Prueba Kia Cee’d: diesel automático VS gasolina 3 cilindros manual

Hace unos meses probamos el Kia Pro Cee’d en su versión más espectacular, el GT, un deportivo en toda regla que nos dejó muy buen sabor de boca. Por lo tanto, las ganas de ponerse de nuevo al volante del compacto coreano eran grandes. Y más si cabe cuando a finales del año pasado llegó al mercado un restyling con el que Kia ha pretendido dar un nuevo impulso a este vehículo. En esta ocasión no vamos a ofreceros una prueba al uso como las que solemos. Vamos a hablaros de dos versiones a la vez. Probablemente las más antagónicas que existen dentro de la gama. Por un lado hemos conducido el Kia Cee’d de cinco puertas con motor diesel y el nuevo cambio automático de doble embrague DCT, mientras que por el otro tenemos el Pro Cee’d de tres puertas con motor tricilíndrico de gasolina y cambio manual. Eso sí, en ambos casos con el acabado GT Line, el más deportivo a nivel estético, para que la comparación sea lo más fiable posible. ¿Con cuál nos quedamos?

Diseño

Lo hemos dicho en más de una ocasión, y nos reafirmamos. De entre todos los compactos que existen hoy en día en el mercado, el Kia Cee’d -así como el Pro Cee´d- nos parece el más atractivo de todos. Especialmente si estamos hablando de la versión GT Line, como es el caso.

Gracias a ella tenemos un acabado mucho más deportivo y atractivo que nos ofrece elementos como unas llamativas llantas de 17 pulgadas o dos salidas de escape, ambas funcionales, que salen de cada extremo del difusor trasero. No es habitual tener la posibilidad de contar con un coche de estética tan deportiva independientemente del motor que elijamos. Normalmente las marcas guardan este tipo de kits para las versiones más pudientes, lo que hace que no todo el mundo pueda acceder a ellas. Kia ha preferido abrir la mano en este sentido, y es algo que hay que aplaudir. Aunque no deja de ser curiosa la expectación que levanta un coche como el Pro Cee’d GT Line con el ‘motorcito’ que equipa, dicho esto con todo el cariño del mundo.

Otros de los elementos destacados en los dos coches que hemos probado, y que se incorporan gracias al acabado GT Line, son los paragolpes delanteros y traseros específicos, las ópticas LED, las molduras laterales, los antiniebla -también específicos- y el techo panorámico. Respecto al Kia Cee’d anterior al restyling, los cambios son mínimos. No obstante, no debe entenderse esto como una crítica. Si ya entonces nos pareció un modelo atractivo y moderno, no vamos a cambiar de opinión unos meses más tarde. Lo que funciona, mejor no tocarlo. ¿No creéis?

Interior

Al igual que sucede con el exterior, en el interior del nuevo Kia Cee’d -hablamos por él y por el Pro Cee’d de tres puertas- no se aprecian muchos cambios respecto a la versión precedente. De esta manera se conservan las muchas virtudes y pocos defectos que ya vimos en el pasado. Entre las primeras contamos con una distribución óptima de los diferentes elementos que afectan a la conducción, toques modernos como un velocímetro digital que simula el analógico de toda la vida, unos materiales de calidad con unos acabados bastante cuidados y un espacio más que aceptable en todos los asientos.

En el lado contrario debemos apuntar la insistencia de Kia en mantener una parte de plástico brillante sobre el volante. Queda muy bien, sí, pero no es nada práctica porque a la que toques esa zona las marcas de las manos quedarán ‘grabadas’ en ella. Como ocurre en el exterior, el interior de estas versiones GT Line tanto del Kia Cee’d como del Pro Cee’d tienen una serie de elementos exclusivos de los que no disfrutarán otros acabados. Por ejemplo, dispondremos de una tapicería específica y de costuras de contraste tanto en los asientos, como en los paneles de las puertas y el salpicadero.

