Teresa Rodríguez, la niña que cambió ir a misa por Pablo Iglesias por culpa del ruido de unos aviones

• David García de Lomana @lomanadavid
• Redactor en OKDIARIO Andalucía. Antes en COPE y MARCA Plus.
• • 12/06/2022 10:45
  • Actualizado: 15/06/2022 04:32

María Teresa Rodríguez-Rubio Vázquez (Rota, Cádiz, 18 de septiembre de 1981), es la candidata de Adelante Andalucía a las elecciones autonómicas del próximo 19 de junio. Sus padres regentaban una perfumería, luego droguería, en su ciudad natal. Su pareja es José María González ‘Kichi’, alcalde de Cádiz, y es madre de dos hijas, Aurora y Candela.

De niña fue «muy cristiana», fe que le inculcó su abuela, maestra en Rota. Iba a la Iglesia hasta que dejó de creer. Del cristianismo, dice, le marcó sentir como propio el dolor ajeno. Luego descubrió el marxismo y más tarde el feminismo, lo que la ayudó a ser «feliz» y abandonar «frustraciones» adolescentes.

De madre sevillana, su padre fue concejal del Partido Socialista de Andalucía (PSA), aunque cuando ella nació ya había dejado la política. Tampoco era un tema de conversación recurrente en casa. El trabajo de ambos en la perfumería le hizo volver al colegio también por las tardes, donde practicaba todas las actividades extraescolares posibles, como voleibol o balonmano. Apasionada del carnaval y la poesía, entre los flashes de su juventud recuerda un cómic de Mafalda y un casete de Carlos Cano.

Su cercanía a la base militar de Estados Unidos en Rota le empujó a la política y al activismo. A los diez años escuchaba aviones norteamericanos de camino a Bagdad (Irak), bombardeos que luego veía por televisión. Era la guerra del Golfo. No tardó en participar en marchas ciudadanas contra la OTAN.

La primera vez que se sintió «indignada» por algo ajeno a su vida fue cuando, de niña, el Ayuntamiento de Rota taló unos árboles que estaban levantando la acera. Ella vivía en esa calle. Militó en el sindicalismo, en las filas de Unión de Sindicatos de Trabajadores de la Enseñanza de Andalucía (USTEA), y su activismo comenzó en asambleas estudiantiles contra el Plan Bolonia, contra la Constitución Europea y en la Marea Verde.

Se licenció en Filología Árabe con intención de trabajar en la inmersión lingüística de inmigrantes, si bien ante la falta de dichos programas decidió sacarse las oposiciones de la Junta de Andalucía como profesora de Lengua Española. Fue docente en el Instituto Manuel de Falla de Puerto Real (Cádiz), aunque su plaza definitiva en Mijas (Málaga) no llegó a ocuparla. Antes trabajó como camarera, comercial o limpiadora. También fue becaria en el área de cooperación internacional de la Universidad de Cádiz y docente interina de la Escuela Oficial de Idiomas de Málaga.

En 2013 abandonó la Educación para dedicarse en pleno a la política. Se define antimilitarista, anticapitalista, antiglobalización, anticasta, feminista, ecosocialista, republicana y, por encima de todo, andalucista.

En 2016, en un acto celebrado en la sede de la Cámara de Comercio al que acudió como parlamentaria andaluza por Podemos, el empresario Manuel Muñoz Medina simuló besarla en la boca. Fue condenado por abuso sexual y Rodríguez donó parte de la indemnización recibida a la cofradía del Coño Insumiso.

Trayectoria política

A pesar de sus 40 años, Teresa Rodríguez es ya veterana en política. Se afilió muy joven a Izquierda Unida (IU) y con 18 años fue en las listas de IULV-CA a las elecciones al Parlamento de Andalucía del año 2000. En aquellos años lideró asambleas estudiantiles contra el Plan Bolonia o la Constitución Europea.

En 2003 optó a formar parte de su Consejo Político Federal. Se presentaron, entre otros, Gaspar Llamazares -entonces coordinador general de IU- o Juan Manuel Sánchez Gordillo, actual alcalde comunista de Marinaleda (Sevilla). Rodríguez logró entrar en la Presidencia Federal del partido.

Acabó abandonando IU por sus coqueteos con el PSOE. Lo hizo como parte de la corriente interna Espacio Alternativo, que después se convertiría en Izquierda Anticapitalista, grupo con el que concurrió a las elecciones al Parlamento Europeo de 2009, a las municipales de Cádiz en 2011 -logró 915 votos- y a las generales de España de ese mismo año.

Tras el 15M y el nacimiento de Podemos, entró en el partido de Pablo Iglesias y en sus orígenes fue uno de sus grandes pilares. Con ellos fue eurodiputada en 2014 y posteriormente secretaria general de Podemos Andalucía y candidata a la Junta en 2015, logrando 15 escaños. En la siguiente cita electoral volvió a acercarse a IU para conformar la coalición Adelante Andalucía. Consiguieron 17 diputados, pero aquello no terminó bien.

En 2020 abandonó Podemos por diferencias estratégicas con la formación morada, abrazo mediante con Pablo Iglesias. Se suponía una separación amistosa. En noviembre de dicho año, estando de baja maternal, fue expulsada del grupo parlamentario Adelante Andalucía junto a otros siete diputados, acusada de transfuguismo. «La política no para porque ella esté embarazada», afirmó entonces Irene Montero. Teresa Rodríguez recuerda aquella etapa como un «trauma». «Me han masacrado y apaleado», dijo.

Pero resurgió de sus cenizas y de las ‘puñaladas’. Pese a que en 2017 afirmó que volvería a ser profesora en cinco años, tenía asuntos pendientes que saldar con la izquierda. Rompió su promesa y refundó Adelante Andalucía a su imagen y semejanza, aglutinando las formaciones de Anticapitalistas, Primavera Andaluza, Izquierda Andaluza y Defender Andalucía, aunque no podrá contar con espacios electorales en medios públicos por decisión de la Junta Electoral de Andalucía. Además, Podemos e IU han vuelto a cruzarse en su camino, intentado sin éxito apartarla de los debates electorales alegando que su nuevo partido carece de relevancia social. «Son cobardes, no tienen valentía para debatir», se defendió.

Teresa Rodríguez es la candidata más joven a la Presidencia de la Junta y luchará de nuevo por un escaño en el Parlamento de Andalucía, donde ha sido azote de la derecha, pero también de la izquierda. En una ocasión, la socialista Susana Díaz mostró su declaración de Hacienda alardeando de honradez. La de Rota le espetó: «Lo que me interesa no es el dinero que entra en su casa, sino el que sale de la mía».