El nuevo Porsche Cayenne busca la perfección sometiéndose a los test más duros del mundo

La tercera generación del Porsche Cayenne está en la línea de salida. Tanto es así, que será el próximo día 29 de agosto cuando vea la luz de forma oficial. Estamos por tanto en la recta final de un nacimiento cuyo proceso ha estado protagonizado por una serie de duras pruebas para lograr el mejor producto posible.
A lo largo y ancho del planeta y bajo condiciones extremas, las pruebas realizadas garantizan que el nuevo SUV cumple los estrictos requisitos en materia de calidad que establece Porsche. En condiciones que van desde los 45 grados bajo cero a más de 50 grados centígrados, los prototipos y vehículos de preserie han completado un total de 4,4 millones de kilómetros de test.
El nuevo Porsche Cayenne ha sido completamente rediseñado. El chasis y el sistema de propulsión, así como el concepto de pantallas y controles, experimentan una profunda renovación para incrementar aún más el abanico entre deportividad y confort. El objetivo principal del elaborado proceso de pruebas era conseguir un equilibrio perfecto de todos los componentes, algunos de los cuales fueron desarrollados especialmente para el SUV alemán. Para esta nueva generación del Cayenne, conocida internamente en Porsche como E3, el proceso empezó en 2014 con las unidades transportadoras, y ha continuado hasta estos días con prototipos y vehículos de preserie.
Las pruebas completas de vehículos se implementan para armonizar la interacción de todos los componentes individuales y para probar la estabilidad y la funcionalidad en su uso, orientadas a la utilización que va a hacer el cliente. El objetivo es siempre encontrar la más alta calidad. Específicamente, este proceso incluye duros test de resistencia en bancos de impulsos, una instalación de pruebas hidráulica que aplica vibraciones artificiales tanto al chasis como a la carrocería. La gama de test también abarca pruebas de estabilidad en campo y carretera, realizadas en el Centro de Desarrollo de Porsche, así como pruebas de resistencia dentro y fuera de dichas instalaciones. La vida del vehículo se simula en condiciones de especial dureza, una utilización que es poco probable que se le dé al coche cuando pase a manos del comprador. En pocos meses y con probadores que se van turnando, los coches cubren más de 240.000 kilómetros en situaciones cotidianas de tráfico urbano, en carreteras comarcales y en autopistas.
Para simular una dureza extrema, los prototipos del nuevo Cayenne han sido probados en muy diversos lugares del mundo, incluyendo las pistas de competición que tradicionalmente utiliza Porsche para analizar todos sus modelos. En Alemania se han usado el circuito de Hockenheim y el especialmente complicado trazado de Nürburgring-Nordschleife. Además, en Italia, los coches de prueba se han exprimido continuamente en los 12,6 kilómetros de la pista de alta velocidad de Nardò.
Como decíamos antes, los materiales, sensores y electrónica han tenido que demostrar su calidad y durabilidad en diferentes condiciones climáticas, por ejemplo, a más de 50 grados en las dunas de arena de Dubai (EAU) y en las polvorientas pendientes del Valle de la Muerte (EEUU), o a menos de 45 grados bajo cero en el hielo y la nieve de Alaska (EEUU). La tercera generación del Cayenne también debió resistir los arranques y paradas de tráfico en las condiciones de calor y humedad de las ciudades chinas y las pruebas en los circuitos de Suecia, Finlandia y España. También se transportaron unidades a Sudáfrica, Japón y Nueva Zelanda para completar otros exigentes test en campo y carretera. Y todo persiguiendo un objetivo, la perfección. ¡Ya queda menos para conocerlo!




