Opel Corsa OPC, ¡lo probamos!

“Obra de arte en que el ingenio o la fantasía rompen la observancia de las reglas”. Ésta es la tercera acepción que nos aporta la RAE en su diccionario oficial sobre la palabra capricho. Y es perfectamente aplicable al coche del que vamos a hablar hoy, el Opel Corsa OPC. Uno de esos vehículos que están fabricados por y para divertir al volante, aún a costa de sacrificar otras cosas que aceptaremos gustosamente. ¿Por qué? Por todo lo que vas a leer a continuación.

Diseño

El Opel Corsa OPC es uno de esos vehículos que hasta los menos aficionados al mundo de las cuatro ruedas son capaces de detectar que es algo fuera de lo común. Un alerón por aquí, una toma de aire por allá, y el resultado es un aumento de músculo que hace del utilitario un coche temible estéticamente.

Las diferencias que presenta el Corsa OPC respecto a las variantes convencionales del utilitario germano son bastante notorias. Empezando por el frontal, nos encontramos con un paragolpes más prominente, así como con una toma de aire en el capó que además de refrigerar el motor aumenta la agresividad del conjunto.

Si nos fijamos en la vista de perfil, lo que más llama la atención son las exclusivas llantas de 17 pulgadas que equipa, cuyo vistoso diseño solamente merece elogios. Más cambios presenta la zaga, que se ve protagonizada por un nuevo alerón de perfectas dimensiones -más grande hubiese sido caer en lo soez- y por un difusor de aire a través del cual emergen dos salidas de escape.

Opel ha logrado darle al Corsa OPC un toque más agresivo sin caer en la estridencia, un vicio que no es nada difícil de adquirir cuando de hacer una versión deportiva sobre un coche convencional se trata. Otro aplauso merece también el color azul de la carrocería de nuestra unidad de pruebas. Aunque en la fotografía que preside esta prueba ya se aprecia su espectacularidad, no es hasta que lo ves en directo cuando te das cuenta de lo acertado de la apuesta.

Interior

Si por fuera ya se nota que el Opel Corsa OPC es un coche de lo más especial, por dentro esta sensación se acentúa. Antes de entrar nos topamos con unos asientos deportivos Recaro tan espectaculares como eficaces. Una vez sentado sobre el del conductor, nos daremos cuenta de que la marca alemana ha optado por incluir un nuevo volante deportivo con la parte baja achatada y un cuadro de mandos deportivo donde las siglas OPC se encuentran bien visibles.

Si giramos desde esta posición nuestra mirada a la derecha, contemplaremos la consola central. Sus acabados son de calidad y no merecen pega alguna, aunque el sistema multimedia está situado en una posición excesivamente baja. Otra de las cosas que destaca en esta zona es la palanca de cambios, que también dispone de una estética más deportiva y de las siglas OPC grabadas en el pomo.

En cuanto a la habitabilidad, muchas luces y pocas sombras. La parte delantera del coche no presenta queja alguna, ofreciendo espacio más que suficiente tanto para el conductor como para el copiloto. La trasera anda algo más justa, especialmente si tratamos de meter tres adultos en ella. No obstante, no es algo de lo que no peque ninguno de los rivales del Corsa OPC. Eso sí, el acceso a esta zona no es el más cómodo, ya que la presencia de los asientos tipo bacquet de Recaro limitan el movimiento de los mismos. Una de esas ‘pegas’ que aceptamos gustosamente de las que hablábamos al principio.

En cuanto al maletero, nos encontramos con unos más que correctos 285 litros. No obstante, más que la capacidad hay que comentar el diseño del mismo, que presenta un borde de carga algo elevado que puede dificultar la carga. Los asientos traseros, como es habitual en este tipo de vehículos, pueden abatirse para ganar capacidad, pudiéndose ampliar ésta hasta los 1.090 litros

Motor y consumo

Una de las principales joyas del Opel Corsa OPC la encontramos debajo de su capó. Ahí se esconde un motor de 1,6 litros turboalimentado que dispara su potencia hasta los 207 CV, mientras que su par máximo es de 280 Nm. Palabras mayores, por tanto.

Pero ojo, porque lo más placentero no es saber lo que llevas debajo del pie derecho, sino las sensaciones que éste aporta. El motor es de los que nos permitirá quedarnos pegados al asiento con cada aceleración. Sabes que se trata de un coche que corre, pero no te das cuenta de cuánto hasta que te montas en él. Sensaciones ‘racing’ puras y duras con las que sonreír a cada momento. No puede ser de otra manera cuando hablamos de un coche que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 6,7 segundos. Muy pocos coches de marcas generalistas, sean del segmento que sean, son capaces de esto.

