El Real Madrid no tiene tiempo para lamentos
En el club todos mandan el mismo mensaje: hoy lloramos y mañana nos levantamos
El Real Madrid no tiene tiempo para lamentos. Bueno sí. Una noche. La última que pasaron en Berlín antes de regresar a la capital de España. Desde que el subcampeón de Europa ponga un pie en nuestro país ya sólo habrá un pensamiento común: las semifinales de la Liga Endesa contra el Barcelona. Ese es el mensaje que el club transmitió después de caer con dureza en la final de la Euroliga ante Panathinaikos.
Lo dijo el entrenador, Chus Mateo, en rueda de prensa, en boca de toda una plantilla dolida que está a obligada a levantarse si quiere cerrar con nota sobresaliente una temporada que, pese al reciente batacazo, es inmensa en cuanto a resultados. Ni 72 horas separan el final del partido en el Uber Arena del que disputará el Real Madrid este miércoles a las 20:30 horas en su pabellón, el WiZink Center, donde toda su afición le esperará para brindarle un merecido y necesario aliento tras lo ocurrido.
¿Es una derrota que duele? Sí. ¿Hay que hacer autocrítica? También. Pero todo este proceso se tiene que llevar a cabo en tiempo récord para que las malas sensaciones se queden en la capital de Alemania y que la maleta vuelva cargada de optimismo por una nueva oportunidad de ganar un título que se han labrado a lo largo de todo el curso. Es cierto que la peor actuación de la temporada llegó en el día más inoportuno, pero eso no borra el gran trabajo que han venido haciendo a lo largo de los últimos 10 meses.
El Real Madrid se quedó a un suspiro de liderar la fase regular en el campeonato doméstico con 28 victorias y seis derrotas en 34 partidos, los mismos resultados que el primero, Unicaja Málaga, pero con un diferencial de puntos menor. Esa apisonadora se conservó para un play off en el que los blancos no dieron ni la más mínima opción a Gran Canaria (2-0) antes de viajar hacia Berlín para disputar la Final Four.
Un vestuario unido
El final de esta historia europea no ha sido el esperado, eso no lo puede negar nadie, pero este grupo de jugadores ha demostrado sobradamente que sabe levantarse y esta vez tiene que hacerlo en cuestión de horas. Ese es el único propósito de una plantilla muy tocada, pero no hundida, y así lo transmitieron los pilares del vestuario sin tiempo para encajar la derrota.
«Nos vamos de Berlín mal, intentaremos descansar esta noche, aunque olvidarnos de este partido será imposible. Aunque debemos reponernos, el miércoles jugamos una semifinal», afirmó el Chacho Rodríguez tras la que posiblemente fuese su última final de Euroliga como jugador profesional de baloncesto.
Un mensaje claro y directo al corazón partido de los madridistas que sufrieron al ver cómo Panathinaikos sometía a su equipo en esa fatídica segunda parte en el Uber Arena. Chus Mateo, que opina que nunca perdieron «la fe hasta que se abrió la brecha de repente», quiso asegurar que su pensamiento y del de todos sus jugadores mutará rápidamente hacia la serie contra el Barça, que será el último reto para alcanzar otra final de Liga consecutiva.
Chus Mateo y las lágrimas del Real Madrid
«Nos vamos tristes y jodidos. Vamos a llorar en el hotel. Mañana nos vamos a levantar de esta y pelearemos para batir al Barcelona el miércoles ante nuestra afición», avisó el técnico madrileño, que aunque fue cuestionado varias veces por el asunto del calendario, se resignó al clásico «esto es lo que hay».
«El calendario es duro. Vamos a jugar contra el Barcelona el miércoles. Esto es lo que hay. Voy a seguir entrenando y mantener a mis jugadores lo más frescos posible. Intentamos no quejarnos de estas situaciones y mirar hacia adelante. A lo mejor hay que preguntar a los jugadores por qué vamos a acabar con 90 partidos y todos exigen su mejor versión todos los días. Encima van con sus selecciones y suman más partidos. No es fácil, lo intentamos, intentamos jugar lo mejor posible. Es difícil combinar Euroliga y nuestra Liga ACB», explicó.