El Barcelona volvió a las andadas en el Clásico de pretemporada sacando su lado más agresivo. Los jugadores del Real Madrid sufrieron en sus propias carnes las duras entradas del conjunto culé, que no pareció entender que el partido se trataba de un amistoso de preparación. Los de Xavi consiguieron frenar a los blancos a base de faltas, con Sergio Busquets y Jordi Alba como los dos líderes de la cacería a la que sometieron a los vigentes campeones de Europa.
Pese a tratarse de un partido sin trascendencia alguna, el Barça terminó con 15 faltas, acercándose a los números de la pasada temporada en Liga, donde fueron tras la llegada de Xavi uno de los conjuntos que más agresividad mostraba sobre el césped. Pero no fueron tanto las faltas, si no la dureza de muchas de las entradas, lo que llamó especialmente la atención.
Varias de ellas se produjeron en la acción que desató la tangana de la primera mitad. Vinicius cogió el balón en su propio campo, comenzó a sortear rivales y se llevó varios golpes hasta que fue frenado en seco por un palo de Jordi Alba. Entre los que trató de pararle a base de paradas estaban Gavi y, como no, Busquets.
De hecho, la entrada del pivote culé fue la más dura, aunque por suerte no llegó a impactar con el extremo madridista. Busquets se lanzó por detrás, con los tacos por delante, buscando el tobillo del brasileño, sin llegar a contactar. Sí que le tocó Alba instantes después, con una dura entrada que terminó con Vinicius en el suelo.
Ya en la segunda mitad, Busquets volvió a hacer una entrada criminal. Esta vez, sobre Modric. El croata acababa de ingresar en el terreno de juego y el capitán barcelonista le quiso dar la bienvenida con una plancha a media altura que impactó en el pie del ’10’ madridista.
