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Prueba del Kia Sportage 1.7 CRDi 115 CV

Kia Sportage 1

Los SUVs de las marcas generalistas se encuentran sumidos en una pelea a nivel de ventas de las más cruentas del mercado. Es lo que tiene que este tipo de vehículos esté tan de moda. Fomenta una competitividad entre las marcas que da como resultado un aumento de calidad de sus productos. Y eso es precisamente lo que hemos podido ver con la nueva generación del Kia Sportage, del que hemos tenido el placer de probar la versión con motor CRDi de 115 CV. Sin duda, una apuesta más que segura.

Diseño

Hace mucho tiempo que Kia dejó de ser uno de los patitos feos del mercado. En todos los aspectos. Pero si hay uno que llama especialmente la atención es el del diseño. El nuevo Sportage, como el resto de modelos de la marca que hemos visto nacer de un tiempo a esta parte, tiene una personalidad que impresiona. Su imagen es 100% Kia, y sus rasgos son tan llamativos como actuales.

El nuevo Sportage crece ligeramente respecto a la generación anterior, siendo su longitud ahora de 4,48 metros -por 4,44 del anterior-, lo que deriva además en unas ventajas interiores que comentaremos en el apartado correspondiente. Este aumento de tamaño deriva también en un pequeño aumento de su peso, pero es que el nuevo Sportage quiere pelear de tú a tú con todos los SUVs generalistas del mercado. Ya no es una opción cuya principal ventaja competitiva sea el precio. Tiene otras, y de importancia.

En cuanto a las formas que presenta el nuevo Kia Sportage, no se aprecian muchos cambios en su vista de perfil, salvo los obligados por el cambio de generación. Sin embargo, tanto su frontal como su zaga son totalmente nuevos. Además de adoptar el mismo lenguaje de diseño que los últimos Kia conocidos, cuenta con unas formas que harán que reconozcas el vehículo a varios metros de distancia. Aquí está la personalidad de la que hablábamos antes. Lograr tener un coche que se distinga perfectamente del resto con elementos no muy convencionales y que además sea atractivo no es nada sencillo, y los diseñadores coreanos lo han logrado.

Interior

El aumento de dimensiones del Kia Sportage tiene su principal reflejo en el interior del vehículo. Todas las plazas del habitáculo disponen de un extra de espacio y, por tanto, de confort, respecto a la generación anterior. A esto último también ayuda el diseño de los asientos, que han sido dispuestos de tal manera que ofrecen una posición de lo más ergonómica. Destaca especialmente en este aspecto el del conductor, que además ofrece una gran cantidad de reglajes para poder adaptarnos perfectamente en función de nuestro tamaño. Tan solo merece una pequeña crítica el reposabrazos central, que en determinados cambios de marcha puede llegar a molestar según su posición.

Otro de los puntos que destaca en el puesto del conductor es el de la distribución de los mandos. Es algo que venimos observando en todos los modelos de Kia que hemos probado. Todos y cada uno de los botones que manejaremos habitualmente están situados en una posición difícilmente mejorable, siendo su funcionamiento además muy intuitivo.

También merece elogios la calidad percibida en todos y cada uno de los rincones del interior del Kia Sportage. No hay ningún punto que podamos catalogar como mejorable, en el sentido de una apariencia ‘cutre’. Todos los detalles están muy bien cuidados, y la disposición tanto del cuadro de mandos como de la consola central está perfectamente estudiada, además de resultar moderna.

Donde Kia ha dado un paso adelante bastante considerable es en el maletero. Mientras que el Kia Sportage de tercera generación anunciaba una capacidad de 465 litros, con el nuevo estamos hablando de 503, cifra que se eleva exponencialmente -1.465 litros- si abatimos los asientos traseros.

Motor y consumos

La unidad de pruebas que hemos tenido a nuestra disposición del Kia Sportage equipaba un motor diesel de 1,7 litros y 115 CV. Se trata de la opción más liviana en lo que a propulsores con este combustible se refiere, quedando por encima los 2 litros de 136 y 185 CV. Seguramente cualquiera de estas dos variantes sea más adecuada para mover con soltura el Sportage, porque el que hemos probado queda algo justo en ciertas situaciones.

Hay que tener muy claro para qué vamos a utilizar nuestro coche antes de comprarlo. Ahí radica en gran parte la satisfacción posterior que vayamos a tener. Si queremos nuestro Sportage para un uso totalmente urbano y para salir de viaje esporádicamente con él, el motor de 115 CV será suficiente. Si por el contrario queremos salir al campo de manera habitual o demandaremos viajes con el vehículo cargado de equipaje hasta los topes, será mejor que optemos por alguna de las dos variantes más potentes -obviamos comentar las de gasolina, ya que es más justo compararlas solamente entre ellas-. Además, no conviene olvidar que el motor de 115 CV solamente se ofrece con tracción delantera, dejando la tracción total para las mecánicas de 136 CV -como opción- y 185 CV -de serie-.

En cuanto a consumos, durante la semana que pudimos compartir con el Kia Sportage 1.7 CRDi, que equipa una caja de cambios manual de seis marchas, obtuvimos una cifra de 6,8 l/100 km. Lo ideal sería haber bajado algo la misma, pero la limitada fuerza del propulsor hace que en más de una ocasión tengas que apretarlo más de la cuenta. No obstante, tampoco estamos ante un gasto escandaloso, ni mucho menos.

