Cambio confirmado en los radares: la nueva velocidad a la que saltan
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La Dirección General de Tráfico (DGT) ha anunciado una modificación clave en el margen de tolerancia de los radares. Con base en la conocida como «regla del 3 y 5», desde junio de 2024, los radares fijos en vías con límite de velocidad inferior a 100 km/h permiten un margen de 3 km/h, y si el límite supera los 100 km/h, el margen es del 3%. Para radares móviles, el margen es de 5 km/h o 5%, según corresponda.
La velocidad excesiva, incluso si parece mínima, puede aumentar el riesgo de accidentes, reducir el tiempo de reacción ante imprevistos y poner en peligro la seguridad tanto del conductor como de otros usuarios de la vía. Así, conocer las actualizaciones de la normativa y adaptar la conducción es esencial para evitar sanciones y contribuir a la seguridad vial. Conducir de manera responsable, respetando los límites de velocidad establecidos, no sólo previene multas, sino que también salva vidas y promueve una conducción más segura en todo momento.
La velocidad a la que saltan los radares
En España, los radares de tráfico han evolucionado en los últimos años para adaptarse a las necesidades de control de velocidad. La DGT ha establecido una serie de normativas que rigen la tolerancia de los radares y su funcionamiento en diferentes tipos de carreteras.
Desde junio de 2024, los radares fijos en vías con límite de velocidad inferior a 100 km/h permiten un margen de 3 km/h. Por ejemplo, si el límite es 90 km/h, el radar no saltará hasta que se alcance los 93 km/h. Si el límite de velocidad es superior a 100 km/h, como en autovías o autopistas con límite de 120 km/h, el margen será del 3%. Así, un radar no saltará hasta que se supere los 123,6 km/h (el 3% de 120 km/h).
Para los radares móviles, el margen es de 5 km/h en vías con límite inferior a 100 km/h y del 5% en vías con límites superiores. Por ejemplo, si en una carretera de 80 km/h se exceden 5 km/h (llegando a 85 km/h), el radar móvil no sancionará. En una autovía con límite de 120 km/h, el margen será del 5%, por lo que el radar móvil no sancionará hasta superar los 126 km/h.
Tipos de radares
Existen varios tipos de radares en las carreteras españolas, cada uno con características específicas y distintos métodos de funcionamiento. Los radares fijos, también conocidos como cinemómetros sin operador, son los más visibles. Estos se encuentran generalmente en cabinas, postes o pórticos, y deben estar siempre señalizados. Su función es medir la velocidad de los vehículos en un punto concreto de la carretera, y en algunos casos, pueden estar conectados con cámaras de seguridad para obtener imágenes del vehículo infractor.
Los radares móviles, o cinemómetros con operador, están instalados en vehículos, y son utilizados por la Guardia Civil. Estos radares funcionan tanto si el vehículo está en movimiento como si está detenido. Son más difíciles de detectar que los radares fijos, y su capacidad para sancionar depende de la velocidad a la que circula el vehículo en ese momento.
Por otro lado, los radares de tramo son considerados más fiables que los radares fijos y móviles, ya que miden la velocidad media de un vehículo a lo largo de un tramo de carretera. Estos radares se instalan en dos puntos consecutivos, el punto A y el punto B, y capturan la matrícula del vehículo en ambos puntos. Si el tiempo que tarda en recorrer el tramo es menor al establecido, se calcula que el vehículo ha superado el límite de velocidad y se emite una multa.
Los radares veloláser son una de las últimas incorporaciones en el arsenal de la DGT. Estos radares utilizan tecnología láser y son de tamaño compacto, lo que los hace fácilmente transportables y difíciles de detectar. Los radares veloláser pueden ser utilizados por la Guardia Civil tanto en vehículos estacionados como en movimiento. Su principal ventaja es su capacidad para medir la velocidad de los vehículos a larga distancia y con gran precisión.
Los radares en cascada están diseñados para evitar que los conductores frenen bruscamente al ver un radar. Se colocan a continuación de un radar tradicional y a una distancia relativamente corta, lo que obliga a los conductores a mantener una velocidad adecuada en todo momento. Este tipo de radar es muy efectivo para evitar el «antifrenazo», una práctica común en la que los conductores reducen la velocidad solo cuando ven un radar.
Los radares de cinturón, por su parte, no miden la velocidad, sino que controlan si los ocupantes de un vehículo están usando el cinturón de seguridad. Estos radares son capaces de tomar hasta 50 fotografías por segundo y están ubicados principalmente en pórticos y postes de las carreteras. En total, en España hay más de 200 radares de este tipo.
Finalmente, el helicóptero Pegasus es una de las herramientas más selectivas y avanzadas utilizadas por la DGT. Equipado con dos cámaras de vigilancia, este helicóptero puede captar la velocidad de los vehículos desde una altura de 300 metros y a un kilómetro de distancia.