El Real Madrid colapsa de nuevo ante el Arsenal. Otra vez en Londres y en la segunda parte. Lo tenían encarrilado las de Quesada y, en esta ocasión, estaban más que cómodas sobre el césped. Las madridistas se adelantaron antes del descanso por medio de Caroline Weir, pero los fantasmas volvieron a aparecerse tras el paso por vestuarios y Alessia Russo consiguió remontar, con sendos cabezazos en una segunda mitad en la que las gunners metieron una marcha más en busca de darle la vuelta.
Es la primera derrota de las blancas en esta Champions, donde las sensaciones eran inmejorables. Hasta que han vuelto a dar con uno de los equipos que ya se presenta como su bestia negra en Europa. Y eso que llegaban mal a la cita y con muchas dudas, pero las campeonas reaccionaron a tiempo ante un conjunto blanco que volvió a hacer aguas atrás en un momento clave, frente a una Russo que no tuvo rival en el juego aéreo. Y, si lo tuvo, se lo quitó de encima sin que se señalara falta, como hizo con Angeldahl en el segundo gol.
El Real Madrid se presentó en Londres con un cambio significativo en el once. Por fin Athenea era titular, dejando de nuevo a Redondo en el banquillo, como ya sucediera en el Clásico. Entonces, fue Keukelaar la elegida, mientras que ahora llegaba el momento de la cántabra. No había comenzado nada bien el curso, pero en Meadows Park fue la encargada de revitalizar el ataque del conjunto blanco.
Por su parte, las campeonas de Europa partían de inicio con casi todo. Mariona en el centro del campo, con Kelly y Russo como principales peligros en ataque. Se quedaban en el banquillo tanto Blackstenius como Mead. Lo llamativo era la ausencia de la sueca en el once, puesto que es una de las fijas para Renee Slegers, mientras que Kelly –utilizada como revulsivo habitualmente– era de la partida.
Comenzaron mejor las blancas, que se hicieron con el dominio durante el primer tiempo y buscaron la meta de las inglesas, sobre todo, con una Athenea de lo más activa desde el zurdo. Perdonó pasada la media hora Feller, en una oportunidad más que clara que terminó con un disparo sencillo para Van Domselaar. Sin embargo, al filo del descanso, Weir adelantaba a las madridistas.
La escocesa hacía justicia con una volea cerca del punto del penalti, al rechace de un centro desde la esquina. Empalaba y superaba a una Van Domselaar que poco podía hacer para evitar el tanto. Un gol con el que el Real Madrid mandaba al descanso y que catapultaba a las de Quesada a la segunda plaza en Champions en ese momento, sólo superadas por el Olympique de Lyon.
Los fantasmas vuelven en Londres
La situación ya le sonaba a más de una. El pasado año, después de ganar 2-0 en la ida de cuartos de final, llegaron por delante en la eliminatoria al descanso de la vuelta. Aunque entonces las sensaciones fueron muy distintas, puesto que era casualidad que el Arsenal no fuese por delante en el marcador. Ahora, el Real Madrid había contado con un dominio mayor. Pero lo que pasó fue lo mismo.
El Real Madrid volvió a colapsar en la segunda mitad. Lo hizo ante dos jugadoras que se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el fútbol español. Chloe Kelly y Alessia Russo volvieron a ser una pesadilla para las blancas. El Arsenal salió a por todas y, de nuevo, las madridistas volvieron a desaparecer del césped.
El centro de Kelly lo cabeceó muy bombeado Russo, batiendo por alto a Misa. Se veía venir lo que sucedería, ante unas madridistas incapaces de reaccionar. Y así fue. Aunque con polémica incluida. En un córner, Russo mandaba al suelo a Angeldahl de un agarrón y cabeceaba a placer para, con un doblete, darle la vuelta al partido.
Golpe de realidad del Arsenal
Intentó reaccionar el Real Madrid tras los dos tantos, lanzándose a la desesperada a por el empate. Para ello, entraban Redondo, Keukelaar e Irune. Ya sin el que había sido el principal activo en ataque del Madrid, Athenea, las de Quesada intentaban lo que parecía poco menos que una machada. Dejando descubierta por completo su espalda, pudieron encajar varios tantos más, pero Lakrar y Méndez eran de lo más eficaces tirando el fuera de juego, en el que cayó Russo hasta en dos ocasiones.
Y de un centro muy cerrado de Sheila pudo llegar el empate, pero se paseó sin que Redondo ni Linda fueran capaces de tocarla para mandarla a gol. La lateral comenzó a monopolizar el peligro desde su banda, siendo la encargada de llevar el peligro hacia la meta inglesa. Pero no lo consiguieron. Las blancas volvieron a caer cuando lo tenían en su mano para llevarse tres puntos muy valiosos de Londres.