5 costumbres al volante que debes evitar
De la autoescuela salimos todos muy bien enseñados, pero bastan unos cuantos días al volante en solitario para que adquiramos una serie de vicios o costumbres que pueden llegar a ser bastante nocivos. Incluso pueden llegar a causar accidentes. Algunos ellos los acabamos haciendo de manera inconsciente, pero no por ello son menos peligrosos. Vamos a repasar cinco de los más habituales. Si te identificas con alguno, ¡ya sabes!
Las manos, bien colocadas
Una de las primeras lecciones que nos dan cuando aprendemos a conducir es cómo coger el volante. La manera correcta es la que simularía las manillas de un reloj analógico a las dos menos diez. Cualquier otra posición puede provocar que no giremos de manera correcta, especialmente ante una situación de emergencia donde la rapidez de reflejos se convierte en algo totalmente vital. Ni que decir tiene que coger el volante por el interior del mismo apoyándote sobre los radios es lo peor que puedes hacer.
El brazo, dentro del coche
Llega el verano y nos encanta circular con las ventanas abiertas. Especialmente si tenemos el carnet recién sacado y queremos que todo el barrio se entere de la música que estamos escuchando. No vamos a entrar en lo perjudicial que puede llegar a ser llevar un volumen excesivo dentro del coche, pero si lo haces, al menos mantén los brazos dentro del coche. Eso de sacar el brazo por la ventanilla -costumbre que también tienen frecuentemente los fumadores- puede provocarte un disgusto. Imagina una moto adelantándote con poco margen de seguridad y…
La palanca de cambios, para cambiar
Especialmente cuando los coches automáticos no eran habituales, existía una costumbre muy extendida entre muchos conductores por la cual estos circulaban con la mano derecha sobre la palanca de cambios. Tal tontería puede llegar a tener graves consecuencias mecánicas para tu vehículo, ya que inconscientemente fuerzas los piñones del cambio provocando un exceso de fricción innecesario.
El de al lado te oye aunque no le mires
Cuando conduces en el coche y te acompañan una o más personas todo es mucho más ameno. Puedes ir manteniendo una conversación que haga el trayecto aparentemente más corto. Eso sí, ten en cuenta que la distancia que te separa de tus vecinos de viaje es ínfima, con lo que no será necesario que les mires cada vez que te dirijas a ellos, ya sea de forma directa o a través del espejo retrovisor interior. ¡La vista siempre en la carretera!
Manipular la radio o el navegador
La presencia de sofisticados sistemas multimedia ha acrecentado uno de los problemas que ya se daban cuando solamente existían las radios, el de distraerse mientras conduces manipulando estos dispositivos. Por suerte, algunos fabricantes capan estos sistemas mientras el vehículo está en marcha, aunque tenemos que reconocer que es una solución algo autoritaria. Lo mejor sería aplicar un poco de sentido común y solo ponerte manos a la obra con ellos cuando estés detenido.
