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Indignación total entre los jubilados por la nueva medida de la DGT: comprueba si te afecta

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La reciente publicación de la «Guía de Consejo Sanitario Vial para el conductor mayor y su entorno próximo» por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) ha generado una gran inquietud entre los colectivos de personas mayores en España. La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), una de las organizaciones más representativas del sector, ha reaccionado con preocupación ante lo que consideran un enfoque que tiende a generalizar y etiquetar a los conductores de edad avanzada como un grupo de riesgo simplemente por su edad. Esta guía, aunque nacida con la intención de mejorar la seguridad vial, ha sido percibida por muchos como una forma de perpetuar estereotipos negativos hacia la vejez.

La polémica ha puesto sobre la mesa un debate de fondo: ¿cómo equilibrar la seguridad en las carreteras con el respeto a la autonomía y dignidad de los mayores? El envejecimiento poblacional es un fenómeno que está transformando la sociedad, y con ello se hace imprescindible replantear los marcos normativos y educativos desde una óptica que valore la diversidad de capacidades que existen entre las personas mayores.

Mayores al volante: la DGT y el debate sobre edad

La polémica se desató después de que la DGT presentara su nueva guía orientativa sobre la seguridad vial en personas mayores. Desde el organismo estatal se argumenta que el documento pretende ser una herramienta de ayuda tanto para los propios conductores de edad avanzada como para sus familias, ofreciendo pautas para detectar señales de alerta relacionadas con la conducción segura. Sin embargo, desde la Plataforma de Mayores y Pensionistas, esta iniciativa se ha interpretado de forma distinta, y no precisamente en términos positivos.

La PMP ha expresado su preocupación por el hecho de que la guía asuma que la edad avanzada, por sí sola, constituye un factor determinante de riesgo al volante. En su opinión, este planteamiento ignora las múltiples variables que influyen en la capacidad de conducción y refuerza un enfoque homogéneo que no reconoce la diversidad de condiciones físicas y cognitivas existentes entre las personas mayores. Esta generalización, según la Plataforma, contribuye a perpetuar una imagen distorsionada y negativa del envejecimiento.

En un encuentro reciente con la DGT, al que asistieron representantes de ambas partes, se abordó este asunto de forma directa. Por parte de Tráfico estuvieron presentes el director general, Pere Navarro, y la subdirectora de Formación y Educación Vial, Montserrat Pérez. Representando a la PMP acudieron su presidente, Jesús Norberto Fernández, y el vicepresidente, José Luis Fernández Santillana, quien también preside la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA).

Durante la reunión, la Plataforma dejó clara su posición: si bien comprenden la importancia de garantizar la seguridad vial y fomentar una cultura de evaluación constante, consideran inaceptable que se utilicen parámetros cronológicos como indicadores automáticos de deterioro o incapacidad. En palabras de Fernández, «el hecho de haber alcanzado una determinada edad no implica necesariamente una pérdida de facultades que impida conducir con responsabilidad».

Esta afirmación cobra aún más sentido si se tiene en cuenta el contexto actual del envejecimiento. La PMP subraya que vivimos en una época en la que, gracias a los avances médicos, la mejora del sistema de salud y el aumento del bienestar general, muchas personas alcanzan edades avanzadas en pleno uso de sus capacidades físicas y mentales. Por lo tanto, el asociar la edad con la dependencia o el deterioro funcional es, según la Plataforma, un enfoque reduccionista que no se ajusta a la realidad actual.

En este sentido, la PMP plantea la necesidad de adoptar un enfoque más humano, riguroso y respetuoso al tratar temas relacionados con la movilidad y la seguridad de las personas mayores. Abogan por medidas que se basen en evaluaciones individualizadas, en las que se valore cada caso particular, y en procesos donde los propios interesados participen activamente en la toma de decisiones. «La retirada del permiso de conducción debe ser siempre el resultado de un proceso informado, acompañado por profesionales y centrado en el diálogo, no en la imposición».

Uno de los puntos más destacados del planteamiento de la PMP es su apuesta por la autorresponsabilidad como pilar de cualquier estrategia de seguridad vial. Según indican, las personas mayores son plenamente capaces de valorar sus propias limitaciones y tomar decisiones prudentes si cuentan con la información y el acompañamiento adecuado.

Otro de los aspectos clave que subraya la Plataforma es la necesidad de una reflexión estructural en torno a la movilidad en la vejez. No se trata únicamente de si una persona puede seguir conduciendo o no, sino de qué alternativas reales existen cuando se deja de hacerlo. También consideran imprescindible desarrollar medidas de apoyo emocional y social que ayuden a las personas mayores a afrontar el momento de abandonar la conducción si realmente es necesario.

La DGT, por su parte, se ha mostrado receptiva a las preocupaciones manifestadas por la PMP. Según esta organización, durante la reunión los responsables del organismo de tráfico coincidieron en la importancia de buscar un equilibrio entre seguridad y autonomía, entre prevención y libertad.

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