El asombroso cambio físico de Danna Paola a los 29 años

Aunque nació y creció en México, la voz de Danna Paola ya resuena en todo el planeta, conquistando a millones de seguidores. Ahora, el guion de su vida ha tomado un nuevo e interesante giro. Al cumplir 29 años, esta fecha se ha vuelto aún más especial con la presentación de «Childstar», su último y más personal disco hasta la fecha. Actriz, modelo y cantante, Danna Paola se dio a conocer mundialmente por su papel como Lucrecia Monterinos en la serie española Élite de Netflix. Desde pequeña, ha estado bajo los reflectores. Con solo 4 años, comenzó su carrera actoral en Plaza Sésamo, y a los 6 años ya lanzaba su primer álbum musical, Mi globo azul. Desde entonces, su trayectoria no ha hecho más que ascender, llevándola a la fama mundial.

Lo cierto es que, además de su impecable trayectoria, uno de los temas más comentados sobre Danna ha sido su evolución física. En múltiples entrevistas, Danna ha expresado su frustración con el enfoque constante en su apariencia en lugar de su talento y logros profesionales. Aun así, no se puede negar que ha experimentado cambios estéticos notables. Los rumores hablan de labios más voluptuosos, cejas más altas y otros retoques faciales, lo que ha llevado a muchos a preguntarse si ha sucumbido a la presión del bisturí.

Para despejar dudas, hablamos con dos médicos estéticos y, spoiler alert, ambos coinciden sin titubear en que Danna ha recurrido a la cirugía estética. Además, ninguno de ellos cree que se haya limitado a una sola intervención. ¿Será que la presión de la fama llevó a la talentosa mexicana a buscar una perfección estética? Los expertos lo aseguran: los retoques están ahí, y no son pocos.

Rinoplastia y más: los retoques estéticos de Danna Paola

La doctora Raquel García, de la Clínica Ibiza en Madrid, apunta a un evidente remodelado labial con ácido hialurónico, pero no descarta otras intervenciones. “Es posible que haya cambiado la forma de sus cejas. Antes estaban tatuadas de manera exagerada y tosca, y ahora lucen más naturales o con un fino microblading,” comenta la doctora. Además, asegura que el cambio principal se debe a “una enorme pérdida de peso, lo que ha transformado sus rasgos, su estilo y su actitud.”

A juzgar por las fotos, el rostro de Danna Paola ha pasado de ser redondo y sin pómulos prominentes a un aspecto más afinado y estilizado, con ángulos perfectamente definidos dignos de una escultura. Esta simetría casi de portada se puede lograr con una bichectomía, que consiste en extraer las bolas de Bichat, esas traviesas bolsitas de grasa bajo las mejillas, o con ácido hialurónico. Cristina Solymosi, directora de Ma Belle Clinique, sugiere que “seguramente ha echado mano de neuromoduladores”, es decir, inyecciones de toxina botulínica (bótox). «La cara está mucho más marcada, aunque creemos que esto también se debe a su pérdida de peso».

Las expertas coinciden: los cambios en el rostro de Danna no son demasiado bruscos para su edad. Ambas apuestan por una belleza equilibrada y sutil, sin alteraciones dramáticas. Aunque la intérprete de Oye Pablo posee una belleza natural indiscutible, también ha hecho algunos ajustes estratégicos en su rostro.

Ella misma ha confesado que se sometió a una rinoplastia en su juventud. Lo que comenzó como una mejora estética terminó siendo una necesidad médica debido a un tabique roto. Esta intervención no solo mejoró su salud, sino que también armonizó sus facciones de manera impresionante.

No solo ha cambiado su look, ¡también ha perdido peso de manera impresionante! Y claro, cuando uno pierde peso, la piel puede quedar un poco floja. Aquí entra en escena Verónica Merino, experta en remodelación corporal en Dermoestética & Bienestar. Según ella, la solución puede estar en la Maderoterapia FITT. Este tratamiento estético comienza con una técnica brasileña de drenaje para eliminar toxinas y reducir la inflamación. Luego, se realiza la maniobra de Malax Colónico para activar el metabolismo y poner a trabajar el intestino. Una vez que el cuerpo está drenado y desintoxicado, se inician las maniobras de maderoterapia. Estas incluyen el uso de escultores, copas suecas y rodillos, mientras la paciente realiza ejercicios estáticos con bandas elásticas, pelotas de yoga y más.

Cada sesión es un poco más desafiante que la anterior, con ejercicios más intensos y el uso de utensilios de maderoterapia más robustos como cinturones de cubos o cilindros. Con este tratamiento, realizado de 2 a 3 veces por semana, se consigue reafirmar la piel, tonificar y esculpir la musculatura de manera sutil y bonita. «Toda una revolución para el cuerpo», asegura Verónica.