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inseguridad ciudadana

Un vecino del ruidoso barrio de Santa Catalina de Palma: «La zona está dejada de la mano de Dios»

Denuncia que los fines de semana, con bares y calles repletas, "el ruido y las voces duran hasta las cuatro y cinco de la mañana",

"Falta vigilancia policial y hay mucha dejadez. Palma está muy sucia, está fatal", asegura

Los vecinos de Santa Catalina y Es Jonquet hartos de la pasividad del alcalde de Palma con el ruido

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

A Jimmy lo conocen todos los vecinos de los barrios palmesanos de Santa Catalina y Es Jonquet, pues allí nació, en la calle Sant Magí, ahora plagada de locales de ocio nocturno y terrazas que han puesto en jaque la convivencia vecinal. Y todo ello ante la pasividad del Ayuntamiento de Palma presidido por el alcalde socialista José Hila y de la concejala de Seguridad Ciudadana, Joana Maria Adrover.

Como apunta este residente, «todo esto ha cambiado muchísimo. Siempre ha sido una calle muy bulliciosa, con mucha gente, muchas tiendas. Las había de todo tipo, zapaterías, aquí había de todo. Aún sigue abierta alguna droguería, tiendas de niños, pequeñas mercerías, pero ahora están de moda los bares y los pubs».

Una transformación social del barrio que provoca que cada viernes y sábado muchos vecinos de la zona empiecen sus particulares noches de calvario en el mismo lugar escogido por miles de palmesanos para saciar las ganas de juerga y jaleo.

«La gente, en primer lugar, no tiene educación, no tiene principios, ni modos, ni maneras», lamenta Jimmy. «Salen por la noche, bueno, salen por la tarde con el tardeo, y cuando llegan las 23.00 de la noche, ya van con muchas copas. Y entonces el ruido y las voces duran hasta cuatro y las cinco de la mañana», denuncia. Un panorama que provoca que la mayoría de residentes tenga que dormir en pleno verano con las ventanas cerradas.

A la hora de explicar los factores que provocan esta lamentable situación, este vecino de toda la vida de Santa Catalina lo tiene claro. «Para mí hay tres factores muy importantes. La falta de vigilancia policial, la dejadez de la ciudad. Palma está muy sucia, está fatal. Y Santa Catalina está dejada de la mano de Dios. Hay una papelera en toda la calle». Y así lo puede constatar cualquiera que pasee por la calle Sant Magí.

Por ello, exigían al alcalde Hila que destinara patrullas policiales a pie a las calles del barrio los fines de semana y requerían a la concejala Adrover a revelar las cifras concretas de cuántos efectivos policiales hay destinados en la zona, días y horarios, y concretamente, qué actuaciones están realizando.