Si tenemos que comentar algún detalle en exclusiva de cada uno de los dos coches, son, por un lado, las variaciones lógicas que presentaba el Kia Cee’d al contar con la caja de cambios automática de doble embrague. La palanca resulta cómoda y accesible, mientras que las levas situadas tras el volante tienen un diseño brillante, ya que apenas se asoman a través de él, con lo que no se rompe la estética de la zona y además no presentan ningún problema a la hora de manipularlas.

En lo que se refiere al Pro Cee’d, hay que ponerle una pega que ya deberías esperar al tratarse de un coche de tres puertas. Acceder a la zona trasera no es especialmente cómodo, incluso menos que en alguno de sus rivales. Nos queda por comentar la capacidad del maletero, que en ambos casos es de 380 litros. No obstante, si abatimos los asientos traseros, la versión de cinco puertas bate por poco a la de tres, ya que firma 1.318 litros por los 1.225 de su ‘hermano’.

Motor y consumos

Llegamos en este apartado a la gran diferencia entre los dos coches que hemos probado. Empezamos comentando el motor que equipaba el Kia Cee’d, es decir, el diesel CRDi de 1,6 litros de 136 CV. Sus prestaciones las vas a comprobar en la ficha técnica, con lo que aquí nos limitaremos a comentar las sensaciones que nos transmitió. A priori, parece que es un motor que corre algo menos de lo que esperas, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que le cuesta ‘lanzarse’, pero una vez alcanzada la velocidad de crucero, anda todo lo que quieras y más. No obstante, la gran novedad de este motor no es el motor en sí, a pesar de que gana 8 CV respecto a la versión precedente. Es la caja de cambios de doble embrague a la que se asocia.

Bajo las siglas DCT, tenemos una transmisión que cumple el expediente de una forma bastante decente. Sin embargo, peca de algo de lentitud cuando se manipula de forma manual a través de las levas. No obstante, la mayor pega que encontré es que tarda en reaccionar algo más de la cuenta cuando salimos desde parado. Kia ha logrado un buen producto con esta caja de cambios, pero aún le queda refinar ciertos aspectos para alcanzar la eficacia de otros sistemas existentes en el mercado. Sorprende además el hecho de que esta versión careciese del sistema de parada y arranque Stop/Start, lo que contribuye algo a que el consumo medio sea complicado que baje de 6,6 l/100 km.

En cuanto al Kia Pro Cee’d dotado del motor 1.0 GDI de 3 cilindros y 120 CV, tengo que reconocer que me llevé una grata sorpresa. Va francamente bien. En el momento que nos acostumbramos a la habitual falta de bajos y a la sensación de ‘ausencia’ de freno motor típicas de estos propulsores, nos encontramos con una mecánica que corre mucho más de lo que cabría esperar. Da un rendimiento brillante tanto en ciudad como en carretera, donde no tendremos ni un solo problema para circular a velocidades legales sin tener que tocar la caja de cambios, manual de seis velocidades. Ésta presenta un tacto de lo más preciso y agradable, por cierto. En esta ocasión sí que contamos con el Stop/Start, lo que ayuda a ahorrar algo de combustible. Durante la semana de pruebas que compartimos con este coche, obtuvimos una media de 7,1 l/100 km. Se trata de una cifra algo mayor que la que ofrecen motores de la misma arquitectura de otras marcas, pero el ‘extra’ que ofrece en lo que a rendimiento se refiere merece la pena.

Comportamiento dinámico

Llama la atención lo diferente que puede llegar a comportarse un mismo coche con dos motores diferentes. El extra de peso que tiene el motor diesel de cuatro cilindros -además del aportado por el cambio automático- respecto al tricilíndrico de gasolina hace que el segundo sea mucho más ágil, especialmente cuando de enlazar curvas se trata. No me entendáis mal. El Cee’d diesel con cambio automático no va nada mal. Se trata de un coche que ofrece un tacto de lo más neutro sin ningún problema de equilibrio. Sin embargo, el ahorro de peso del Pro Cee’d tricilíndrico nos hace disfrutar de un tren delantero mucho más ágil, con un tacto más deportivo. Pude coger ambos coches el mismo día y os prometo que este punto se nota, y mucho.

