Sopladoras de hojas: ruido en tus oídos, heces y hongos en tus pulmones
Cada vez más ciudadanos se quejan del incordio que supone el ruido y los efectos de estas maquinarias de limpieza viaria
Cada vez más los municipios se olvidan de la tradicional escoba para barrer sus calles y optan por las ruidosas sopladoras de hojas. Unas máquinas que se despliegan por las calles sembrando un ensordecedor y constante ruido, que levantan polvo y las protestas de los ciudadanos por muchos motivos.
Este incordio, que permanece en los oídos de los habitantes de las ciudades durante bastantes minutos, que turba su tranquilidad, está siendo cada vez más cuestionado, sobre todo cuando te despiertan de buena mañana con su frenética actividad.
Las sopladoras de hojas, su correcta utilización y su huella sonora, aparece hasta en el Boletín Oficial del Estado, definida de la siguiente manera: «Máquina con motor adecuada para limpiar el césped, senderos, caminos, calles, etc. de hojas y otras materias por medio de un flujo de aire muy potente. Puede ser portátil (de mano) o no portátil pero móvil».
Quejas vecinales
En cuanto al ruido que emiten estos aparatos, que suelen ser de motor de combustión, una sopladora de gasolina despide una contaminación acústica por encima del umbral de los 100 decibelios.
Las quejas en los foros de las ciudades por este aparato, que suele ir acompañado por una barredora que también produce un ruido constante, son muy comunes en las redes sociales, en los foros de internet y en las conversaciones de quienes las sufren.
Así se pueden leer quejas como «estoy harta de la máquina que limpia las hojas y despierta a las 8 de la mañana y también lo hace a las 15 horas despertando a mi hijo de su siesta un día a la semana. Llevamos así desde que nació por una maquinita».
Problemas de salud
Pero el problema no sólo es el estruendoso ruido que generan, el olor a gasolina y los humos que expulsan, también conllevan aparejados otros problemas de salud para los vecinos y los trabajadores que las utilizan.
Por ejemplo, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica se ha fijado en los últimos años de los peligros de las sopladoras para la salud y recomienda a los ayuntamientos que cambien estas sopladoras por máquinas barredoras-aspiradoras, cuyos efectos son «más saludables».
Un comité de expertos formado por neumólogos y otras especialidades explica que «el barrido por aire a presión aumenta el polvo en el aire con la posibilidad de la inhalación de éste».
Hojas, hongos y excrementos
Este grupo de expertos, reunidos bajo la figura de Comité EPID (Enfermedad Pulmonar Intersticial Difusa), añade que estas máquinas diseminan el polvo en las calles haciendo volar «hojas, hongos y excrementos de pájaros.
«Al empujar el polvo con aire, algunas partículas pequeñas se distribuyen por en el ambiente, se aerosolizan y pueden llegar a ser respiradas tanto por los trabajadores como por los transeúntes», describen los expertos.
Y es que esta nube que inunda su entorno puede ser todo un foco de infecciones y suciedad que «nos lleva a respirar heces, basura y hongos» mezclados en una nube de polvo que también mancha coches, casas y comercios.
Un martirio para los alérgicos
Una de las principales y más evidentes consecuencias se manifiesta en los alérgicos al polen que ven cómo vuela con el potente soplo y se disemina en el aire.
En España la alergia al polen afecta a un 20% de la población, un dato que según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) aumentará considerablemente en los próximos 20 años, pudiendo llegar a al 30% de la población española.
Toda esta mezcla empeora la calidad del aire y acaba perjudicando nuestros pulmones, aumentando entre un 60% y un 70% el nivel de partículas en suspensión contaminantes. Y es que se estima que la velocidad del soplo de aire que sale por la tobera de la sopladora llega a alcanzar más de 200 kilómetros por hora.
Mejor barrer o aspirar
La ola de polvo que levantan puede durar entre dos y cuatro minutos en el aire, lo que provoca complicaciones en los bronquiolos y en el intercambio de gases que se produce en los pulmones.