Asociada a este poderoso motor encontramos una caja de cambios manual de seis velocidades que solamente merece elogios. En primer lugar, por el simple hecho de ser manual. Llamadme ‘quemado’ si queréis, pero este tipo de coches que están tan orientados hacia la diversión siempre deberían contar con una transmisión así. Por lo demás, relaciones de cambio óptimas y un tacto de palanca directo y preciso harán nuestras delicias.

¿Y el consumo? No debes temer por tu bolsillo más allá de lo necesario. Es cierto que el Opel Corsa OPC gasta lo que tú quieras que gaste, pero si realizas una conducción legal mezclada con momentos de placer -sí, es lo que hizo un servidor-, superarás por poco los 8 l/100 km. Como ves, una cifra que no es ni mucho menos escandalosa para tratarse del coche que es.

Comportamiento

Opel ha logrado con el comportamiento del Corsa OPC un interesante equilibrio. Es un deportivo y muestra síntomas como tal, pero no se ha descuidado el confort en marcha. ¿Podría haber sido más radical? Desde luego, pero no hubiese tenido mucho sentido. Es posible disfrutar al máximo con él y a la vez realizar un viaje sin hipotecar nuestra espalda durante los siguientes días.

El Opel Corsa OPC es muy fácil de conducir -ojo, que los límites de la física le afectan como a todos-. Su dirección tiene un tacto óptimo, siendo muy directa y reactiva. Comprobaremos, especialmente en carreteras reviradas, que dispone de una capacidad para pasar virajes a velocidades elevadas fuera de toda duda. Su apoyo en todas las fases de la curva es perfecto, sin pecar de subviraje o sobreviraje en ningún momento.

Mención aparte merece también la capacidad de tracción de nuestra unidad de pruebas, que iba dotada de un diferencial autoblocante mecánico como parte del equipamiento opcional OPC Performance pack. Ni una pérdida de tracción a pesar de tener que descargar una importante cantidad de potencia sobre el tren delantero.

El confort en marcha del que hablamos se debe principalmente al tarado de las suspensiones y los amortiguadores por el que ha optado Opel. Sentirás mucha más rigidez que en un Corsa convencional, pero en ningún caso se llega a los extremos de algunos de sus rivales. Y todo ello sin perder eficacia, insisto.

Equipamiento

El Opel Corsa OPC es, obviamente, el tope de gama del utilitario alemán, con lo que como podrás imaginar viene armado hasta los dientes. Ayudas como el ABS, el ESP, el asistente de arranque en cuestas, airbags son una constante. Y todo ello sin olvidar elementos destinados al confort como los faros bi-xenón, los espejos y elevalunas eléctricos, el ordenador de a bordo, el volante multifunción, el control de crucero con limitador, los mencionados asientos deportivos Recaro, la conexión por Bluetooth o el USB.

Lo que recomendamos encarecidamente, a pesar de que ascienda algo el precio final de la compra, es la adquisición del pack OPC Performance. Ya que nos compramos un coche-capricho, debemos hacerlo con todas las de la ley. A cambio disfrutaremos del diferencial autoblocante que hemos mencionado en el apartado de ‘Comportamiento’, de unos discos de freno delanteros de 330 mm, de un sistema de frenos de alto rendimiento firmado por Brembo y de unos neumáticos Michelin Pilot Super Sport. En definitiva, todo un coche de carreras para el día a día.

Conclusión y rivales

El Opel Corsa OPC debe ser una de las opciones que más en serio consideres si lo que quieres es un utilitario picante. Se enfrenta a otros productos muy bien acabados como son el Renault Clio RS, el Mini JCW o el Peugeot 208 GTi, pero no tiene nada que envidiar a ninguno de ellos. Su precio de partida es de 25.340 euros, aunque si quieres una unidad como la que hemos probado superaréis por poco los 30.000. Eso sí, merece la pena. ¡Te lo prometo!

Rivales

• Renault Clio RS
• Mini JCW
• Peugeot 208 GTi
• Seat Ibiza Cupra

Lo mejor

• Motor
• Comportamiento dinámico
• Estética ‘racing’

Lo peor

• Acceso a las plazas traseras
• Sistema multimedia situado muy abajo