La renovación del parque de vehículos, mucho más que una necesidad climática
La renovación del parque es una de las asignaturas pendientes de nuestro país, pero no únicamente por razones climáticas
Cada 24 de octubre, el Día Internacional contra el Cambio Climático nos invita a reflexionar sobre lo que se considera uno de los grandes desafíos de nuestra generación. Este año, la efeméride llega apenas dos semanas después de la aprobación en el Congreso de los Diputados de la esperada Ley de Movilidad Sostenible. Más allá de las medidas específicas, la nueva normativa reivindica una implicación transversal de diversos agentes sociales para acelerar la transformación hacia un modelo de movilidad más limpio, seguro y accesible, que –y como siempre hemos defendido desde Faconauto- necesariamente deberá ser también más universal e inclusivo para no dejar a nadie atrás.
Uno de los puntos de inflexión de la nueva ley es la incorporación del Plan Nacional de Renovación del Parque de Vehículos, una medida largamente reivindicada por el sector y que debe impulsar el rejuvenecimiento del parque. En nuestro país circulan más de 30 millones de vehículos, con una edad media de 14,5 años, sensiblemente superior a la media europea. Un dato más que desalentador recientemente publicado (AECA-ITV): uno de cada dos vehículos tiene más de 15 años. La renovación del parque es una de las asignaturas pendientes de nuestro país, pero no únicamente por razones climáticas. También resulta una necesidad social -esencial en términos de seguridad vial- y económica. Gracias a la inversión tecnológica de los fabricantes, los vehículos nuevos -sea cual sea la energía que los muevan- emiten menos emisiones, son mucho más eficientes energéticamente y cuentan con un equipamiento de seguridad mucho más avanzado que los modelos de una década atrás.
Por ello, el Plan Nacional de Renovación del Parque es la primera medida estructural que, bien aplicada y explicada a la ciudadanía, puede generar un impacto real en la reducción de emisiones, contribuir a la reducción de la siniestralidad y, al mismo tiempo, fortalecer una de las industrias con mayor peso en la economía y la generación de empleo. A diferencia de la tendencia de los últimos años, este plan no se focaliza únicamente en los motores eléctricos, sino que reconoce el papel de otras energías (hidrógeno, combustibles renovables y tecnologías de combustión de última generación) en la necesaria renovación del parque. Es lo que conocemos como “neutralidad tecnológica”, que reconoce la libertad de los usuarios de escoger la alternativa que mejor se adapte a sus necesidades y recursos, sin imponer una alternativa sobre la otra. Otro dato fundamental: todos los planes de renovación del parque ligados a emisiones que hemos contribuido a implementar en varias comunidades autónomas, han supuesto un impulso, y no un freno, para la electrificación.
Renovación del parque de vehículos
En la elección de una solución u otra, los concesionarios tenemos mucho que aportar. Nos encontramos en el centro estratégico de la cadena de valor, como punto de encuentro entre fabricantes y consumidores, con un gran conocimiento del sector y contacto directo con la realidad social. En este sentido, somos mucho más que meros puntos de venta. Somos centros de información y atención de máxima fiabilidad y confianza para una ciudadanía a menudo desconcertada por la complejidad de las ayudas actuales, la enorme oferta en el mercado o los falsos mitos sobre una tecnología u otra. Además, conformamos una red capilar que llega a más del 62% del territorio nacional, generando cohesión social y riqueza, con un empleo estable y de calidad.
Sin embargo, para que nuestro compromiso sea realmente efectivo y contribuyamos a una transformación real, necesitamos estabilidad y continuidad en los programas de incentivos, como el Plan Moves III y los programas autonómicos, hasta la plena entrada en vigor del Plan Nacional. Solo de este modo España podrá renovar su parque a la velocidad que demanda Europa y cumplir con sus objetivos ambientales.
La lucha contra el cambio climático exige equilibrio entre ambición medioambiental y realismo socioeconómico. Insistimos, la renovación del parque no compite con la electrificación: la complementa y la acelera. Es la manera más inteligente y socialmente justa de avanzar hacia una movilidad moderna, limpia y accesible para todos.
