Walter Tavares es el pívot puro más determinante de la Euroliga. Es una de las pocas máximas en las que coinciden todos los entrenadores de la competición cuando se les pregunta por el jugador del Real Madrid. Y eso tiene un precio. Cada vez que le llega un balón bajo el aro, la única manera que tienen sus rivales para pararle es con falta. Pero no siempre se pitan y Tavares está harto.
«Ya perdí las esperanzas, se hace durísimo mantener el control. Lo siento por lo de ayer en el Palacio», se lamentó el caboverdiano en las redes sociales tras su expulsión ante el Armani Milan. En el tercer cuarto del partido, entró a canasta, falló y al coger el rebote hasta tres jugadores del equipo italiano le encimaron. Seguramente alguno de ellos cometió falta. Los árbitros no pitaron nada y estalló de ira. Falta antideportiva y a la calle.
Tavares lidera varias categorías estadísticas de la Euroliga: es el jugador más valorado de toda la competición (20,3 por partido), el que más rebotes captura (7,8), el que más tapones coloca (1,8) y el que mejor tira de dos (73,3%) . Además, ha mejorado sensiblemente en el tiro libre (80,5%) y no es ningún chollo para las defensas mandarle a la línea de 4,60 metros.
El aviso de Laso
El africano le da mucho a su equipo, tanto que los rivales del Real Madrid se lo fijan como objetivo principal en sus labores defensivas. Esa enorme presión de sus rivales a veces consigue sacarle de quicio y hasta su entrenador, Pablo Laso, le ha advertido en varias ocasiones de que debe ser más fuerte mentalmente para no picar el anzuelo.
«Entiendo que se queje de faltas que le hacen y no le pitan, pero no entiendo que se salga del partido. Lo fácil sería quejarme del arbitraje y proteger a mi jugador, pero la mejora del jugador es que entienda que puede pasar, que siga jugando y acepte esas situaciones. Me parece absurdo salir de un partido porque no te han pitado una falta», lamentó el técnico en noviembre tras un partido muy similar contra el Fuenlabrada. Le sigue quedando trabajo que hacer con su pupilo.