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Máxima de Holanda ha vuelto a deslumbrar en una cena de gala. Si hace poco más de una semana la Reina derrochaba estilo en la celebración del cumpleaños de Ingrid de Noruega y, más adelante, en la velada en honor del Cuerpo Diplomático, en esta ocasión ha sido en Viena donde la argentina ha acaparado todas las miradas. Los Reyes se encuentran en el país austriaco por un viaje de Estado, invitados por el presidente, Alexander Van der Bellen y su esposa, Doris Schmidauer.
La pareja llegaba este lunes por la mañana a la capital, pero ha sido por la noche cuando la Reina ha sorprendido con uno de los mejores looks de su armario. La Reina lo ha apostado todo al blanco para la cena que se ha celebrado en el Palacio Belvedere de Viena, la que fuera una de las residencias más discretas de los Habsburgo en tiempos de Sissi y Francisco José. Allí los Reyes han posado junto al presidente y su esposa frente a una de las obras más destacadas de la Historia del Arte universal, el cuadro El beso de Gustav Klimt.
Para esta cita, la argentina se ha decantado por un sencillo vestido en color blanco, con escote asimétrico, cuerpo ceñido, falda más fluida, con mucha caída y una sola manga, estilo farol. Un modelo de la firma Stella McCartney que la Reina ya estrenó hace varios años, pero al que ha sabido sacar mucho partido. Es un vestido discreto, de líneas sencillas, pero la esposa del Rey Guillermo sabe cómo sacarle partido gracias a los complementos, especialmente las joyas.
Tal como confirmaba recientemente su hija mayor, la princesa Amalia, Máxima disfruta mucho con las joyas que están a su disposición. De hecho, es una de las royals que más hace uso del joyero oficial. En esta ocasión, las perlas y los diamantes han sido los grandes protagonistas. A pesar de que se trataba de una cena de Estado en un país republicano, la argentina no ha prescindido de llevar tiara, algo que, por ejemplo, no hacen otras royals como la propia doña Letizia, que solo apuesta por estas llamativas piezas cuando la velada es en otra monarquía.
En esta ocasión, la Reina ha apostado por la tiara de la Reina Ana, esposa de Guillermo II de Holanda. La pieza está elaborada en diamantes y perlas y es una de las diademas más especiales para Máxima, ya que fue la primera que lució cuando todavía era prometida del Príncipe, en la boda de Haakon y Mette Marit de Noruega. En aquella ocasión llevó solo la base de diamantes, sin las perlas, lo que le daba un aire más discreto. Sin embargo, más allá de la tiara, lo más llamativo ha sido el broche tipo devant de corsage que ha colocado en uno de sus hombros. Una llamativa pieza de diamantes que ha acaparado toda la atención, más allá de la tiara o de los pendientes de perlas y brillantes. El toque final del estilismo ha venido de la mano de unas sandalias doradas y un bolso a tono de Dior, ambos de su fondo de armario.
Como detalle curioso, hay que destacar que Máxima no es la única que tiene este espectacular modelo en su armario, sino que también se lo hemos visto a Charlene de Mónaco. Eso sí, en el caso de la esposa del príncipe Alberto, lo lució de una manera mucho más discreta, con complementos de menor tamaño. Y es que nadie duda de que la argentina siempre trata de llevar sus looks ‘al máximo’.