La DGT ya no sabe cómo decirlo: el error que cometen casi todos los conductores cuando pasan por una rotonda
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Las rotondas, esas intersecciones circulares que vemos por doquier en nuestras ciudades y carreteras, fueron diseñadas para facilitar el flujo de tráfico y reducir accidentes. Sin embargo, a pesar de que llevan décadas en funcionamiento, muchos conductores continúan cometiendo un error que complica su uso y ponen en riesgo la seguridad vial en la rotonda. Estos fallos frecuentes generan frenazos inesperados y colisiones que podrían evitarse con un poco más de atención y conocimiento sobre las normas básicas que regulan la circulación dentro de ellas.
Conducir en una glorieta no es tan sencillo como parece a simple vista; requiere comprender el funcionamiento de los carriles y cuál es el momento adecuado para tomar la salida deseada. Aunque las normas son claras y la DGT (Dirección General de Tráfico) realiza campañas informativas constantes, los errores persisten. Esto se debe en gran parte a la costumbre y a un modo de conducción automático donde muchas personas repiten conductas incorrectas porque creen que son más rápidas o eficientes. La prisa, el estrés y la falta de concentración también juegan un papel importante.
El error más habitual al circular por una rotonda
El error más habitual al circular por una rotonda es lo que se conoce como «hacerse la rotonda recta». Básicamente, consiste en trazar una línea imaginaria y recta desde el punto de entrada hasta la salida que se quiere tomar, sin respetar los carriles. Por ejemplo, entrar por el carril derecho y atravesar la glorieta en diagonal para salir en la segunda o tercera salida. Esta práctica, aunque muy común, va en contra de las normas de circulación y es una fuente constante de accidentes y problemas de convivencia vial.
Al hacer esto, el conductor invade la trayectoria de otros vehículos que circulan correctamente por el carril exterior, obligándolos a frenar de forma inesperada o a realizar maniobras evasivas . En lugar de funcionar como un sistema que agiliza el tráfico, la rotonda se convierte en un lugar de conflictos donde reina la improvisación y la falta de respeto a las normas. Por eso, es fundamental entender que cada carril tiene una función específica y que cambiar de carril debe hacerse siempre de manera segura y progresiva.
¿Cómo funcionan los carriles?
Una forma sencilla de visualizar la correcta circulación en una glorieta es pensar en ella como una especie de autovía circular con varios carriles. El carril exterior es el que permite salir de la rotonda y es el que deben utilizar los conductores cuando se acerquen a la salida que desean tomar. Los carriles interiores, en cambio, son para quienes necesitan dar más vueltas dentro de la rotonda o para adelantar a otros vehículos, pero nunca para salir directamente desde ahí.
Cuando un conductor circula por un carril interior, debe esperar el momento adecuado para cambiarse al carril exterior con suficiente antelación antes de su salida. Si no lo hace así y decide salir desde un carril interior, está infringiendo la normativa y poniendo en peligro la seguridad de los demás usuarios. Esta maniobra es una de las principales causas de colisiones laterales.
La importancia de señalizar correctamente
Uno de los errores menos visibles pero igual de graves es la falta de uso o el uso incorrecto de los intermitentes dentro de las rotondas. No señalizar cuándo se va a salir o hacerlo demasiado tarde genera confusión entre los demás conductores, que no pueden anticipar nuestros movimientos y reaccionar a tiempo. También es frecuente ver que algunos conductores encienden el intermitente izquierdo para indicar que van a seguir dando vueltas, lo cual es incorrecto y puede despistar a otros usuarios.
¿Quién tiene preferencia?
Otro error muy común al circular por una rotonda es ignorar o confundir la prioridad de paso. A diferencia de otras intersecciones, aquí la prioridad siempre la tienen los vehículos que ya están circulando dentro del anillo, salvo que la señalización indique lo contrario. Por eso, quienes se aproximan deben reducir la velocidad y ceder el paso a los que ya están dentro.
Sin embargo, es muy habitual ver conductores que fuerzan su entrada, obligando a los que están circulando a frenar o maniobrar bruscamente. Respetar la prioridad es una forma de mantener el orden y evitar accidentes.
Consejos para una circulación segura
Al acercarte a una rotonda, reduce la velocidad y cede siempre el paso a los vehículos que ya circulan dentro de ella. Es fundamental colocarte en el carril adecuado según la salida que vayas a tomar: utiliza el carril exterior para las primeras salidas y los carriles interiores si planeas dar varias vueltas o tomar salidas más lejanas.
Recuerda señalizar con suficiente anticipación tanto al cambiar de carril como al salir de la rotonda. Nunca abandones la rotonda desde un carril interior sin haberte desplazado antes al carril exterior. Si te pasas de salida, continúa dando vueltas hasta que puedas colocarte con seguridad en el carril exterior.
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