Kia mantiene además en estas versiones uno de los puntos que no me convenció en exceso cuando conduje el Pro Cee’d GT anterior al restyling. Los dos vehículos de los que estamos hablando cuentan con tres modos diferentes para la dirección, que modifican su comportamiento. Son el Normal, el Confort y el Sport. El segundo de ellos hace que el tacto del volante sea más blando, siendo el ideal -en teoría- para la ciudad, mientras que el tercero aporta una sensación de firmeza que se supone perfecta para una conducción más dinámica. Ninguno de ellos logra lo que se propone al cien por cien. Y ojo, no porque no actúen como dice la teoría, sino porque lo hacen de una manera demasiado artificial. Personalmente me sentí más cómodo con el modo Normal en cualquiera de las situaciones. Pero bueno, siendo objetivo es un sistema que está ahí y que no molesta, con lo que si alguien se siente cómodo con él…

Equipamiento

Las versiones GT Line tanto del Kia Cee’d como del Kia Pro Cee’d ofrecen todo lo que uno puede desear en un coche hoy en día. Solamente este acabado nos hará disfrutar de elementos como el asiento del pasajero regulable en altura, el techo solar panorámico, el panel de instrumentos Supervision TFT LCD de 7 pulgadas, paragolpes delantero, ópticas LED y antiniebla específicos, paragolpes trasero GT, doble salida funcional de tubo escape, molduras laterales, llantas de aleación de 17 pulgadas, ópticas traseras LED, diseño específico de tapicería GT Line, freno de mano eléctrico, asistente de aparcamiento con avisadores sonoros y cámara de visión trasera y pedales de aleación. Como curiosidad, debes saber que el Cee’d diesel de doble embrague venía con un sistema de arranque sin llave, mientras que el Pro Cee’d tricilíndrico lo hacía con una llave convencional.

Además de todo esto -y de toda la dotación de equipamiento de serie de los acabados más livianos, que también se incluye-, existe la posibilidad de equipar por 1.900 euros más el ‘pack Luxury’, que incluye elementos como el asistente de mantenimiento de carril, el sistema de reconocimiento de señales de velocidad máxima y los faros adaptativos.

Conclusión

Como en toda buena comparativa, toca mojarse. ¿Con cuál de los dos coches que hemos probado nos quedaríamos? Teniendo en cuenta el rendimiento global de ambos y que el consumo de combustible real que ofrecen no es tan diferente, personalmente apostaría por el Pro Cee’d con motor de gasolina de tres cilindros.

Su precio sin descuentos es de 23.300 euros, lo que supone un importante ahorro respecto a los 28.100 euros del Cee’d diesel con caja de cambios de doble embrague. Solamente valoraría la adquisición del modelo más caro en dos casos. Uno, si eres de esos que recorre una burrada de kilómetros al año. A la larga te acabará compensando. Dos, si tienes ‘alergia’ a tener tres pedales. Reconozco que un cambio automático es infinitamente más cómodo, especialmente cuando te ves envuelto en un atasco. Tú verás si te merece la pena el diferencial de precio que existe.

No quiero acabar si un apunte más. Es cierto que me quedaría con el Pro Cee’d tricilíndrico. Pero ten en cuenta que también existe una versión de cinco puertas con el acabado GT Line dotada de este mismo motor y con la que te evitas los problemas que ocasiona el acceder a la parte trasera del coche. Su precio supera por tan solo 450 euros a la de tres puertas, con lo que quizás debas planteártelo. Especialmente si en tu círculo más cercano hay personas mayores que montarán habitualmente en tu coche.

Rivales

• Peugeot 308
• Renault Mégane
• Volkswagen Golf
• Opel Astra

Lo mejor

• Poder disfrutar de un deportivo sin tener que apostar sí o sí por un motor potente
• Diseño y acabados
• Rendimiento del motor de gasolina tricilíndrico

Lo peor

• Acceso a las plazas traseras del Pro Cee’d de tres puertas
• Cambio de doble embrague algo por debajo de la competencia
• Los consumos de los motores siguen siendo un poco altos