Así funciona en el Everest la estación de recarga solar más alta del mundo
Las instalación en el techo del planeta afronta con éxito un entorno extremo con diferencias de temperatura de 40 ºC, viento, granizo y nieve
El desafío de proporcionar energía solar se ha superado gracias a unos módulos ABC tipo N de Aiko
Un nuevo récord de altitud acaba de batirse en el Everest, un entorno extremo y privilegiado en el que es fundamental cuidar el medioambiente y en el que ha sido posible que los vehículos cero emisiones puedan recargar en una estación solar a más de 4.300 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Innovación y tecnología se han dado la mano en el techo del mundo, en el Parque Nacional del Everest, dando un paso de gigante y sostenible al alimentar con éxito la estación de recarga solar más alta del mundo.
El desafío de superar esta barrera de altitud ha sido posible gracias a la incorporación de módulos solares ABC tipo N de Aiko, que junto con la tecnología de refrigeración líquida de Huawei Digital Power, han conseguido establecer un nuevo standard para soluciones de energía verde en entornos extremos.
Estación de recarga en el Everest
Para la compañía Aiko, «se ha dado un paso de gigante en el desarrollo sostenible» al participar con éxito en este nuevo hito de alimentar la estación de recarga del Everest.
Esta nueva instalación forma parte del proyecto Corredor Verde de Sobrealimentación de la Autopista Sichuan-Tíbet (Sichuan-Tibet Highway Supercharging Green Corridor) a lo largo de la Ruta Nacional 318.
El corredor, por el que transitan más de un millón de turistas cada año, resuelve el problema de la falta de autonomía de los propietarios de vehículos eléctricos que se aventuran en esta zona de gran altitud conocida por sus espectaculares paisajes, pero con una infraestructura de carga limitada.
Un entorno hostil
El proyecto superó amplios desafíos que suponen este tipo de instalaciones a esta altitud y con un entorno poco favorable para su funcionamiento. Estas barreras son realmente significativas, ya que las inclemencias del tiempo, desde granizadas y ventiscas hasta vientos potentes, unidas a altos niveles de radiación solar, hacen que el entorno sea completamente impredecible.
Además, la altitud, el frío intenso y las cargas de nieve plantean graves riesgos para cualquier sistema solar. En este duro contexto, se seleccionaron los módulos ABC tipo N de Aiko por su resistencia a las microrroturas, alta eficiencia y gran rendimiento tanto en alta exposición a los rayos UVA como en bajas temperaturas.
Condiciones más extremas
Para afrontar un clima impredecible, los módulos solares son capaces de soportar diferencias extremas de temperatura de hasta 40℃ y grandes tormentas de granizo.
Hasta el momento, sus impulsores confirman que han superado hasta 4 veces las pruebas de fiabilidad IEC HF y las pruebas de granizo, obteniendo la certificación PVEL con piedras de granizo de 50 mm.
Otro de los grandes retos estriba en superar la altitud elevada y exposición a los rayos UV. La ubicación sufre áreas con alta exposición a la radiación ultravioleta pueden causar el deterioro del encapsulante de los módulos. En este sentido, la compañía Aiko ha superado cuatro veces las pruebas de fiabilidad UV IEC, garantizando la longevidad de sus módulos en estas condiciones.
Contra el viento y la nieve
A esta altitud se deben afrontar desafíos logísticos y de instalación en entornos difíciles, como las ráfagas de viento y las cargas de nieve, que afectan a su durabilidad. Tras su instalación, los módulos ABC han obtenido excelentes resultados en las pruebas de fiabilidad DML+TC, con una fiabilidad y resistencia a las microrroturas.
Para minimizar los efectos del sombreado parcial y reducir la temperatura de puntos calientes, una característica clave en montañas con terrenos irregulares, estos módulos están optimizados para superar lo que se denomina el «efecto de puntos calientes», proporcionando una mayor seguridad frente incendios.
Más electricidad
A medida que aumenta la altitud, la densidad del aire y la presión atmosférica disminuyen, debilitando las propiedades de aislamiento en los módulos solares. Gracias a las propiedades de aislamiento, Aiko ha superado 1.5 veces la prueba de alto voltaje IEC para garantizar su rendimiento en estas altitudes.
Y, a pesar de todas las condiciones poco favorables para la instalación de la infraestructura para la carga solar de vehículos eléctricos, se ha logrado que los módulos ABC generen entre un 6 % y un 10 % más de electricidad por metro cuadrado maximizando la producción en zonas donde no hay electricidad.
Futuro sostenible en zonas remotas
Este proyecto ejemplifica la misión de Aiko de llevar energía limpia también a los lugares más remotos y desérticos del planeta. Al generar anualmente 236.800 kWh de energía limpia, la estación de recarga del Everest reduce la huella de carbono provocada por los viajes a esta emblemática región.
Este espíritu se complementa con la visión de la compañía de una sociedad libre de emisiones para que el desarrollo y la protección del medioambiente coexisten pacíficamente.