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La finca malagueña dónde se ha rodado la película que triunfa en Netflix y otras espectaculares localizaciones

Si has navegado en las últimas semanas (o días) por el catálogo de Netflix, seguro que al margen de lo nuevo de Stranger Things, te habrás topado con Mango. Una película danesa de amor que se ha colado entre las más vistas de la plataforma y que está dando mucho que hablar en España ya que fue rodada en La Axarquía, valle malagueño que está provocando el que muchos deseen visitarlo dada su belleza, y como de alguna manera, parece un personaje más de la película.

Pero no sólo La Axarquía. Desde Benamocarra, donde se encuentra la finca real que vertebra la historia, hasta Frigiliana, Vélez-Málaga o la costa granadina, cada localización aporta un matiz distinto. Y detrás de ese mapa hay un equipo que eligió rodar en plena temporada de cosecha, con la fruta en su punto y el sol en ese momento del año en el que la luz se vuelve dorada. Todo ello ha provocado que la película se convierta en una comedia romántica perfecta para ver una tarde de peli y manta en casa. Pero seguro que una vez la ves, tendrás ganas de irte a Málaga para recorrer todas sus localizaciones.

La finca de malagueña dónde se ha rodado la película que triunfa en Netflix

Si hay un lugar que sostiene la estética y el ritmo de Mango, ese es la finca Eurofresh, situada en Benamocarra. En la película la podemos ver tal cual. No es una recreación ni un espacio preparado para el rodaje: funciona como finca ecológica desde hace más de cuatro décadas y conserva la estructura tradicional de las explotaciones de la Axarquía. Así, los caminos de tierra, las hileras extensas de árboles y la casona pintada en tonos mostaza con puertas verdes son exactamente los que se ven en pantalla.

Pero además, toda la belleza captada en cámara viene dada también por el hecho de que el equipo rodó entre finales de agosto y septiembre, en plena recolección del mango, lo que permitió capturar fruta real, movimiento en los huertos y un ambiente que sólo existe en esas semanas del año. La finca es propiedad privada y no se puede visitar sin autorización, aunque en la comarca sí existen otras plantaciones que organizan recorridos y catas para quienes quieran conocer el cultivo desde dentro.

Las otras localizaciones que construyen el universo de Mango

Más allá de la finca, la película recorre varios municipios para mostrar esa convivencia entre tradición agrícola y vida de pueblo que define a la Axarquía. Vélez-Málaga aparece en escenas que conectan la rutina de la finca con el paso por la ciudad. Es un punto intermedio natural: lo suficientemente cercano al campo para mantener la estética rural, pero con presencia urbana para contextualizar el día a día de los personajes. Su valle, repleto de cultivos subtropicales, ayuda a entender por qué esta comarca es una referencia europea en producción de mango y aguacate.

Frigiliana aporta el contrapunto estético. Sus calles empinadas, encaladas y peatonales obligaron al equipo a transportar el material de rodaje a mano, una anécdota que refleja hasta qué punto el pueblo conserva su trazado tradicional. El Mirador de Frigiliana, donde se grabaron varias escenas, ofrece una de las vistas más reconocibles del film. Es la parte más luminosa y social, la que introduce la idea de comunidad y descanso que atraviesa la historia.

Hay también un guiño a un paisaje menos habitual en este tipo de producciones: el aeródromo de Trapiche. Esa localización, vinculada a una subtrama concreta, abre el plano y rompe con el imaginario de colinas y huertos, permitiendo que la narrativa vaya más allá. Y, ya más cerca del mar, aparecen las secuencias rodadas en Almuñécar, en un parque acuático junto a la costa granadina.

Un rodaje internacional con acento malagueño

Detrás de la cámara está el director Mehdi Avaz, conocido por Toscana y A Beautiful Life, que vuelve a apostar por la fórmula de mezclar drama emocional con paisajes que acompañan el proceso de transformación de sus personajes. El guion, firmado por Milad Schwartz Avaz, se apoya en la idea de choque cultural y reinterpretación del hogar, conceptos que encajan bien con el escenario elegido.

Aunque se trata de una producción danesa, Drive Studios, Rocket Road Pictures y Nordisk Film Distribution participan en el proyecto, y buena parte del trabajo técnico recayó en profesionales malagueños gracias al soporte local de Anima Stillking.