Esto es lo que dicen los mecánicos expertos sobre cambiar el aceite del coche cada 10.000 kilómetros
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Mantener el motor del coche en perfecto estado es fundamental tanto para alargar su vida útil como para velar por la seguridad del conductor y los pasajeros. Sin embargo, tal y como alertan los mecánicos, muchos conductores se olvidan de alto tan importante como el cambio de aceite, y algunos ni siquiera saben con qué frecuencia deben cambiarlo. Para aclarar esta cuestión, los expertos de Reidas Official han elaborado una guía explicando las señales que indican que ha llegado el momento de realizar el cambio.
La clave está en entender el papel fundamental que juega el aceite: lubrica las piezas móviles del motor, reduce la fricción, disipa el calor generado durante la combustión y atrapa contaminantes que, de otro modo, podrían dañar el motor. No obstante, con el tiempo, el aceite pierde sus propiedades, lo que contribuye a un mayor desgaste de la mecánica y a un aumento en el consumo de combustible.
¿Cada cuánto hay que cambiar el aceite del coche?
Según Reidas Official, en los coches modernos que se encuentran en buen estado y se utilizan en condiciones normales, el aceite se puede cambiar cada 10.000 o 15.000 kilómetros, o una vez al año. En contraste, los vehículos más antiguos o aquellos que utilizan aceite mineral requieren intervalos más cortos, entre 5.000 y 7.500 kilómetros.
Además, el tipo de uso también influye: vehículos que hacen viajes cortos en ciudad o que llevan remolque en distancias largas hacen que el motor trabaje en condiciones más exigentes, por lo que el cambio de aceite debe realizarse entre 5.000 y 10.000 kilómetros. Los aceites sintéticos, por su parte, ofrecen mayor resistencia a la oxidación y al calor, manteniendo la viscosidad y protegiendo el motor incluso en periodos más prolongados, con intervalos de entre 12.000 y 16.000 kilómetros en coches con transmisión manual.
Uno de los factores más importantes que los conductores suelen pasar por alto es la temperatura de funcionamiento del aceite. Durante los trayectos cortos por la ciudad, el motor no alcanza su temperatura óptima, lo que provoca que el aceite no cumpla correctamente su función de lubricar y limpiar. En invierno, el aceite tarda más en calentarse y en verano los turbocompresores pueden sobrecargarse, aumentando el riesgo de degradación del lubricante.
Reidas Official también propone un truco conocido como «la regla del 10%», que resulta útil para quienes quieren proteger su motor sin depender únicamente del cuentakilómetros. Por ejemplo, si el intervalo recomendado es de 15.000 kilómetros, aplicar esta regla indicaría realizar el cambio aproximadamente a los 13.500 kilómetros.
Señales de alerta
Además del kilometraje y la antigüedad del vehículo, existen señales que nos pueden indicar que el aceite necesita un cambio:
- Un aceite muy oscuro o con apariencia de tinta puede indicar que está muy contaminado. En los motores diésel, el oscurecimiento es más rápido, pero la presencia de lodo o residuos sólidos es una señal de alerta.
- Un aceite espeso, similar al lodo, o con partículas visibles, muestra degradación avanzada.
- Un olor a quemado o acre indica que el aceite ha sufrido sobrecalentamiento o que se ha mezclado con combustible.
- Un ralentí más ruidoso, una respuesta lenta al acelerar o la aparición de la luz de advertencia de aceite pueden señalar que el lubricante no está cumpliendo su función como es debido.
El cambio de aceite garantiza la seguridad y el confort de la conducción. Un motor bien lubricado responde mejor, consume menos combustible y reduce la emisión de contaminantes. Por eso, es fundamental seguir las recomendaciones del fabricante y no ver el cambio de aceite como un gasto innecesario, sino como una inversión en la durabilidad del vehículo y en la seguridad de todos los conductores. Escuchar a los expertos, prestar atención a las señales del motor y aplicar reglas prácticas, como la «regla del 10%», permiten alargar la vida útil del motor y reducir riesgos en la carretera.
Tipo de aceite
«Si te preguntas qué aceite lleva tu coche, ya sea diésel o gasolina, debes saber que no existe un único tipo de lubricante válido para todos los motores. Cada vehículo requiere unas características específicas para proteger correctamente sus componentes críticos, como pistones, cilindros, apoyos y codos del cigüeñal, ejes de pistones y pies de biela, apoyos del árbol de levas, taqués y colas de válvulas, ejes de balancines y los engranajes de la distribución.
Lo más habitual en España es que los motores de gasolina utilicen aceites multigrado 0W-20, mientras que los diésel emplean 5W-30. En esta nomenclatura, el primer número y la letra “W” indican el índice de viscosidad a bajas temperaturas, mientras que el segundo valor señala la viscosidad a temperaturas altas, hasta 100-150 ºC. Por ejemplo, un aceite 0W puede funcionar hasta -35 ºC y un 5W hasta -30 ºC, lo que refleja la capacidad del lubricante para proteger el motor incluso en condiciones extremas», explica el Real Automóvil Club de España (RACE).