insultos contra Vinicius. Ahora, este nuevo hecho lamentable, pone de manifiesto la falta de protección de los árbitros al brasileño y que deja clara la doble vara de medir del colectivo arbitral cuando los insultos van dirigidos al delantero.