Vídeo: así se coloca el reposacabezas correctamente
Si alguna vez has tenido la desgracia de sufrir un accidente de tráfico sabrás de lo que te hablo. Cuando te das un golpe con el coche, una de las primeras partes de nuestro cuerpo que sufre es el cuello. Ante una sacudida imprevista nuestra cabeza se convierte en un pasajero que tira de nuestro cuello, provocando la mayoría de las veces un esguince cervical. Se trata de una lesión cuyas consecuencias pueden durar desde unos días hasta volverse crónica. De ahí que sea de vital importancia la correcta colocación del reposacabezas. Un elemento de seguridad, que no de confort. Conviene no olvidarlo.
Así se coloca el reposacabezas
Cuando nos ponemos al volante, debemos tener en cuenta que nuestra cabeza no tiene que ir apoyada sobre el reposacabezas, pero sí situada a una mínima distancia respecto a él. De esta manera, en caso de alcance por detrás, nuestra cabeza apenas se desplazará hacia atrás, mitigando las consecuencias del accidente. Si lo colocamos demasiado alejado, el reposacabezas puede incluso agravar las consecuencias de un choque, con lo que su colocación resulta vital.
Como has podido ver en el vídeo que os hemos mostrado, cortesía de la DGT, lo más importante es que el reposacabezas se sitúe a la misma altura que la cabeza. Ni más alto, ni más bajo. Esta alineación, además de la distancia de la que hablábamos en el anterior párrafo, será la que logre que un posible impacto de nuestra cabeza se produzca sobre la superficie acolchada de este dispositivo.
Os estaréis preguntando cómo regular el reposacabezas para lograr que nuestra cabeza no se separe más de 4 centímetros de él. Los hay que permiten este tipo de regulación, pero para aquellos que no la tienen, tenéis que lograr una posición de conducción en el asiento que haga que de forma natural nuestra cabeza quede en la situación que os decimos. Generalmente, esto se consigue conduciendo en una posición más o menos erguida, debiendo encontrar un buen compromiso entre esto y nuestro confort al volante.