El mayor punto flaco del motor lo encontramos en la sonoridad. Se trata de una mecánica que podríamos catalogar de ruidosa a cierto régimen, aunque quizás no toda la culpa sea de ella, pudiendo repartir la misma con la insonorización del habitáculo, donde por cierto no se cuelan otro tipo de molestias auditivas.

Comportamiento

Si tuviese que elegir una palabra para definir el comportamiento del nuevo Kia Sportage sería equilibrio. Quizás no sea el mejor vehículo del mercado en ningún aspecto, pero se defiende con bastante soltura en todas las situaciones.

Cuando circulamos con el Sportage por ciudad, ofrece unos niveles de confort bastante elevados, además de una agilidad más que aceptable para un coche de sus características. Lo mismo podríamos aplicar a su desempeño en carreteras viradas, donde si salvamos las lógicas inercias de un coche de su tamaño, nos sorprenderemos para bien. Ni que decir tiene que también estamos ante un vehículo que asegura la posibilidad de desplazarse durante una buena cantidad de kilómetros sin que podamos ponerle pegas. Los viajes largos a bordo del Sportage son una gozada.

Otro de los puntos que me sorprendió para bien fue el tacto del freno del Sportage. No suelo ser muy amigo de los SUVs en este apartado porque no son capaces de transmitirme la misma sensación de seguridad que otros vehículos que van más pegados al suelo, pero he de reconocer que Kia ha hecho un gran trabajo en este apartado. Estabilidad y firmeza serían dos buenas palabras para definir la frenada del Sportage, cuya dirección también destaca por un tacto preciso y agradable, aunque quizás excesivamente suave.

Equipamiento

El Kia Sportage de nueva generación ha dado un importante salto en lo que al equipamiento que puede incorporar se refiere. Al anterior se le echaba en cara que contaba con elementos pasados de ‘moda’, pero no es algo que se le pueda aplicar a este modelo. Por ejemplo, podremos disponer de elementos como el asistente de aparcamiento automático tanto en paralelo como en batería, la ayuda para el descenso de pendientes, el asistente activo de cambio involuntario de carril, el control automático de las luces de carretera direccionales o las alertas de ángulo muerto y de tráfico transversal. Y todo ello sin olvidar la frenada de emergencia autónoma con detector de peatones.

A nivel de infoentretenimiento, contaremos con una pantalla táctil, que puede ser de 7 u 8 pulgadas, y cuyo sistema será compatible tanto con Android Auto como con Apple Car Play. El manejo de la misma nos permitirá controlar todo lo imaginable de una manera muy sencilla e intuitiva. Parece fácil, pero no son tan habituales las pantallas táctiles que funcionan con tanta fluidez y precisión. No obstante, las funciones principales seguirán dependiendo de mandos físicos como los de toda la vida, algo que un servidor prefiere. Cuestión de gustos. Además, en la mencionada pantalla podremos contar con la cámara de visión trasera, muy útil en ciertos momentos.

Ficha técnica
Motor
Situación Delantero transversal
Nº Cilindros 4 en línea
Tipo de combustible Diesel
Compresión 15,7 a 1
Potencia (CV/rpm.) 115 a 4000
Par máximo (Nm/rpm.) 280/1250-2750
Transmisión
Tipo Manual
Cambio Seis velocidades
Bastidor
Suspensión delantera Tipo McPherson/Resorte helicoidal
Suspensión trasera Paralelogramo deformable/Resorte helicoidal
Frenos
Delanteros Discos ventilados 305 mm.
Traseros Discos 302 mm.
Dirección Cremallera eléctrica
Diámetro de giro (m.) 10,6
Número de vueltas de volante 2,7
Neumáticos 225/60 R17 (serie)
Llantas 17 pulgadas (serie)
CARROCERÍA
Nº de plazas Cinco
Peso en vacío (kilos) 1425
Depósito de combustible (litros) 62
Largo (mm.) 4480
Ancho (mm.) 1855
Alto (mm.) 1635
Vía delantera (mm.) 1613
Vía trasera (mm.) 1625
Distancia entre ejes 2670
Capacidad del maletero (litros) 503
Prestaciones
Velocidad máxima (km/h.) 176
Aceleración de 0 a 100 Km/h. (seg.) 11,5
Consumos
Urbano (litros/100 km) 5,4
Extraurbano (litros/100 km) 4,2
Mixto (litros/100 km) 4,6

Conclusión y rivales

Hablar del Kia Sportage es hablar de una de las mejores opciones del mercado en lo que a SUVs de este tamaño se refiere. La relación calidad-precio del mismo, donde destaca lo primero especialmente, tiene pocos rivales a día de hoy, con lo que la compra de este modelo sobre cualquiera de sus rivales nunca será un error. Eso sí, personalmente me decantaría por una mecánica más poderosa que la probada, con lo que los 22.900 euros de partida que se anuncian para el Sportage subirían algo más.

Rivales
Lo mejor
  • Paso adelante claro respecto a la generación anterior
  • Espacio y confort interior
  • Relación calidad-precio
Lo peor
  • Sonoridad del motor
  • Motor de 115 CV algo justo en algunas situaciones

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