Cómo cuidar tu coche en invierno
No hace mucho te dábamos una serie de consejos sobre cómo conducir en invierno para evitar sustos. Pero, ¿qué hay de nuestro coche? Él también necesita una serie de ‘mimos’ extra durante esta época del año, donde las bajas temperaturas pueden hacer mella en los diferentes elementos mecánicos. Los puntos más importantes a tener en cuenta son los siguientes.
Cómo afrontar una helada
Durante el invierno, época del año donde las temperaturas nocturnas son especialmente duras, lo ideal es que aparques tu coche en un garaje. Merece la pena durante estos meses gastarse unos euros más y de esta manera evitar males mayores. Si por la razón que sea esto es imposible, lo más normal es que cada mañana te encuentres una importante helada que debas eliminar antes de ponerte en marcha.
A pesar de que hay muchas leyendas urbanas sobre cómo afrontar esta situación, lo más eficaz -que no lo más cómodo- sigue siendo utilizar el rascador de toda la vida. Es importante que quites toda la escarcha posible, ya que de lo contrario podrás destrozar las escobillas de los limpiaparabrisas si los tienes que utilizar. ¡Ah! Y descarta por completo la idea de quitar la helada con agua caliente, ya que el fuerte contraste de temperatura puede llegar a rajar el cristal.
Los neumáticos
No nos cansaremos de repetirlo. Los neumáticos son probablemente el elemento más importante de un coche, ya que es el único punto de contacto que tendremos entre él mismo y el suelo.
Las bajas temperaturas que se registran durante los meses de invierno limitan el agarre que ofrece el asfalto, especialmente si llueve o nieva. Esto hace más importante que en cualquier otro momento del año tener los neumáticos en buen estado. Incluso su vives en un sitio donde las temperaturas no suelen pasar de 7ºC, deberías montar neumáticos de invierno, mucho más seguros cuando el frío arrecia.
Otro punto a controlar más que nunca es el de la presión de los neumáticos. Llevar la idónea asegurará el mejor agarre posible. No te la juegues, solamente vas a invertir -que no perder- cinco minutos en comprobar este baremo y adecuarlo.
Líquidos
Vigilar los diferentes niveles es algo que debemos hacer durante todo el año, pero más si cabe en invierno. Especialmente el del líquido anticongelante, que es uno de los máximos responsables a la hora de proteger nuestro motor contra el frío. Éste debe cambiarse totalmente cada dos o tres años para que mantenga intactas sus propiedades. Y ojo si observamos la aparición de depósitos de barro o salinos. Si te ocurre, acude corriendo al taller.
No dejes tampoco de comprobar periódicamente el nivel de aceite del coche, así como su viscosidad. Las bajas temperaturas pueden hacer mella en él.
El alumbrado
Durante el invierno tenemos muchas menos horas de luz natural que durante el verano, con lo que se hace más importante que nunca contar con un buen alumbrado en nuestro coche. Se trata de algo fundamental tanto para que nosotros circulemos de forma segura como para que lo hagan los demás, ya que nuestros faros también permiten que seamos detectados más fácilmente por el resto de usuarios de la vía.