La terrible venganza de un empleado descontento contra la reina Isabel
La Reina se quedó devastada tras las actuaciones de uno de sus empleados de confianza
Han pasado casi diez años, pero la reina Isabel aún recuerda a Phoenix, uno de sus corgis predilectos. El perro murió en 1999 a los 14 años, pero no fue hasta varios años después cuando por fin se descubrieron las causas de su fatídico deceso, algo que la monarca nunca podrá olvidar.
Pese a que el animal disfrutó de una larga vida llena de atenciones, como todas las mascotas de la soberana, lo cierto es que su final no fue tan tranquilo como cabría esperar. El perro fue envenenado con ginebra y whisky por un lacayo descontento. La Reina se quedó absolutamente devastada cuando se enteró de la causa de la muerte de Phoenix y tomó represalias contra el empleado.
La reina Isabel adora los corgis / Gtres
Ha sido Philip Dampier, especialista en Casa Real Británica quien ha revelado la historia en un documental para Netflix. «Algunas veces los empleados de Buckingham acaban hartos de los perros porque no paran de mordisquearles los talones. Normalmente no pasa nada grave, pero en este caso, uno de ellos decidió vengarse y lo envenenó, lo que provocó la furia de la Reina», ha declarado.
Aunque en principio el lacayo no tenía intención de matar al perro, se le fue de las manos. «Matthew era el responsable de alimentarlos. Pensó que sería divertido emborracharlos un poco cuando la Reina estaba fuera y que no sería grave, pero se pasó y mató a Phoenix».
La reina Isabel en una imagen de archivo / Gtres
Para Isabel II, sus perros son muy importantes. De hecho, se preocupa mucho por su cuidado y aunque es cierto que a veces pueden resultar un poco molestos, en realidad ninguno de sus empleados suele quejarse en exceso de ellos, sobre todo ahora que solo tiene dos.