Cuidado con los coches de segunda mano: así es el fraude más común en España
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Comprar un coche de segunda mano suele parecer una buena idea: es más barato, hay más opciones disponibles y, en principio, puedes encontrar verdaderas gangas. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. En un mercado cada vez más saturado, también proliferan las estafas en torno a los coches de segunda mano. Y no hablamos sólo de los clásicos fraudes con el cuentakilómetros o las reparaciones mal hechas. Existen engaños más difíciles de detectar, más sutiles y, por ello, mucho más peligrosos para el comprador. Uno de los más frecuentes en los últimos tiempos está relacionado con vehículos inundados.
Los intermediarios adquieren estos coches, muchas veces procedentes de zonas que han sufrido riadas, por precios bajísimos. Luego, los limpian por fuera y los «maquillan» por dentro para revenderlos como si nada hubiese pasado. A simple vista, puede parecer que están en perfecto estado. Pero en realidad, pueden tener problemas eléctricos, estructurales e incluso de seguridad muy graves. Aquí te contamos cómo funciona esta estafa, por qué está creciendo tanto y cómo puedes protegerte para que no te den gato por liebre.
Cuidado con los coches de segunda mano
Cuando hablamos de un coche inundado, nos referimos a un vehículo que ha estado parcialmente o completamente sumergido en agua, normalmente debido a fenómenos meteorológicos extremos. Esto puede parecer anecdótico, pero es más común de lo que pensamos, especialmente en zonas que sufren lluvias torrenciales o desbordamientos de ríos con relativa frecuencia.
El gran problema es que, aunque el coche parezca recuperado tras un lavado a fondo y una revisión superficial, el agua (especialmente si es salada o sucia) puede haber provocado daños internos que afectan a componentes vitales. Los sistemas eléctricos, el motor, la electrónica de a bordo, los frenos o incluso la dirección pueden haber sufrido un deterioro que, tarde o temprano, saldrá a la luz… pero cuando ya sea demasiado tarde.
El fraude comienza cuando ciertos intermediarios con pocos escrúpulos compran estos coches inundados a precios ridículos. Muchas veces provienen de aseguradoras que los declaran siniestro total o de subastas públicas. Después, los «restauran»: una buena limpieza, retoques estéticos, cambio de alfombrillas, algún pulido, una revisión muy superficial y, si hace falta, un par de recambios básicos.
El resultado: un coche que parece estar en perfectas condiciones, pero que en realidad puede esconder fallos muy graves. Una vez «maquillado», lo ponen a la venta en plataformas de segunda mano. Algunos incluso falsifican los documentos para que no quede constancia del siniestro.
Señales ocultas
Afortunadamente, hay detalles que pueden ayudarte a detectar si un coche ha sufrido una inundación, aunque no siempre son evidentes a primera vista. Aquí te dejamos una lista de señales de alerta:
- Olor a humedad o moho: el agua estancada deja un olor muy característico que, aunque se intente enmascarar con ambientadores o productos de limpieza, es difícil de eliminar por completo.
- Diferencias en el tapizado: si los asientos tienen distintos tonos, texturas o parecen haber sido sustituidos parcialmente, puede ser una señal de que se han cambiado tras haberse empapado.
- Óxido en lugares inusuales: comprueba tornillos, guías de los asientos, bisagras de puertas y otras zonas metálicas no visibles a simple vista. El óxido puede delatar la presencia de agua.
- Arena o suciedad incrustada: mira con detenimiento debajo de las alfombrillas, en las esquinas del maletero, la guantera o incluso dentro de los huecos de los cinturones de seguridad. La presencia de tierra o lodo en zonas recónditas es una señal casi infalible.
- Condensación en los faros o pilotos: si ves que hay humedad dentro de las luces, aunque parezca algo menor, puede ser un síntoma de que el coche estuvo sumergido.
- Fallos eléctricos sutiles: Cualquier comportamiento extraño en los sistemas eléctricos (luces que parpadean, elevalunas erráticos, radio que falla) puede indicar que el agua ha dañado el sistema.
España ha experimentado en los últimos años un aumento de fenómenos climáticos extremos, como la DANA lo que ha provocado que miles de vehículos queden inservibles o en mal estado. En lugar de desguazarlos, muchos terminan en manos de oportunistas que los venden en el mercado de segunda mano.
Las consecuencias de adquirir uno de estos coches de segunda mano pueden ir desde pequeños inconvenientes hasta situaciones muy peligrosas. En el mejor de los casos, tendrás que hacer frente a reparaciones frecuentes, fallos electrónicos o problemas con el cierre centralizado. Pero en el peor de los casos, podrías sufrir un accidente por culpa de un fallo en el sistema de frenos o dirección.
Además, un coche que ha sido declarado siniestro total por una aseguradora podría tener problemas para ser asegurado de nuevo. Algunas compañías incluso se niegan a cubrirlos o limitan sus coberturas. Y por supuesto, si decides venderlo más adelante, es probable que nadie quiera pagar lo que tú pagaste.
Para evitar caer en este tipo de fraudes relacionados con los coches de segunda mano, solicita el historial del vehículo a la DGT. Asimismo, lleva el coche a un taller de confianza y pide una revisión completa, especialmente de la electrónica y los bajos. Finalmente, no te limites a arrancar el coche y dar una vuelta. Revisa con detalle las alfombrillas, el maletero, las puertas, la guantera y los asientos.