El Clásico terminó como siempre. El Barcelona volvió a golear en un partido en el que Patri Guijarro fue la gran protagonista. Dos goles tempraneros de la mediocentro hicieron bajar los brazos muy pronto al Real Madrid, que apenas reaccionó a los golpes de las culés. Las blancas no llegaban lanzadas en busca de poder rascar algo a su máximo rival, pero quedó claro que sigue habiendo una distancia considerable entre ambos conjuntos, también en el apartado mental.
Dio la sensación de que el primer gol desenchufó a las madridistas. Fue una losa de la que no se supieron reponer, quedando a merced de un Barça que comenzó a hacer lo que quiso. Menos de 40 minutos les costó ponerse 0-3 ante un equipo inoperante, que sólo en la segunda parte, ya con todo perdido, se pudo ver por momentos a un Madrid reconocible. Y, aún así, las culés hicieron el cuarto por medio de Alexia.
Y eso que las blancas llegaban con ilusión desbordada tras un prometedor arranque liguero. Apenas han levantado el pie del acelerador en los primeros meses de competición, perdiendo ante el Chelsea y empatando frente al Atlético. Pero llegaba un Barcelona prácticamente invencible, con un balance de 14-0 en los Clásicos y que buscaba el pleno al 15.
Toril buscaba plantar batalla sobre el césped, cosa que no ha pasado nunca, salvo en una ocasión. Para ello, tiraba de un once de garantías, reforzando el medio del campo y prescindiendo de Linda Caicedo. La colombiana era la gran ausente en un once formado por: Misa; Oihane, Méndez, Lakrar, Olga; Teresa, Leupolz, Angeldahl; Weir, Feller y Redondo.
Por su parte, Pere Romeu, que se estrenaba en un Clásico, optaba por dejar fuera a Walsh y mantener a Pina en el ataque. Formaban las culés con Cata Coll bajo palos; una línea de cuatro atrás con Ona Batlle, Paredes, Mapi León y Brugts; en el centro del campo Guijarro, Aitana y Alexia; mientras que en ataque aparecían Graham, Pina y Pajor.
Patri Guijarro decide el Clásico
Se presentaba el Clásico como una oportunidad del Real Madrid por mostrarse cerca del nivel del Barcelona, pero las culés no estaban dispuestas a que lo pareciera. Quedó claro muy pronto, cuando en el minuto 4 Patri Guijarro adelantó a las azulgranas. Lo hizo con un remate en el segundo palo a la salida de un córner.
El Barça se creció y empezó a amasar el balón, disponiendo de una clara oportunidad para hacer el 0-2 que terminó en nada. Pero no tardó en llegar el segundo, por medio de nuevo de Guijarro. Cuando se iba reponiendo el conjunto blanco del primero, apareció de nuevo la mediocentro para cazar en la frontal un despeje y ajustárselo a Misa al palo.
Ese sí que fue un golpe muy duro para un Madrid que no había salido nada mal al terreno de juego, pero al que el Barça le había quitado de un plumazo cualquier tipo de ilusión. La efectividad de las azulgranas era más que evidente, puesto que en sus dos primeros disparos a puerta consiguieron perforar la portería. Por su parte, las madridistas apenas llegaban, siendo incapaces de presionar con eficacia a la defensa culé a la hora de sacar el balón desde atrás.
La sentencia llegó en el 39′. No se puede tirar peor la línea del fuera de juego que como lo hicieron las blancas, con las dos centrales clavadas atrás. Lo aprovechó Graham para ganarle la espalda a Olga y plantarse en el área sin oposición. Le puso el pase de la muerte a Claudia Pina y no perdonó, dando carpetazo al Clásico con una sentencia por la vía rápida.
Tras la reanudación, el conjunto blanco siguió sin mostrar capacidad alguna de reacción. Mientras que el Barça insistía en la portería de Misa. Para más inri, trataban de desesperar a las blancas perdiendo tiempo en cada acción por medio de Mapi León, que se recreaba antes de lanzar. Estuvo a punto de costarle cara la broma a la central, que cedió un balón a Cata con demasiada fuerza, pero no lo mandó a portería.
Alexia pone el broche con un golazo
Llegaron entonces los cambios de Toril, que metió del tirón a Toletti, Linda Caicedo y Bruun. A partir de ahí se vio otro Madrid, uno mucho más reconocible y atrevido, que buscaba –y encontraba– la espalda del Barça. Pero era demasiado tarde. Las madridistas comenzaron a aparecer en el área de Coll, poniendo por primera vez en el partido en problemas a la guardameta, por medio de la delantera danesa.
Pero la sensación durante buena parte del partido fue la de un equipo totalmente hundido en lo anímico, después de que las culés se adelantaran. El Real Madrid fue totalmente inoperante en ataque durante una hora de partido, muy frustrado ante un Barça que redondeó la goleada con una vaselina de Alexia Putellas.