Repostar gasolina de 98 octanos en lugar de 95 no vale la pena: lo dice el mejor mecánico de España
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El debate sobre qué combustible elegir se centra en el índice de octanos, un valor que mide la resistencia de la gasolina a la detonación durante la compresión del motor. La diferencia entre 95 y 98 está clara en lo técnico, pero la utilidad práctica de pagar más por un carburante depende de las características del vehículo y del uso que se le da.
La elección del tipo de gasolina también está marcada por factores como el precio en surtidor, la calidad de los aditivos o las recomendaciones del fabricante. La voz de profesionales de referencia en el sector del motor aporta claves para comprender si el esfuerzo económico de apostar por la gasolina de 98 compensa en comparación con la de 95.
¿Por qué repostar gasolina de 98 octanos en lugar de 95 no vale la pena?
Carlos Pérez, reconocido en 2025 como mejor mecánico del país por La Comunidad del Motor, explica que la mayoría de vehículos que funcionan con gasolina están preparados para la de 95 octanos.
«La de 98 también se puede usar, pero no aporta ventajas reales y encarece el gasto», señaló en una entrevista con un medio local.
El experto puntualiza que los kilómetros extra que en ocasiones se asocian a la gasolina de 98 no se deben al octanaje, sino a la presencia de más aditivos en este tipo de carburantes.
Estos componentes ayudan a mantener limpio el motor, aunque la diferencia económica en el repostaje suele neutralizar cualquier beneficio.
Diferencias entre gasolina 95 y 98 octanos
La principal distinción entre ambos tipos de carburante está en el índice de octanaje. La gasolina de 98 ofrece una mayor capacidad de resistencia frente a detonaciones no deseadas, algo que resulta útil en motores de altas prestaciones o en aquellos con una relación de compresión elevada.
En coches convencionales, diseñados para 95 octanos, el motor no aprovecha ese potencial adicional. En estos casos, la diferencia práctica desaparece y la ventaja de la 98 se limita a condiciones muy específicas.
La práctica de alternar combustibles y los riesgos asociados
La práctica de alternar depósitos entre 95 y 98 no genera daños inmediatos. Sin embargo, según el especialista, tampoco aporta ventajas significativas. La recomendación general es mantener la misma tipología que indique el fabricante y no experimentar con mezclas innecesarias.
En vehículos con motores adaptados a 95 octanos, usar 98 no mejora el rendimiento. Al contrario, emplear 95 en un coche que requiere 98 sí puede reducir prestaciones, aumentar el consumo y elevar las emisiones.
Importancia de los aditivos y la calidad del combustible
Más allá del octanaje, lo determinante es el nivel de aditivos de la gasolina. Son los que previenen la acumulación de residuos en el sistema de inyección, evitan averías costosas y alargan la vida útil del motor.
El propio Pérez subraya que es preferible apostar por gasolinas de calidad antes que fijarse exclusivamente en los octanos.
Además, advierte sobre el uso continuado de carburantes de bajo coste, que al tener menos aditivos pueden incrementar el desgaste mecánico. «El precio inicial parece atractivo, pero las reparaciones posteriores superan el ahorro», sostiene.
¿Cuándo conviene realmente usar gasolina de 98 octanos?
El uso habitual de 98 solo resulta apropiado en motores de compresión alta o en modelos diseñados para este combustible. En coches deportivos o de alto rendimiento, el mayor índice de octanos sí garantiza una combustión más eficiente y protege contra detonaciones.
Para el resto de automóviles, la gasolina de 95 es suficiente y cumple con los estándares de calidad europeos. Además, su coste más bajo la convierte en una opción más equilibrada en términos de gasto y eficiencia medioambiental.