Comisión Europea Movilidad sostenible

Rutas escolares seguras: cuando la movilidad sostenible protege a nuestros niños

Comienza la Semana Europea de la Movilidad

Movilidad para todas las personas es el lema de este año

Las necesidades de los niños son secundarias dentro de las estrategias de movilidad urbana

Satisfacer nuestras necesidades cotidianas de desplazamiento debe ser compatible con la protección de la salud y la conservación del medioambiente. Esta es la propuesta de la movilidad sostenible, que protagoniza una nueva edición de la Semana Europea de la Movilidad, que hoy comienza.

La Comisión Europea es la responsable de esta campaña que se desarrollará hasta el 22 de septiembre, cuando se celebre el Día sin Coches. Para este 2025, el tema elegido es Movilidad para todas las personas, mensaje que incide en la importancia de que la ciudadanía cuente con un transporte disponible, accesible, asequible, seguro y sostenible.

Lamentablemente, este objetivo no siempre se cumple debido a cuestiones como el elevado coste o la falta de opciones de transporte, obstáculo que limita la capacidad de muchas personas para acceder a puestos de trabajo, educación y servicios esenciales. Problema que es conocido como pobreza en el transporte.

Niños

En otras ocasiones, las dificultades para garantizar esta movilidad inclusiva surgen porque no se tienen en cuenta las necesidades específicas de determinados grupos y colectivos. Así sucede con los niños, que suelen ocupar un papel secundario en las políticas de transporte.

Actualmente, unos 1.000 millones de menores de edad viven en las ciudades, según cálculos de Unicef. A pesar de ello, se siguen evidenciando notables carencias en la planificación de la movilidad urbana cuando se trata de cuestiones que atañen directamente a la infancia.

Un ejemplo es la falta de rutas escolares seguras, sobre todo en ciudades en las que el diseño de la movilidad ha priorizado la circulación de los coches frente a los peatones, que se encuentran por este motivo frente a multitud de obstáculos, como pueden ser aceras estrechas, cruces sin semáforos, falta de señalización adecuada y numerosas barreras arquitectónicas.

La movilidad sostenible protege la salud y la seguridad de la infancia en momentos como el camino al colegio.

Salud

Entre los principales argumentos para promover rutas escolares seguras, a ser posible mediante fórmulas de movilidad activa (a pie o en bicicleta), se encuentra la protección de la salud de nuestros hijos.

Como explican desde el Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal): «el aumento de desplazamientos a la escuela en vehículo privado supone una falta de actividad física. En España la prevalencia de sobrepeso en menores está alrededor del 40%, siendo uno de los países europeos con mayor problema de obesidad infantil».

El ISGlobal añade que el desplazamiento a la escuela en transporte privado genera otros problemas, como más tráfico y atascos a la entrada de los colegios, así como un entorno escolar menos seguro, con más ruido y peor calidad del aire.

Aire contaminado

«A nivel mundial, el 93% de todos los niños y niñas respiran aire que no cumple con los estándares de la OMS, lo que supone 600.000 muertes infantiles prematuras cada año. En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, se ha visto que casi el 50% de los casos de asma infantil se debe a la contaminación del aire», asegura la misma fuente.

El ISGlobal lideró un estudio llevado a cabo en 39 escuelas de la Ciudad Condal, en el que se muestra que, en los colegios que se emplazan en lugares con mayor cantidad de vegetación, la concentración de contaminantes procedentes del tráfico (como el NO2, las partículas ultrafinas y las partículas en suspensión PM2,5) fue mucho menor.

Streets for Kids

Clean Cities es una coalición europea conformada por más de 80 entidades que trabajan por la movilidad sostenible. Entre sus prioridades figura la situación de la infancia en esta materia, como evidencia Streets for Kids, una de sus principales campañas, cuya nueva edición se está desarrollando entre el 15 de septiembre y hasta el próximo 24 de octubre.

Caminos escolares a bici y a pie, juegos en la calle, flashmobs y otros muchos actos cerca de los colegios se van a celebrar a lo largo de dicho periodo con el fin de demandar más calles (o caminos) escolares.

Calles escolares

«Las calles escolares son espacios accesibles alrededor de las escuelas donde se da prioridad a los desplazamientos a pie y en bicicleta frente a los vehículos de motor, especialmente a la hora de dejar y recoger a los alumnos», detallan desde la coalición.

Clean Cities remarca que los caminos escolares proporcionan beneficios inmediatos para la salud de los niños debido a que reducen la contaminación atmosférica alrededor de la escuela. También sirven para «animar a las familias a cambiar el coche por los desplazamientos a pie, en bicicleta o en transporte público», añade.

Apoyo mayoritario

Según la coalición, tanto los padres como los niños apoyan la existencia de calles escolares: «En una encuesta de Unicef realizada en Francia, el 87% de los encuestados se mostró a favor de implementar calles escolares alrededor de los colegios de sus hijos; a un 59% le convencían las cuestiones de seguridad (entornos más seguros) y a casi un 40% le convencía también el argumento de una menor contaminación».

«En Toronto, el 100% de los niños encuestados afirmó que prefería que la calle de su colegio estuviera libre de vehículos; el 77% creía que la calle no era segura antes de la iniciativa, y sólo un 3% durante ella», subraya la misma fuente.

Con la vista puesta en aumentar dicha seguridad para los menores, Clean Cities está elaborando un mapa europeo de calles escolares.

Recomendaciones

La coalición ha desarrollado esta serie de recomendaciones para la puesta en marcha de calles escolares:

  • Desarrollar planes claros para implantar calles escolares frente a todos las escuelas y colegios a más tardar en 2030, con objetivos anuales intermedios.
  • Cerrar primero las calles de forma temporal y aprovechar este tiempo para implicar a los vecinos y a la comunidad educativa en la definición del proyecto.
  • Permanencia. Limitar la circulación de vehículos a las horas de entrada y salida de los colegios es un primer paso, pero hay que conseguir que los caminos escolares sean permanentes para cambiar las pautas de transporte y facilitar su aplicación.
  • Implementar las infraestructuras que garanticen el cierre permanente, como bolardos, jardineras o barreras. Es importante la sensibilización de los padres y madres que conducen acerca de las ventajas de las calles escolares.
  • Por último, los caminos escolares deben ir acompañados de un programa que aumente la seguridad y la facilidad de los trayectos en bicicleta, a pie o en transporte público.