El Real Madrid nunca se borra. Ni de esta Liga ni de las que estén por venir sean súper o sin plomo. Lección de oficio, humildad, profesionalidad y esfuerzo del equipo de Zidane, otra vez lastradas, ante un Cádiz que opuso escasa resistencia. El doblete de Benzema y el tanto de Odriozola resolvieron el duelo del Carranza en la primera mitad.
El Carranza, templo antes que estadio y un lugar al que peregrinar al menos una vez en la vida, era el testigo silente del primer partido del Real Madrid después de la Superliga más breve de la historia. No es la ventanilla para tratar este extraño asunto de puñales y traiciones. El Cádiz recibía a los de Zidane con la tranquilidad de quien tiene la salvación medio resuelta, por no decir resuelta del todo.
El Real Madrid llegaba con bajas para variar. Kroos y Modric fueron los últimos en sumarse a una enfermería más plagada que la de Platoon. Así que Zidane plantó tres centrales (Nacho, Varane y Militao), con Odriozola y Marcelo en los costados. Por delante, Casemiro y el canterano Blanco en el doble pivote. Arriba, los dos brasileños (Vinicius y Rodrygo) para escoltar a Benzema. Alineación rara para un día raro para una Liga rara.
De salida replegó el Cádiz, uno de los equipos que mejor defienden de la Liga. Atacó el Real Madrid porque nobleza obliga, pero el criterio era un ataque estilo Irene Montero: con poca cabeza y ningún criterio. Nos cargamos los primeros 20 minutos del partido sin ocasiones en las áreas. Otro día plácido para Militao, tuerto en el país de los ciegos.
Lo intentaba una y otra vez el Real Madrid por la izquierda, por la derecha, por el centro, pero sus ataques morían en la frontal del área cadista. Un agarrón a Rodrygo se fue al limbo de Mateu Lahoz, ese árbitro que era carne de Superliga, y también del VAR. Para variar. Sí revisaría después Mateu una acción de Iza sobre Vinicius. Fue un pisotón involuntario, el VAR le avisó y el colegiado lo señaló.
Penalti para el Madrid… ¡aleluya!
El Real Madrid tenía a su favor un penalti seis meses después. Lo ejecutó Benzema con frialdad, precisión y violencia. Ledesma se tiró bien a su derecha pero no pudo evitar el 0-1 justo cuando el reloj marcaba la media hora de partido. No confundir con media hora de juego, porque de juego nada.
El tanto espoleó al Madrid e hizo dudar al Cádiz, que encajó el segundo tres minutos después. Un doble robo de Marcelo y Nacho en la presión cayó en los pies de Benzema, que mediapunteaba en el pico del área. El francés levantó la cabeza, miró, la puso al área y allí encontró al denostado Odriozola, que marcó de cabeza en el segundo palo.
Con el poniente a favor el Real Madrid puso izó la génova hacia la goleada. Casemiro gobernó y sus compatriotas Rodrygo y Vinicius se soltaron algo. Así llegaría el 0-3, con un centro medido del mediocentro que cabeceó Benzema mal defendido en boca de gol. Por fin sonreían los de Zidane, inasequibles al desaliento.
El Cádiz había dimitido en mitad del primer tiempo y el Real Madrid se lo hizo pagar. La mejor noticia para los de Álvaro Cervera fue el descanso. Pero un 0-3 es mucho 0-3. Hasta para el Cádiz. Así que el segundo tiempo era coser y cantar para los de Zidane. Los locales hicieron cuatro cambios de una tacada. No me habría gustado ser jugador cadista en el descanso.
Partido resuelto
Raudo puso a calentar a Isco, Asensio y un Carvajal que podría ser un jugador útil para el tramo final de temporada del Real Madrid. Los blancos sestearon tanto que animaron al Cádiz a buscar un gol que agitara algo el partido. Lo rozó El Choco Lozano en un cabezazo en el primer palo al filo de la hora de partido.
Zidane metió de golpe a los tres que tenía calentando por Odriozola, Varane y un agotado Vinicius. El Real Madrid pudo hacer el cuarto pero lo abortó Ledesma con un un pie salvador. El partido ya no existía porque el Cádiz pensaba en su final contra el Valladolid y el Real Madrid en el Betis y, sobre todo, en el Betis.
Más cambios en los blancos. Mariano por Benzema y Miguel Gutiérrez, otro debutante que se apunta Zidane, por un notable Marcelo. Los minutos que faltaban sirvieron para poco. Ninguno de los dos equipos quiso competir más, así que los jóvenes, los de mediana edad y los más viejos del lugar se dedicaron a otros menesteres.
El Real Madrid sumó tres puntos vitales en la lucha por la Liga y demostró, una vez más y van mil, que este club nunca se rinde.