El equipo blanco supo sufrir y reordenarse ante un Chelsea enorme

Así sobrevivió el Madrid al chaparrón del Chelsea

Courtois, Benzema, las correcciones de Zidane y el oficio del Real Madrid le permiten seguir con vida en Champions, ante un Chelsea arrollador que perdonó en Valdebebas.

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Benzema celebra el 1-1 en el Real Madrid-Chelsea. (AFP)

El Real Madrid se está acostumbrando a sobrevivir en este tramo final de la temporada y frente al Chelsea lo volvió a hacer. Los blancos no lograron un resultado positivo de cara a la vuelta de las semifinales de la Champions League, pero viendo lo que les exigieron los ingleses, no se puede considerar malo. El conjunto madridista se vio superado en lo físico por un equipo arrollador y el chaparrón pudo ser mayor que el que cayó en Valdebebas durante gran parte del encuentro.

Sin embargo, los de Zidane consiguieron aguantar, como llevan haciendo buena parte de la temporada. En un año marcado por el apretado calendario y las numerosas bajas que no cesan, el equipo se mantiene vivo en la pelea por el título de Liga y por la Champions. Pese a que el Chelsea pudo casi sentenciar en los primeros 30 minutos de partido, el 1-1 hace que, de cara a Stamford Bridge, la eliminatoria esté más que abierta.

Los londinenses salieron desde el primer minuto a por el partido. En un inicio arrollador, pusieron contra las cuerdas al conjunto blanco, que se vio desbordado y al que le costó frenar a los de Tuchel. Sin embargo, no supieron aprovechar su superioridad ni las ocasiones con las que contaron en la primera parte. Y ya se sabe que al Real Madrid -y más en Champions- no se le puede dejar con vida.

Courtois, una vez más

El primer protagonista del partido fue Thibaut Courtois. No tardó ni 10 minutos en dejar su sello en el duelo. Acreditando partido tras partido que es el mejor portero del mundo, volvió a salvar al Real Madrid con un nuevo milagro. El gigante que tienen los blancos bajo palos volvió a lucirse con un paradón imposible ante Werner.

Da la sensación de que el belga ya impone ese temor en los delanteros que sólo logran los más grandes. Werner falló lo imperdonable. El alemán no terminó de creerse la oportunidad que se le presentaba para adelantar a los suyos, estaba solo en la frontal del área de castigo cuando recibió un balón de Pulisic, que se limitó a empujar. Incluso así era complicado que no terminase en gol, pero Courtois se echó encima y sacó un pie para despejar el balón.

Otra maravilla de Benzema

Si imposible fue la parada de Courtois, más imposible fue el gol de Karim Benzema. Enésima maravilla del galo, que había avisado con un balón al poste minutos antes. Los blancos no conseguían apenas pasar del centro del campo y, cuando lo hacían, el ariete se plantaba solo contra el muro defensivo de Tuchel. Por ello, buscó sorprender y se generó una ocasión complicadísima con un disparo con rosca que estrelló en la madera.

En la siguiente no perdonó. A balón parado volvieron a sacar petróleo los madridistas. Un córner botado en corto le llegó a Marcelo, que la puso muy pasada para Casemiro. El mediocentro la devolvió al área pequeña, donde peinó Militao, que estaba justo delante de Benzema. El balón le sorprendió, pero tuvo tiempo para bajarla de cabeza y cazar una volea medio cayéndose que fusiló la portería defendida por Mendy.

Cuando peor lo pasaba el Madrid, su delantero acudía de nuevo al rescate para salvar por el momento los muebles y cambiar el guion del partido. Un gol que, además, le permitía hacer historia en la máxima competición, al igualar a Raúl como cuarto máximo goleador de la Champions League, con 71 goles.

Zidane cambió la pizarra en el descanso

A pesar del empate, el Real Madrid había sido muy inferior al Chelsea durante el primer tiempo. Zidane se encargó de tocar el dibujo y fijar a Casemiro en el pivote, impidiéndole ganar metros que posibilitasen las peligrosas contras de los ingleses. Un ajuste que le permitió juntar más al equipo, que estuvo roto durante la primera mitad.

El técnico agrupó al equipo y le hizo replegarse al completo cuando tocaba. Con menos espacios, el Chelsea no encontró la manera de hacer daño al conjunto blanco, que durante la primera parte sufrió con las llegadas en estampida de los británicos, que encontró en la potencia de Kanté la mejor manera de hacer daño a la zaga madridista.

Posesiones largas y oficio para aguantar

Las ideas de Zidane permitieron al Madrid bajar el ritmo del partido. El Chelsea dejó de poner en riesgo las aspiraciones de los blancos de estar en Estambul el próximo 29 de mayo, gracias a que los madridistas se apoderaron del balón y comenzaron a alargar sus posesiones. Sin acercarse más de la cuenta al área londinense, los blancos se preocuparon más por defenderse con el dominio de Modric y Kroos, inéditos hasta ese momento y con claros síntomas de agotamiento.

Sin asumir riesgos en ataque, los blancos consiguieron dormir el partido y neutralizaron al Chelsea durante la segunda parte. Aunque no inquietaron apenas a Mendy, consiguieron poner fin a los ataques de los blues y hacer bueno un empate a uno que, aunque les obliga a ganar en Londres, les permite seguir con vida en la máxima competición continental.

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