Llull invita a otra ronda
El Real Madrid se clasificó para las semifinales de la Copa del Rey en un duelo que fue un entrenamiento en la primera mitad y un partido de verdad en la segunda mitad con Llull enfundándose la capa de superhéroe en el último cuarto con 12 puntos. El equipo de Laso intentó economizar esfuerzos para derrotar a la revelación de la temporada, un Bilbao Basket que dio una grata impresión dando espectáculo en forma de puntos.
El partido comenzó con los vigentes campeones de Liga estudiando los puntos débiles de su rival. Rouselle dio las primeras ventajas a los bilbaínos, pero el Madrid conseguía anotar a voluntad en la pintura con el trío formado por Randolph, Deck y Tavares llevando todo el peso y traducido en cinco rebotes ofensivos al término del periodo inicial.
El marcador seguía igualado y Laso aprovechó para dar confianza a jugadores que no viven su mejor momento. El segundo cuarto fue el momento para que Llull se reencontrase consigo mismo, mientras que Causeur se apuntaba a la fiesta con ocho puntos en el cuarto. El Bilbao se agarraba con casta, con gritos de Mumbrú y con los triples de Kulboka.
Tras el receso, el entrenamiento del Madrid llegó a su fin y se inició el partido. Los blancos empezaron a correr y Carroll se calentaba en la distancia. La ventaja blanca se disparó hasta los 16 puntos en un abrir y cerrar de ojos en el tercer cuarto.
Los blancos se confiaron. Se echaron una de sus típicas siestas permitiendo que los vascos se pusieron a cinco puntos y cuando las cosas pintaban muy feas apareció el viejo Llull, ese que dicen que se ha evaporado, para rescatar al Madrid del susto. El menorquín anotó varios triples mandarina marca de la casa hasta alcanzar los 12 puntos en el periodo final y sellar la caída de Bilbao Basket.
El Madrid, sin tener que mostrar nada del otro mundo, consigue el pase a las semifinales. Los blancos tiraron de su tremenda experiencia para consumar el pase sin tener que gastar un exceso de energía. Ya la necesitarán contra un Valencia que dio la campanada ante un Barça que hizo aguas en el partido inaugural.