Codorníu aplica un plus climático al precio de la uva para apoyar a sus proveedores ante la sequía
La bodega vuelve a aplicar este incentivo por segundo año consecutivo y pagará la uva a 0,80 euros el kilo de media, un precio histórico para la empresa del Penedès
Codorníu ha anunciado hoy a los viticultores del Penedès que este año volverá a aplicar un «plus climático» a los precios de vendimia y que comprará la uva a 0,80 euros el kilo de media, una de las consecuencias de la pertinaz sequía que está afectando seriamente al sector.
Desde la bodega califican este esfuerzo como «un precio medio inédito, el más alto de su historia, con el que se quiere responder a la situación excepcional que vive la comarca del Penedès después de tres años de sequía continuada y una clara caída de la producción».
Para la compañía, este «plus climático, que ya aplicó el año pasado, es un esfuerzo necesario para apoyar a los viticultores de la zona, que siguen adelante con sus cultivos en condiciones climáticas adversas».
Con la vendimia en ciernes
El anuncio de la implantación de esta medida se produce a pocos días de iniciarse la vendimia, ya que la bodega prevé que la cosecha en el Penedès aún será inferior a un año normal, una anomalía que se repite por tercer año consecutivo.
La implantación de este plus climático «quiere reforzar la relación con los proveedores con quienes la casa de cava tiene acuerdos plurianuales desde 2019 y, a la vez, apoyar y abrir las puertas en todo el territorio del Penedès», según explica Codorníu.
El CEO de Raventós Codorníu, Sergio Fuster, justifica la medida como una acción de responsabilidad al tener muy claro «que nuestro propósito es cuidar la tierra, dar valor a la tierra. Así que, en un momento como este, tenemos que hacer un esfuerzo por la sostenibilidad y el futuro de todo el sector, empezando por el campo, aunque nos cueste rebajar las expectativas de beneficios inmediatos».
Plus climático
El año pasado, Codorníu ya aplicó este plan denominado plus de sequía por la empresa y pagó la uva entre un 32 % y un 40 % más cara (en función de la categoría) ante la previsión de una vendimia muy complicada por la falta de lluvia y la caída de producción.
Con la aplicación de este apoyo económico, el precio medio de la uva comprada se situó en los 0,61 €/kg. La subida extra de este año sería, por lo tanto, de un 30 % más sobre el precio medio del año pasado.
«Confiamos que las condiciones climáticas mejorarán en los próximos años y que el ofrecimiento de estas nuevas condiciones de precio sean un primer paso para regenerar el valor en todo el territorio», añade Fuster.
Desde 2019, la bodega tiene acuerdos de compra estables y a largo plazo firmados con familias de viticultores del Penedès. «Estos compromisos de compra, pioneros en el sector, ya suponen el 90 % de la uva que compra todo el grupo Raventós Codorníu», explica la empresa.
Sequía y cava en Cataluña
La extrema sequía está pasando factura al tejido económico y al empleo en Cataluña, también al Grupo Freixenet, que anunció el pasado mes de abril un Expediente de Regulación Temporal de Ocupación (ERTE) por fuerza mayor.
El expediente de regulación afectaría a 615 trabajadores de empresas Freixenet S.A y Segura Viudas S.A.U. que tenía previsto su puesta en marcha a partir del pasado mes de mayo.
Aunque la afectación máxima se cifró en 615 empleados, sobre un total de 778 trabajadores en plantilla, el ajuste laboral temporal se realizará sobre los empleos de Freixenet y Segura Viudas, quedando exenta la plantilla dedicada a la actividad comercial.
Situación saneada
En contraposición a este anunció de Freixenet, Raventós Codorníu, la otra gran empresa del cava catalán, aseguró que no tomaría medidas laborales, descartando un ERTE por sequía, afirmando que tenía la producción y la distribución de sus espumosos asegurada para los próximos años.
Según Codorníu su situación era estable, a pesar de que la sequía también afecta a sus viñedos del Penedés, y se debe a múltiples factores como la «buena gestión del negocio», una buena planificación en lo que es la compra de uva y a las existencias dentro de la bodega. La compañía tiene contratos estables con más de 300 familias de viticultores del Penedés y a que la empresa tiene una «buena situación financiera».