¿Se casaría Ana Boyer con el Fernando Verdasco de hace veinte años?
Corría el año 2.000. El comienzo del nuevo siglo traía consigo un nuevo escenario digital y algunas tendencias tan incomprensibles como inolvidables. Por aquel entonces, Fernando Verdasco tenía 18 años y era uno de los tenistas españoles más prometedores, (quizás) sin ser consciente de que poco tiempo después aparecería un huracán llamado Rafa Nadal, y se paseaba por diferentes photocalls de la mano de una de sus conquistas, Dafne Fernández, con una apariencia física que poco o nada tiene que ver con la actual: melena larga, gafas tipo Arnette XXL y ropa muy… pero que muy casual.
Dieciocho años después, el madrileño sopla 34 velas y todavía se hace difícil creer que vaya a contraer matrimonio con Ana Boyer, la hija de la reina de corazones, Isabel Preysler. El próximo 8 de diciembre, Fernando y Ana se darán el ‘sí quiero’ en la paradisíaca isla caribeña de Mustique en la que será una de las bodas del año.
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Casarse con la heredera de una de las mujeres de más alta alcurnia e imprescindible de la sociedad española le otorga a Fernando Verdasco una responsabilidad implícita. Consciente de ello, el madrileño ha ido poco a poco refinando un estilo urbano y muy ‘effortless’, hasta colocarse como uno de los iconos masculinos y hombres anuncio en la actualidad. Una decisión tan acertada como obligada, dada su próxima inclusión en la jet set española.
Fernando Verdasco y Ana Boyer, en una imagen de archivo / Gtres
La última etapa de su evolución beauty le ha llevado a elegir a Pedro del Hierro como la firma responsable de la confección de su traje de novio. Las primeras pruebas hechas con la firma española desvelan que Fernando Verdasco vestirá chaqueta azul marino, chaleco en tono celeste y pantalones en blanco roto. No obstante, no hay que descartar un cambio de última hora si es que no le convence el mix, tal y como informa la revista ‘Corazón’.
En el caso del futuro yerno de Preysler es imposible no aplicar la frase que decía aquello de ¡cómo hemos cambiado! ¿Verdad, Fernando? Si no nos crees, echa un vistazo a nuestra galería.