Gareth Bale cada día tiene más claro que cumplirá los dos años que le restan de contrato con el Real Madrid pase lo que pase. Días atrás, su agente Jonathan Barnett era taxativo con la situación en alusión a lo que tenía firmado hasta 2022 y que se quedaba en el club blanco. Es una forma de presión para forzar una salida tras negociar su rescisión, sacar el máximo de aquella firma, ya sea con su salida con la carta de libertad o quedándose.
La postura de Bale es tan clara, tan inamovible, que entiende y acepta que le puede afectar incluso para su rendimiento, o incluso su llamada con la selección de Gales. Su país, ese que está en el primer lugar de su polémica lista de prioridades que abandera, ya sabe que su intención es la de continuar en el Real Madrid pese al rechazo que genera su continuidad en su técnico Zinedine Zidane y el cartel de Se vende que tiene colocado por parte del club.
Según Mirror, Gareth Bale ya habría comunicado a Ryan Giggs, seleccionador galés, que tiene decidido continuar en el Real Madrid pese a que ello conlleve no jugar muchos minutos y dejarle inactivo y fuera de forma para la Eurocopa del próximo verano. Da absoluta prioridad a continuar de blanco pese a ello, esperando o llevando a cabo así una nueva fórmula de presión contra la Casa Blanca. Su alto salario es uno de los inconvenientes para su salida, también para las finanzas merengues.
Esta pasada campaña fue la más pobre de Bale con la elástica blanca. Tan solo disputó 20 partidos, 14 como titular, para un total de 1.260 minutos. Hizo tres goles y dos asistencias. Pese a ello, los problemas que le puede generar a nivel deportivo con su selección, el británico tiene decidido continuar de blanco aunque sea en el banquillo…