¿Qué es el biocuero? Así es el sustituto sostenible de la piel animal
La ganadería representa el 12% de las emisiones de carbono, según la FAO
En todo el mundo hay unos 1.500 millones de vacas
El biocuero se obtiene a partir de residuos vegetales y otras materias primas

El cuero vacuno es un material muy apreciado en la industria textil por su durabilidad, resistencia y flexibilidad, cualidades que son muy aprovechables para la fabricación de bolsos, zapatos, chaquetas y tapicería, entre otras posibilidades. Sin embargo, recientemente le ha salido un duro competidor: el biocuero.
Esto es así porque en los últimos años se han producido importantes avances en la investigación de nuevas fibras textiles derivadas de vegetales, hongos, subproductos agrícolas y residuos orgánicos. El resultado es la obtención de un cuero muy similar al que se obtiene de la piel de las vacas, pero con una huella de emisiones considerablemente menor.
Como recuerda la FAO, «la ganadería representa el 12% de las emisiones de gases con efecto invernadero provocadas por actividades humanas». Además, el ganado bovino es la principal fuente de emisiones (62%), seguido por el porcino (14%), los pollos (9%), los búfalos (8%) y las ovejas y cabras (7%).
Vacas
Es decir, las vacas de las que obtenemos, además de carne y leche, el cuero, representan un grave problema medioambiental por el incremento desproporcionado de la población de reses a nivel mundial debido, sobre todo, a que la dieta occidental se ha vuelto excesivamente carnívora.
De hecho, como también señala la FAO, contamos con más de 1.500 millones de vacas en el mundo. Si las vacas formaran su propio país, sería el más poblado de la tierra, por delante de naciones tan superpobladas como India y China.
Por ello, la citada agencia de Naciones Unidas recomienda “la reducción del consumo de carne en los países ricos como un camino a seguir”. De igual modo, también deberíamos dejar de comprar prendas o artículos elaborados con cuero vacuno para contribuir al mismo objetivo.
Proceso de curtido
Otra razón para apostar por el biocuero lo tenemos en el propio proceso de curtido de las pieles, para el que se emplea un metal tóxico, y potencialmente cancerígeno, como es el cromo. Así lo denuncia este reciente estudio científico de investigadores chinos y coreanos que alerta de que el problema es todavía mayor en productos de cuero con colores brillantes.
La causa es que el cuero de colores más brillantes y completamente teñido tiene un mayor contenido de CrVI, o cromato, el derivado del cromo que se suele emplear de manera habitual en la industria textil y que está asociado, igualmente, a importantes riesgos para la salud.
Según concluyen los propios investigadores: «Este estudio sugiere que los productos de cuero de colores brillantes pueden representar un riesgo carcinogénico a través del contacto dérmico, lo que enfatiza la necesidad de una mayor atención a la posible exposición al cromo de los productos de cuero».
Alternativas
La buena noticia es que no existen una, sino muchas alternativas que se basan en la utilización de materias primas de origen principalmente vegetal, con las que se obtienen unas fibras textiles muy similares en cuanto a sus características a las del cuero vacuno.
Un ejemplo muy interesante en este sentido es el piñatex, que se elabora a partir de los residuos de la cosecha de piña, especialmente de sus hojas, que son mezcladas con ácido polilático y resina para obtener el citado material. Fue creado por la diseñadora española Carmen Hijosa, que es además la fundadora de Ananas Anam, marca basada en dicho descubrimiento.
Uvas y olivos
Muy similar es el caso de Vegea, cuero vegano que, en este caso, se elabora con orujo, el residuo del vino conformado por pieles y pepitas de uva. Esta marca italiana utiliza un alto contenido en materia orgánica (90%), mientras que el resto de la composición es de origen sintético (10% de poliuretano).
Otro caso destacado es el de la murciana Hopeel que está desarrollando en estos momentos un biocuero que aprovecha los subproductos de la industria agroalimentaria, principalmente procedentes de cultivos de olivos y cítricos.
Así obtienen, aseguran sus responsables, un biocuero con estas cualidades: «I+D+i, de nueva generación, 100% biodegradable, sin químicos tóxicos, resistente y bello, de origen vegetal, respetando el medioambiente y a la comunidad según la normativa europea del Pacto Verde y el Plan de Acción para la Economía Circular».
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Hongos y café
No todos los materiales similares al cuero están basados en restos vegetales. También es posible trabajar con otro tipo de insumos, como los hongos. Este es el caso de Bolt Threads, empresa pionera en el desarrollo de Mylo, también conocido como cuero de micelio.
El micelio es la parte del hongo que se encuentra bajo tierra, a modo de profundas y extensas raíces. Además, la microestructura del micelio es, según afirma la empresa, muy similar al del propio colágeno del cuero.
También se ha conseguido crear un biocuero a partir de los posos del café y del aguacate. El hallazgo ha sido obra de la marca colombiana Bioma. Se trata, además, de materiales biodegradables con los que se fabrican zapatos, bolsos y carteras de manera muy similar a como se haría con un cuero convencional.