Estas advertencias cuentan con el consenso de un neumólogo, un cirujano torácico, un radiólogo, un anatomopatólogo y un farmacéutico, que apuestan por alternativas menos dañinas. «Pedimos que se abandone el barrido y la limpieza por chorro de aire, con sopladoras. Se puede sustituir por la tradicional forma de barrido o por el aspirado».
Las sopladoras de hojas a gasolina tienen motores muy contaminantes que pueden tener graves consecuencias para la salud de la comunidad y, en particular, de los operarios.
Contaminantes
Además de las emisiones que forman polvareda y humos tóxicos, los sopladores de hojas de gasolina también generan emisiones de dióxido de carbono que contribuyen a la crisis del clima.
El uso de un soplador de hojas de combustión durante una hora genera las mismas emisiones de contaminación que un automóvil conducido durante 1.700 kilómetros.
Alternativas
Pero, ¿qué alternativas hay para sustituir las ruidosas y poco saludables sopladoras de gasolina? Lo primero que nos viene a la cabeza es cambiar el tipo de motor, pasar del de combustión al eléctrico, con la consiguiente eliminación de CO₂ y la disminución de peso de los equipos.
Con la opción eléctrica el ruido disminuye sensiblemente, hasta los 80 decibelios frente a los más de 100 de las de gasolina. Una solución que nunca evitará las nubles de polvo y los efectos sobre la salud.
La otra alternativa es volver al operario con cepillo barriendo las calles y recogiendo las hojas que caen en otoño o en verano en las aceras. Una opción más costosa, ya que las contratas de limpieza buscan efectividad y beneficio en las operaciones.
Barredoras-aspiradoras
Los neumólogos apuntan como consejo para los ayuntamientos que se utilicen barredoras-aspiradoras que, gracias a unos cepillos ubicados en la parte delantera, trasladan la suciedad hacia la parte baja de la máquina, donde una aspiradora lo reconduce al depósito donde se almacena.
Además, la materia aspirada se pulveriza con agua previamente a la recogida para evitar la onda de polvo. Este tipo de dispositivos parecen más saludables para la calidad de aire ambiental que inhalamos.
Entre otros consejos también se apuntan el de los horarios, como realizar las tareas en las franjas de menos paso de transeúntes o evitando los horarios en que los centros comerciales estén abiertos y prohibirlas en las Zonas de Bajas Emisiones.
Prohibir su uso
Otro de los remedios es prohibir el uso de sopladoras de hojas de gasolina, tal y como ya ha dictado la ciudad californiana de Pasadena, un alivio para los oídos de sus más de 140.000 habitantes, pero no para la salud de los mismos.
La medida, anunciada a mediados de 2023, defiende que «la tecnología de las sopladoras de hojas eléctricas ha avanzado sustancialmente, algunas de estas unidades son más potentes que las de gasolina y pueden proporcionar más de una hora de uso sin necesidad de carga».
Plan Renove
Además, el estado norteamericano anuncia que se ha activado un programa que ofrece descuentos a las pequeñas empresas y a los jardineros independientes por el cambio de sopladoras de hojas a gasolina por las eléctricas, una especie de Plan Renove.
La iniciativa impulsada por la Administración de la calidad del aire de la Costa Sur propone «un intercambio de maquinaria comercial de césped y jardín que ofrece reembolsos de hasta el 85% del coste de una sopladora de hojas eléctrico».
Horarios para conciliar
Para mejorar la convivencia y la conciliación para estos californianos, también ha fijado un horario fijo específico para su uso de ocho de la mañana a seis de la tarde, de lunes a viernes y de 9 a 5 de la tarde para los sábados. Los domingos su uso está prohibido totalmente.
En España, los horarios de trabajo de los operarios de limpieza y de parques están definidos en las ordenanzas municipales y, con la aparición de las olas de calor, muchos municipios adelantan a primeras horas de la mañana su comienzo por motivos de seguridad laboral. Siempre puedes consultar con tu ayuntamiento qué horarios son los establecidos.