Ronaldo se pierde la eliminación del Barça en la Champions y se va de cena por Madrid
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Este miércoles, a la misma hora que el Fútbol Club Barcelona perdía su oportunidad de colarse en la semifinal de la Champions, Cristiano Ronaldo aparecía ajeno a este decisivo encuentro en el restaurante Peyote San de Madrid, acompañado por su novia, Georgina Rodríguez. No fue una cita para dos porque otra pareja cenó con los enamorados en la mesa. El portugués quiso probar esta taberna de fusión mexicana japonesa con decoración inspirada en los locales de ‘street food’ y en la cultura del graffiti que tan de moda se ha puesto en la capital.
Este nuevo concepto de restaurante es la última apertura del grupo gastronómico Larrumba. Según ha podido saber LOOK, el delantero del Real Madrid es asiduo de otros de los restaurantes de este equipo, como Habanera, que precisamente se encuentra a tan solo cincuenta metros de Peyote.
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Vigilado por una persona de seguridad, que se quedó en un segundo plano durante la cena, aunque, eso sí, encargándose de que nadie le molestara, Ronaldo intentó no ser visto ni reconocido por el resto de comensales. Un objetivo que consiguió gracias a la baja luz del local y a la inestimable ayuda del camarero, que ubicó al grupo de amigos en una mesa redonda situada en una zona de poco tránsito al fondo del establecimiento.
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Para esta cena informal, el jugador vistió una cazadora negra, pantalón blanco y una gorra, que se quitó durante la cena. Fue su amigo quien se encargó de pedir la comanda que consistió en los platos más típicos del restaurante: tacos al pastor, un futomaki crujiente de atún picante y unos huevos rotos, entre otros.
Georgina no pasó desapercibida debido a su llamativo vestido
LOOK pudo ser testigo de que el grupo no pidió demasiada comida y la cuenta no alcanzó los 100 euros, si bien este medio no ha podido confirmar quién se hizo cargo de la misma. Sí fue una invitación de alguna de las partes o se cumplió a escote. Eso sí, el astro del fútbol no se estiró a la hora de dejar la propina y solo puso dos euros, una cantidad que no encaja con otras cuantías más elevadas que suelen dejar los clientes de este local para agradecer el buen servicio del mismo.
Con la cuenta ya pagada, alrededor de las once y veinte de la noche (solo una hora y veinte después de llegar), Ronaldo y sus amigos dieron por concluida su velada. La primera en abandonar el local fue Georgina, que no pasó desapercibida debido a su llamativo vestido largo de color champagne y un pronunciado escote que llegaba casi al ombligo. Detrás de ella salió el madridista, que esta vez no pasó inadvertido y su presencia dejó atónitos a todos los clientes del restaurante. “No sabíamos que estaba aquí. Nadie le ha visto entrar”, murmuraban algunos de los comensales.
Una vez generado el revuelo en el local, Ronaldo no pudo evitar que algunas personas quisieran fotografiarse con él. Con Georgina ya dentro del coche, unas jóvenes le pidieron una foto que, aunque en un primer momento fue denegada por parte de su guardaespaldas, fue aceptada por el portugués que posó muy sonriente para la imagen.