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El cambio climático provoca que los megaincendios sean hasta 40 veces más probables

Las condiciones extremadamente cálidas, secas y ventosas alimentan el fuego

El cambio climático también favorece que los incendios sean un 30% más intensos

Los megaincendios coincidieron en España con la ola de calor

Medios aéreos actuando en un incendio en la zona de Monte Coronado, en Málaga. El cambio climático es uno de los factores que agravan este tipo de fenómenos extremos. (Foto: EUROPA PRESS).
Medios aéreos actuando en un incendio en la zona de Monte Coronado, en Málaga. El cambio climático es uno de los factores que agravan este tipo de fenómenos extremos. (Foto: EUROPA PRESS).

En lo que va de año, se han quemado más de 380.000 hectáreas de terreno en España y otras 260.000 más en Portugal, principalmente durante la ola de incendios que arrasó la península ibérica el pasado mes de agosto. Todavía se sigue debatiendo sobre las posibles causas del fuego. En lo que sí que coinciden los expertos es en el papel clave del cambio climático.

Según explica la organización científica World Weather Attribution (WWA) en un reciente informe, el calentamiento global ha hecho 40 veces más probables estos megaincendios, al generar unas condiciones extremadamente cálidas, secas y ventosas, que precisamente son las ideales para la propagación de las llamas.

«Los datos meteorológicos empíricos sugieren que, en el clima actual, que se ha calentado 1,3 °C desde la época preindustrial, se espera que las condiciones extremas que provocaron los recientes incendios forestales ocurran aproximadamente una vez cada 15 años», detalla WWA en el citado trabajo.

Más intensos

«En comparación con un clima 1,3 °C más frío, esto representa un aumento de la probabilidad de aproximadamente 40 veces y un aumento de la intensidad de los incendios meteorológicos de aproximadamente un 30%. Esto significa que, sin el cambio climático, el evento sólo se esperaría que ocurriera menos de una vez cada 500 años», asegura esta organización de científicos del clima.

WWA también destaca que los incendios se produjeron en un momento en el que toda la región mediterránea estaba azotada por una ola de calor. Este tipo de fenómenos extremos facilitan que la vegetación se seque extremadamente rápido, proporcionando así una gran cantidad de material combustible.

Ola de calor

«Un factor que, junto con las sequías a largo plazo, es clave para que se produzcan incendios grandes y difíciles de controlar en la región», asegura la entidad científica, que además recuerda que la ola de calor de agosto fue la más intensa que se ha registrado en nuestro país, con una duración de 16 días y una anomalía positiva de 4,6 °C, superando la anomalía de 4,5 °C de julio de 2022.

«Desde 1975, se han producido 77 olas de calor (sin contar las Islas Canarias), de las cuales sólo seis han presentado una anomalía de 4 °C o más. Cinco de ellas han ocurrido desde 2019. Los incendios se producen en el pico de la temporada de incendios, tras años de incendios cada vez más grandes», sostiene WWA.

Incendios bosque

Recursos de extinción

En el informe comentado también se advierte de que la ola de incendios sufrida no sólo en la península ibérica, sino en buena parte de Europa, pone de relieve la presión que están sufriendo los recursos de extinción de incendios en el contexto climático actual, con un calentamiento de 1,3 grados.

«Este año, el Mecanismo de Protección Civil de la UE, responsable de coordinar la ayuda y el apoyo durante emergencias, se ha activado 17 veces durante la temporada de incendios de 2025 en respuesta a incendios forestales, en particular en Grecia, Albania, Bulgaria, Portugal y España», señala el WWA.

«Con un mayor calentamiento, las condiciones meteorológicas extremas concurrentes con incendios seguirán poniendo a prueba los recursos de extinción de incendios y poniendo a prueba los límites de la adaptación en algunos lugares», avisan los científicos.

Crisis climática

Greenpeace ha sido una de las primeras organizaciones que ha entrado a valorar las conclusiones del informe del WWA.  Según la ONG ecologista, este trabajo demuestra que «la crisis climática motivó que las condiciones meteorológicas fuesen un 30% más intensas, y que la ola de calor de esos días fuese 200 veces más probable y 3 ºC más intensa».

En palabras de Pedro Zorrilla, responsable de la Campaña de Cambio climático de Greenpeace: «Las ocho víctimas mortales, los cientos de heridos, las miles de personas afectadas directamente por los incendios, las familias que han perdido sus casas y sus medios de vida, nos demuestran que el cambio climático ya está aquí y sus impactos cada vez serán más intensos».

«Además, son las personas quienes más están pagando las consecuencias del cambio climático, mientras que los principales causantes, las empresas de combustibles fósiles, siguen obteniendo beneficios obscenos y saliendo indemnes. Necesitamos urgentemente una reacción desde todas las administraciones para adaptar nuestro país y minimizar los impactos futuros para la sociedad», insiste Zorrilla.

Telefónica, Incendios en Ourense. (Getty Images)

Nuevos impuestos y Pacto de Estado

Entre las medidas que propone Greenpeace para acelerar el abandono de las energías responsables de las emisiones, figura la puesta en marcha de nuevos impuestos para que la industria fósil y otros «grandes contaminadores» vean reducida su rentabilidad y aporten «los fondos necesarios para una transición ecológica justa», demandan los ecologistas.

«Este estudio deja clara la responsabilidad climática en la gravedad de los incendios forestales, a la que se añaden el abandono del medio rural, la intensificación agrícola y ganadera, y la falta de prevención», insiste Greenpeace, que también se ha referido al posible Pacto de Estado contra el cambio climático.

«Si el Gobierno y el resto de las fuerzas políticas quieren actuar con rigurosidad y responsabilidad, Greenpeace insiste: el Pacto de Estado por la emergencia climática debe incluir medidas concretas, financiación y plazos, además de ser construido con la participación del conjunto de la sociedad», concluye la ONG.