Familia Real Española

ANIVERSARIO ESPECIAL

Los Reyes se acercan a su veinte aniversario con el reto de un ‘nido vacío’

  • Lito Reyes
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Los Reyes don Felipe y doña Letizia celebran un año más de matrimonio. Este lunes 22 de mayo se cumplen 19 años de aquel sábado lluvioso en el que la hoy Reina entró a formar parte de la Familia Real. Dice el refrán que ‘novia mojada, novia afortunada’ y, lo cierto, es que, casi dos décadas después y a pesar de todas las tempestades a las que los Reyes han tenido que hacer frente a lo largo de los años, se encuentran en uno de sus mejores momentos. No solo han conseguido dar una nueva imagen a una institución que llevaba mucho tiempo cuestionada sino que, además a nivel más personal, se ve a Sus Majestades tanto o más felices que el primer día. De hecho, son muchos los actos en los que llama la atención la complicidad que existe entre ambos.

La Reina Letizia en su boda. / Gtres

Sin embargo, ahora que están al filo de las dos décadas de matrimonio -y también de celebrar su décimo aniversario en la jefatura del Estado-, don Felipe y doña Letizia se van a enfrentar a una situación que hasta ahora apenas han vivido más que de manera puntual: estar sin sus dos hijas.

La Princesa Leonor acaba de terminar sus estudios de Bachillerato Internacional en Gales, donde ha pasado dos años pero, aunque ha vuelto a casa, se marchará a mitad de agosto para comenzar con su formación militar. Así lo confirmaba tanto el Ministerio de Defensa como la Casa de S.M. el Rey hace algunas semanas en un comunicado en el que se detallaba que Leonor iba a seguir los pasos de su padre, el Rey Felipe y pasaría por los tres ejércitos, en Zaragoza, Marín y San Javier, antes de afrontar cualquier tipo de formación universitaria. Por tanto, la heredera tiene por delante otros tres años fuera de casa, con visitas puntuales cuando se le concedan permisos -como al resto de sus compañeros-.

Los Reyes en su boda. / Gtres

La ausencia de Leonor no es algo nuevo para los Reyes, que ya están acostumbrados a que la heredera esté fuera de casa. Sin embargo, a finales de verano, también la infanta Sofía se marchará para cursar los mismos estudios que antes ha cursado su hermana, en el Atlantic College de Gales. En este escenario, a partir de comienzos del mes de septiembre, don Felipe y doña Letizia se encontrarán solos en su residencia, sin ninguna de sus hijas.

Esto es algo prácticamente insólito para ellos. Es cierto que en alguna ocasión los Reyes se han visto en situaciones similares, pero por un tiempo muy limitado, cuando sus hijas se han marchado a campamentos de verano, durante algunas semanas. Además, en esos casos, Leonor y Sofía se han ido juntas, no por separado, como es este caso. De Leonor se sabe que tiene por delante tres años más de formación militar, pero no hay detalles concretos aún sobre sus siguientes pasos, al igual que de la infanta Sofía, se tiene constancia de que pasará dos años en Gales, pero su hija de ruta posterior es una incógnita, ya que, aunque hasta ahora ha recibido la misma educación de su hermana, ella no tiene ‘obligación’ de cursar formación militar.

La Reina con sus dos hijas en Chinchón. / Gtres

En este escenario, don Felipe y doña Letizia tienen, al menos, dos años seguros en los que estarán solos y en los que ni siquiera se sabe si los permisos de Leonor coincidirán con las vacaciones de Sofía -es previsible que sí ocurra en Navidad y otras fechas señaladas, pero no siempre-.

Al borde de dos décadas de matrimonio resulta inevitable pensar en la posibilidad de que ahora Sus Majestades puedan enfrentarse a lo que se conoce como ‘síndrome del nido vacío’. Es algo inevitable, que se produce cuando los hijos crecen y comienzan a dar sus propios pasos. Aunque lo más habitual es que lo experimenten los padres y madres cuando los hijos o hijas se marchan definitivamente de casa, es comprensible que se sienta cierta melancolía en otras situaciones, como estudios fuera, que es el caso de Leonor y Sofía.

La Familia Real en Barcelona. / Gtres

Es cierto que este sentimiento se da más en progenitores que no tienen una ubicación concreta y que se vuelcan quizás demasiado en los hijos, pero se puede producir también en otras circunstancias. La realidad es que don Felipe y doña Letizia se van a encontrar en unas semanas con una casa vacía y con más tiempo para ellos mismos, tanto para dedicarse el uno a otro, como para centrarse en el desarrollo personal. Una nueva etapa para Sus Majestades que es fruto de la evolución natural de las familias, donde el foco va pasando de padres a hijos.

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