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No será hasta el 6 de mayo cuando el Rey Carlos de pistoletazo de salida a los actos propios de su coronación oficial, y sin embargo, todas las miradas están puestas en el que apunta a ser uno de los eventos más mediáticos del año. Pese a haber tenido lugar el triste fallecimiento de la Reina Isabel durante el pasado mes de septiembre, aún no ha tenido lugar esta jornada especial para el nuevo monarca, la cual está marcada por la reciente publicación del libro En la sombra, del príncipe Enrique, sumada a la previa emisión de su docuserie junto a Meghan Markle en Netflix.
Teniendo en cuenta que la situación es excesivamente tensa entre los miembros de la Familia Real británica, es muy probable que el hijo menor del soberano y su esposa se queden fuera de todos los actos relacionados con la Coronación. Sin embargo, el que fuera esposo de Lady Di no ha tirado la toalla, y ha demostrado tener cierta esperanza en que sus hijos se reconcilien y especialmente Enrique lleve a cabo un acercamiento con los miembros del clan Windsor que les permita mantener la unión de la que durante mucho tiempo gozaron.
Tanto es así, que Carlos III ha querido poner el caso en manos de lo que se conoce como «justicia divina», esperando que el arzobispo de Canterbury, Justin Melby, interceda en su puesto entre el príncipe Guillermo, el príncipe Enrique y frente a Dios, ya que cabe la posibilidad de que quizá el menor de ellos podría eclipsar a la monarquía en una fecha tan señalada teniendo en cuenta sus últimos pasos mediáticos. Así lo ha explicado Daily Mail, admitiendo que tal vez la ausencia de los duques de Sussex en la coronación tendría más repercusión que su presencia, motivo por el que prefiere que tanto su hijo como su esposa se presenten en el enclave en cuestión sin ningún tipo de excusa, entre las que podría estar la coincidencia con el cumpleaños de su hijo Archie.
Para conseguir lo que desea, el Rey Carlos ha querido contar con la ayuda del arzobispo mencionado, el cual tendría que ejercer en cierto modo como encargado de traspasar a los hijos del soberano los deseos de éste, entre los que está que ambos acudan a la coronación y no haya distinciones por cargo, para que así puedan sentirse cómodos y la situación transcurra de una manera totalmente normal: «La cuestión de fondo es si asisten a la coronación y, si lo hacen, bajo qué términos y condiciones (…) Todo parece indicar que Enrique está siendo aconsejado para que no acepte ninguna concesión en estos momentos y hasta el último. Esto está dificultando mucho las negociaciones con él. Para el equipo de imagen de Enrique, que él asista a la coronación y se comporte bien pero aún siga despojado de sus títulos sería un fracaso total», confirma la persona que ha informado al medio sobre las circunstancias, asegurando además que el duque de Sussex no tiene intención de estar «en el mismo grupo que el príncipe Andrés de cara a la opinión pública», ya que, pese a ser personajes polémicos dentro de la Familia Real británica, sus motivos son totalmente opuestos.